Debate con secuelas

La corrupción estaba descontada por Herrera en el Debate sobre el estado de la región y por ello, aunque fue la palabra más pronunciada a sabiendas que le produce repugnancia, no produjo más daños porque no se aportaron nuevos datos. Queda en el magma de las inútiles comisiones de investigación, por incapacidad de sus señorías, en manos de los jueces y en los argumentarios populares, pobres, tópicos y acomplejados. Pero el Presidente no esperaba que le pusieran dos palos en las ruedas. Tudanca fue a la yugular: le calificó de conformista, acusó a la Junta de estar paralizada y de carecer de respuestas ante los retos de la Comunidad. Resumió con la característica escasa brillantez el sentir de muchos castellanos y leoneses, de derecha e izquierda, el hastío de Presidente y consejeros, que se palpa.

De su grupo salió una iniciativa irrelevante, aunque sea un aviso a navegantes, la ubicación de las vacaciones del segundo trimestre fuera de la Semana Santa. La cuestión no merece comentario, pero sí la separación entre consejeros que juegan a progres, aunque participen de un gobierno conservador, de un electorado que con estas y otras leyes sin rumbo dejarán de votar a los populares. Ahora son las vacaciones escolares y la ley de igualdad, aunque esta segunda se explique por una Alicia descolgada del pelotón de cabeza que intenta hacer la goma, en argot ciclista, para no quedar descolgada de la ensoñación política. Mañana será otra propuesta para minar a Mañueco. Y lo peor, Herrera silente. El verano tiempo de descanso y reflexión le proporcionan una ocasión para pensar que no basta con el voluntarismo de cumplir un contrato con los ciudadanos, sino que necesita fuerzas, ilusión e ideas para llegar a 2019.