El ex alcalde del Condado de Treviño, Ernesto Argote
El ex alcalde del Condado de Treviño, Ernesto Argote - ICAL
Política

El alcalde de Condado de Treviño (Burgos) dimite ante el «abandono» de las instituciones

Argote hizo efectiva su renuncia ante el resto de concejales en sesión plenaria

Burgos Actualizado: Guardar
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El alcalde de Condado de Treviño, Ernesto Argote, dimitió este viernes de su cargo como protesta ante el «abandono» que a su juicio sufre el enclave por parte de las administraciones. Una medida de presión que ya anunció el corregidor el pasado mes de septiembre y que se hizo efectiva en la sesión plenaria celebrada a las 18 horas en la Casa Consistorial del enclave burgalés. El nombre del próximo edil se conocerá el 3 de enero, fecha en la que se celebrará una sesión plenaria extraordinaria.

Argote -que salió alcalde al ser la lista de Ciudadanos del Condado la más votada en las pasadas elecciones- explicó, en declaraciones a la Agencia Ical, que la decisión «es firme» y que nace a tenor de «la sorpresa» de que las exigencias que hacieron a la Diputación de Burgos y a la de Álava no se materializan.

En concreto, el primer edil entiende que «se ha dado un paso para atrás» al no hablar de «ningún acuerdo de territorialidad», que es lo que desea el grupo político al que pertenece Argote, partidario de la anexión de Treviño al País Vasco.

«Renuncio porque los acuerdos no se han cumplido», aseveró el primer edil, que ha invitado a todas los concejales del consistorio a que dimitan de sus cargos. «Hay que hacer algo, porque lo que no se puede hacer es permitir que se negocie un acuerdo como el que se hizo en 1995», añadió.

En la mañana de ayer, responsables de las diputaciones Foral de Álava y de Burgos se reunieron en la sede provincial burgalesa para estudiar las peticiones de Treviño. Una reunión, «no conocida» por el alcalde de Treviño, que entiende que «lo que ha salido de esa reunión no ha sido del agrado» de su formación.

«Estamos enfadados porque ni se nos avisó de esa reunión», confesó Argote, que afirmó haber sentido «ilusión» por las promesas de Álava, aunque ahora vuelve a estar sumido en la «desilusión» de lo que «vuelve a decir la Diputación de Burgos». «Ahora nos dicen que para hablar de convenios hay que dejar de lado el tema de la territorialidad y eso no lo permitimos», argumentó Argote, que entiende que «el Estatuto de Autonomía de Castilla y León no ha de ser un freno».

La renuncia de Argote deja al Consistorio treviñés ante un complicado panorama complicado. En la actualidad, los nueve concejales que forman parte del Ayuntamiento de Condado de Treviño se encuentran representados en: Ciudadanos del Condado con dos ediles, un grupo independiente con otros dos ediles, el PP con dos ediles, Bildu con uno, PNV con uno y Condado para Todos con un concejal.

El enclave

El pasado mes de marzo, el Ayuntamiento de Condado de Treviño (Burgos) aprobó por unanimidad solicitar al Congreso de los Diputados la integración administrativa del enclave en Álava, siguiendo el procedimiento legalmente previsto mediante Ley Orgánica (LO). Del mismo modo, en noviembre de 2015, en sesión plenaria, se reconoció al Congreso de los Diputados como la «única institución competente y con responsabilidad para la alteración de los límites administrativos», y por ende, quien tiene la palabra de su intención secesionista de Castilla y León. De este modo, los políticos de la localidad confiaron en que la nueva composición de la Cámara Baja, resultante tras las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, apoyase su intención secesionista.

Demanda histórica

La primera propuesta de segregación de Burgos y anexión a Álava data de 1846, cuando la Diputación de Álava solicita sin éxito la integración de Treviño en 1880. La iniciativa se repetirá en 1920 en un contexto marcado por la irrupción del movimiento autonomista y la aparición en escena del nacionalismo vasco. Los intentos se postergarán hasta la posguerra, concretamente durante los años 1940 y 1958, tiempo en el que las peticiones son canalizadas por el régimen de Franco sin tenerlas en cuenta.

No fue hasta la llegada de la democracia, cuando las pretensiones secesionistas de Treviño cobraron mayor protagonismo. En este sentido, jugaron un importante papel los partidos nacionalistas quienes asumieron la reivindicación de Treviño bajo el lema 'Trebiño araba da' (Treviño es Álava). En este punto, la aprobación del Estatuto de Guernica dejó en manos de los treviñeses la iniciativa de formar parte o no del País Vasco. Por contra, la aprobación en 1983 del Estatuto de Castilla y León entró en contradicción con el texto vasco, al considerar que la intención segregacionista debe contar con el beneplácito de la Diputación Provincial y el Gobierno regional.

La última vez que Treviño solicitó su segregación de la provincia de Burgos y su agregación a Álava se produjo en 1998. En los últimos 15 años, ni las instituciones provinciales, ni las regionales, así como las autonómicas han modificado su voluntad respecto a la situación de Treviño.

Las pretensiones secesionistas de Treviño y los anhelos de los partidos nacionalistas chocan frontalmente con las disposiciones del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Concretamente con el informe jurídico que dicta que «en lo que a la segregación se refiere la competencia procede de la comunidad de origen sobre su propio territorio».

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