Sociedad

Castilla y León suma 235 kilómetros de peaje con concesiones que llegan hasta 2055

Las autopistas han perdido un 10 por ciento de usuarios en la última década

Peaje de Pancorbo, en Burgos, que dejará de funcionar el 1 de diciembre R. O.

M. GAJATE

La liberalización de la AP-1 pone el interrogante sobre si autopistas de pago cuya concesión tiene una fecha de caducidad cercana seguirán sus pasos. Una situación que no está sobre la mesa en Castilla y León, donde las otras cinco vías de peaje que se extienden sobre 235,9 kilómetros de asfalto en la Comunidad cuentan con concesiones que llegan hasta 2055.

Cabe precisar que hace un año, estuvo en duda que tres de ellas siguieran siendo de pago. Se trata de la AP-6 (Villalba-Adanero) y sus dos ramales AP-51 (Villacastín-Ávila) y AP-61 (San Rafael-Segovia) que suman más de 120 kilómetros. La razón de la polémica era una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2010 en la que se declaró ilegal la prolongación de la concesión que fue otorgada en 1999 hasta 2029. Decenas de miles de firmas reclamaron la eliminación del peaje rechazando esa fecha y defendiendo que se debía atender al contrato inicial firmado un año después de su inauguración (en 1968), que concluía a los cincuenta años, en 2018. El Gobierno no dictó a su favor y, de hecho, la vía principal es la más cara de la Comunidad, a 0,17 euros el kilómetro.

También estuvo en duda hace ya una década la AP-71 entre León y Astorga. La eliminación del peaje de esta vía de 37,7 kilómetros inaugurada en 2002 fue una promesa electoral de José Luis Rodríguez Zapatero que nunca se cumplió. Cuesta 0,13 euros el kilómetro. Es a la que más tiempo de concesión le queda, concluye en 2055.

Con 35 años de antigüedad la autopista del Huerna, la A-66 ( 77,8 kilómetros entre León y Campomanes), ofrece un paso alternativo a la nacional que escala el Puerto de Pajares y eso se paga a razón de 0,15 euros el kilómetro. Su concesión concluye en 2050.

Tráfico

Aunque en los últimos años han ido recuperando el tráfico, en su conjunto las seis autopistas de peaje de Castilla y León tuvieron en 2017 un diez por ciento menos de usuarios que en 2007, antes de la crisis. Esta situación ha llevado a un trasvase del tráfico a las nacionales que transcurren en paralelo, donde se registra una amplia intensidad. Con el fin de atajar la situación, Gobierno y Junta ha acordado bonificar el desvío obligatorio de camiones a las vías de peaje en dos de los casos: la León-Astorga, para liberar la circulación de la N-120; y la AP-6, a la altura de San Rafael (Segovia), para sortear la N-VI. En el primero de los supuestos se espera que empiece a funcionar antes de acabar 2018, tal y como anuncio el Ejecutivo autonómico, y en el segundo, el Ministerio de Fomento se ha dado seis meses para ejecutar la iniciativa, de acuerdo con el compromiso dado a alcaldes de la zona.

Para la AP-1 ya se había acordado una propuesta similar que dada la demora y la cercanía de la liberalización ya no se llevará a efecto. En el resto de autopistas no se han planteado, a pesar de que una, la del Huerna, se incluyó en un proyecto piloto de Fomento para la reducción de tráfico pesado en las nacionales.

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Las autopistas han perdido un 10% de usuarios en una década

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