El tesoro taurino del Conde de Mayalde

La regularidad y el trabajo han puesto a esta ganadería que lleva con humildad Rafael Finat en un lugar destacado

El Castañar es el incomparable paraje donde pasta la ganadería del Conde de Mayalde Joaquín Romera

Joaquín Romera

Ocultan los Montes de Toledo uno de los parajes más impresionantes y cuidados de España. Se trata de la finca El Castañar, situada en el término municipal de Mazarambroz y propiedad de José Finat y Bustos, duque de Pastrana, de unas 7.000 hectáreas de extensión. Allí hace años está recogida de manera completa toda la ganadería que se lidia a nombre del Conde de Mayalde. Tiene el duque delegada la gestión de la vacada a su hijo mayor, Rafael Finat, conde de Mayalde, dedicado en cuerpo y alma a la gestión y explotación de esta modélica explotación que es referente nacional en la recuperación del lince ibérico.

Conviven en El Castañar algunas de las más destacadas especies de animales de la península ibérica. Un paraje idílico para el lince ibérico que ha logrado reproducirse en libertad en su demarcación , donde el águila imperial ibérica cuenta con más nidos que el propio parque nacional de Cabañeros, donde conviven venados, jabalíes, muflones y corzos.

Pero este enclave, donde es habitual ver del cerdo ibérico y la oveja manchega, tiene un sitio especial reservado para el toro bravo. La ganadería de la casa con alrededor de 150 vacas madre es uno de los iconos del orbe taurino en la actualidad . La dehesa toledana, poblada de encinas centenarias, acoge en sus cercados los lotes de madres reproductoras con su semental.

Una alquimia personal

Toros que ponen la simiente en las dos sangres ganaderas, Contreras y Domecq, la alquimia personal de Rafael Finat que consigue y hace que recorra por las venas de los animales bravos de Mayalde.

Desde que en 1949 José Finat y Escrivá de Romaní adquiriera esta ganadería , han pasado varios encastes por las fincas castellanas y segovianas de «Batanejos» y «El Atillo» y por la toledana de «El Castañar». En el Espinar se criaban hasta hace pocos años los animales de saca, los toros de salida de la casa. Hasta los frescos páramos viajaron por los años 1986 y 1990 dos toros de Juan Pedro Domecq, que fueron mezclando lo Domecq, el predominio total del encaste Contreras. Cuando fallece el ganadero en 1995, divide la ganadería en sus dos hijos , llegando hasta nuestros días la que conserva el hierro, divisa y nomenclatura original, «Conde de Mayalde», de su hijo José Finat y Bustos.

En aras de buscar nueva bravura, se incorporaron a la casa vacas de «El Ventorrillo», cuando estaba en manos del añorado Paco Medina, y de manera más reciente vacas de Victoriano del Río. La aportación del paso de sementales de Santiago Domecq ha dado la razón al ganadero en el cruce de sangres realizado con el buen comportamiento de los toros en la plaza.

Las características del encaste Domecq incorporadas en los últimos años a la divisa marrón y encarnada se entremezclan con la vía Contreras , dando un cruce que, en la proporción ideal, aporta animales con una característica especial. El ser una ganadería muy ajustada en cabezas de ganado y llevar un criterio claro redunda en el comportamiento de machos y hembras. El ganadero se caracteriza por su exigencia como criador, su humildad, sabedor de la dificultad de fabricar comportamientos y afición sin parangón para continuar con un legado familiar.

Un oasis en la crisis

Con la grave crisis que se está produciendo en España, la casi inapreciable actividad taurina y la poca viabilidad de espectáculos, ha hecho que muchos criadores hayan desistido y abandonado. No obstante, en el desierto de la temporada taurina ha habido un oasis de eventos que han esperanzado mínimamente al aficionado. «Chorlito», hace apenas 15 días, volvía a poner en los titulares taurinos la ganadería del Conde de Mayalde . Su indulto ganado en Valdepeñas ante las cámaras de la televisión regional recordaba que en Toledo tenemos una de las vacadas más regulares de la cabaña brava nacional. Es el cuarto indulto de la casa tras el toro «Comisario» en 2002 en Valencia de San Juan, el novillo «Escultor» lidiado en Candeleda en 2011 y «Joyero», al que le perdonaron la vida en Bargas en 2018.

Este es el cuadro de honor, pero muchos toros y novillos no han vuelto al Castañar en vida porque han cumplido con su obligación de luchar en la plaza hasta su muerte y el éxito del torero. Muchos son los premios y trofeos que hay en sus vitrinas que no hacen más que reflejar que el trabajo realizado de forma callada en el campo da sus verdaderos frutos en la plaza.

Ferias y aficionados como los de Gijón han tenido la suerte de ver la bravura de los astados de la familia Finat, saliendo victoriosos y galardonados en multitud de ediciones.

Pero cuando uno escucha «Buzonero», «Extranjero», «Joyero», «Jibelino», «Chorlito», «Acumulado», «Acoplador», «Abonador», «Andaluz» o «Afrancesado» viene a la memoria los nombres de grandes toros toledanos que han derrochado bravura y han vendido cara su muerte en la arena, dando importantes triunfos a los toreros.

La primera salida a hombros en la plaza de toros de Las Ventas de Roca Rey como matador fue el día de su confirmación de alternativa y tuvo al toro número 48 «Buzonero» como protagonista. Fue el San Isidro de 2016 y el Mayalde que iba como sobrero saltó en sexto lugar bis y le puso en bandeja el triunfo al peruano que le consagró como máxima figura del toreo al cortarle las dos orejas.

Triunfos en Madrid

La plaza de Madrid ha sido el destino de grandes toros de El Castañar, toros sueltos, pues Rafael Finat no ha logrado tener de saca una cantidad de toros acordes a las características y necesidades de la plaza en una corrida completa. Otro «Buzonero» saltó al ruedo como sobrero en Madrid con Talavante en 2017 cortando una oreja. El tercer «Buzonero» venteño salió por toriles en la novillada de la feria capitalina de 2018, entre un aguacero; Toñete supo aprovechar su bravura y cortarle otra importante oreja.

En ese mismo serial de San Isidro, Alberto López Simón se topó con «Acoplador», que iba como reserva y tuvo que saltar al ruedo, logrando una faena de emoción y transmisión cortándole un apéndice al astado.

A pesar de no poder acartelarse con una corrida en San Isidro, la del Conde de Mayalde ya es un fijo en el serial con una novillada picada que ha dado posibilidades de triunfo importante a los jóvenes aspirantes que se han cerrado con el mal uso de las espadas tardes de gloria. Recuerdan los entendidos aficionados madrileños a utreros como «Extranjero», «Guardamonte I», «Buzonero» en 2018; y «Andaluz», «Joyero» y «Estafador» en la feria de 2019.

Vuelta a Toledo

Volvió en 2018 al coso de Mendigorría el ganado de Mayalde, tras 63 años de ausencia, con una corrida seria y de gran condición donde destacó para el ganadero «Afrancesado», valiéndole para ser proclamada la ganadería de la temporada 2018 por la peña taurina El Trapío. Este año es el de «Joyero», res indultada en Bargas con una forma de embestir inigualable que le valió para padrear en la dehesa toledana.

El año 2019 lidió una seria corrida en Zaragoza, donde López Simón desorejó a «Extranjero» y «Abonador» dejó el en ruedo un juego sobresaliente. En Bargas, donde gustan los toros de Mayalde por su seriedad y comportamiento, fue premiado con la vuelta al ruedo el toro «Fortunito» tras una vibrante faena de Octavio Chacón.

2020: Solo dos festejos

Este triste año 2020 solo se han acercado dos camiones a embarcar animales a El Castañar para festejos taurinos . Una novillada sin picadores en Manzanares y una corrida de toros en Valdepeñas. La corrida de toros, que fue televisada por el canal autonómico, fue muy importante, con cuatro toros de nota e importancia que propiciaron el triunfo de los espadas. El toro «Jibelino», lidiado por Gómez del Pilar, fue un derroche de bravura y emoción, una máquina de embestir por bajo queriendo coger los engaños con codicia. Su condición fue premiada con la vuelta al ruedo por el albero manchego. Pero «Chorlito» volvió a casa. Se ganó la gloria del toro bravo en la plaza. Su entrega, nobleza y fondo fueron premiados con el indulto.

Esta regularidad, que es difícil domar, la lleva con humildad Rafael Finat , que ha puesto la ganadería familiar en un lugar destacado. En el mundo del toro ya suenan los toros del Conde de Mayalde por su seriedad, por su nobleza, por su trapío, por su bravura, por su remate y por su hondura. Son toros que ante toreros machos son propicios para triunfos importantes.

Suerte para el año 2021 para esta ganadería.

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