Actores profesionales y amateurs se dan cita en la primera adaptación al teatro de «El festín de Babette»

El Teatro Calderón de Valladolid acogerá el estreno absoluto el próximo jueves del montaje «El festín de Babette», que supone la primera adaptación a escena del cuento de Isak Dinesen, la autora danesa de «Memorias de África» venerada por por Truman Capote o Ernest Miller Hemingway, entre otros autores. Pero además, el montaje coproduccido por el teatro vallisoletano y Seda Producciones supondrá una primicia porque por primera vez citará en el escenario a actores profesionales y amateurs, estos últimos procedentes de La Nave, una iniativa puesta en marcha por el Calderón para contectar más los escenarios con su público. «Este tipo de teatro tiene mucho peso en el resto de Europa. Forma parte, por ejemplo, del ADN del teatro británico, pero no en España», significó Antonio Álamo, encargado de la dramaturgia de «El festín de Babette».

Según detalló dos fueron los principales problemas a la hora de adaptar el cuento de la danesa. Por un lado, la «poca materia dramática que había que potenciar» -era un texto esencialmente narrativo- y por otro, que «el relato sucede durante varios lustros». En este sentido, Álamo señalo haberse «impregnado» del universo de Dinesen para abordar un montaje «con una radiante espiritualidad» que parecía proceder de una escritora del siglo XIX, «posrromántica», y que a su juicio, por ello podía llegar a provocar cierto «rechazo».

«Insólito», «experimental», «singular» y «arriesgado» fueron algunos de los calificativos que se sucedieron en la rueda de prensa por parte de los actores a la hora de definir el montaje dirigido por la andaluza Pepa Gamboa: «Me daba mucho morbo ver cómo los actores profesionales se fundía con los no profesionales», confesaba esta directora de escena, quien admitía haber «aprendido mucho» de esta experiencia donde «el hedonismo y el disfrute por el disfrute» han sido la tónica predominante en el proceso creativo.

El relato, cuya adaptación al cine fue merecedora de un Oscar en 1988, enfrenta dos mundos que no pueden ser más distintos: el de dos ancianas beatas y solteronas que recuerdan con nostalgia su juventud, frente al de Babette, una forastera revolucionaria que llega a la remota aldea noruega donde ellas viven huyendo tras el fracaso de la Comuna de París.

A esta última da vida la actriz vallisoletana Ana Otero, quien recordó que su primer contacto con esta historia fue en el Cine Casablanca hace casi tres décadas: «Al salir del cine pensé: ¡qué personaje tan hermoso para hacer en teatro!, y la vida, ahora, me ha puesto en este camino». También sube a escena otro vallisoletano, Javier Semprún. El actor de Teatro Corsario decidió presentarse al cásting porque vio en esta convocatoria una oportunidad de lanzarse a una «aventura» nueva, después de centrar su trabajo en el verso y con un equipo de actores muy estable durante las últimas décadas.

Las intérpretes María José Alfonso y María Garralón, quienes dan vida a las dos solteronas, definieron el proyecto como «bonito» e «inédito». «Me apunté porque me apetecía hacer una cosa insólita», señaló al respecto la primera. En nombre de los 15 actores no profesionales que dan vida al «pueblo» -seleccionados de un total de 60 que participaron en los talleres de La Nave- Pedro Martín recalcó la «inmensa ilusión» que han volcado en este proyecto, que calificó como «una experiencia inolvidable», además de agradecer la implicación y la ayuda que les han brindado los profesionales en todo momento.