Los niños vuelven al cole en El Quiñón

Este lunes, en el colegio del Quiñón, en Seseña, el principal tema de conversación entre los niños fue el «ya»: el «ya no hay humo», el «ya no se están quemando las ruedas», el «ya no me tengo que quedar con mi abuela». Lo cuenta Patricia Paguay, testigo directo, al trabajar en el comedor escolar del centro, además de miembro del AMPA.

Después de 19 días sin clase, debido al incendio que ha acabado con el mayor vertedero de neumáticos de Europa, este lunes abrió de nuevo sus puertas el único colegio que aún permanecía cerrado en Seseña. A clase fueron 543 de los 772 alumnos, un 70 por ciento del total. Por ejemplo, al aula de Roberto Ríos, alumno de 11 años de 6º, acudieron 20 de 24 niños.

Su madre, Virginia Domínguez, relató a ABC que los niños «necesitaban volver». «Durante semanas, hemos estado castigados, encerrados en casa», añade con ironía mientras se ríe (por no llorar).

El incendio se desató el viernes 13 de mayo y el miércoles 18, el colegio del Quiñón reanudó las clases. La normalidad duró dos horas: desde las nueve hasta las once. «Hubo un cambio de viento y el humo estaba a ras de suelo, se masticaba», añade Virginia. El colegio, al que ese día solo fue el 10 por ciento de los alumnos, se volvió a clausurar hasta ayer.

El resto de centros educativos volvió a la normalidad el pasado miércoles 1 de junio. Sin embargo, «la inquietud trasladada por los padres ante la posibilidad de que el humo pudiese llegar hasta la urbanización donde está el colegio» motivó que el Gobierno regional retrasase cinco días más la apertura del colegio del Quiñón.

Salida, a las dos de la tarde

Ahora, para recuperar las clases perdidas, va a haber una hora lectiva más durante las dos próximas semanas (los niños saldrán a las dos de la tarde en vez de a la una). En un principio, incluso se barajó la opción de ampliar una semana más el curso, pero esa idea fue desechada. «A pesar del trabajo que tienen los profesores en el mes de junio, todos se ofrecieron a dar una solución a tal circunstancia ampliando su jornada laboral», dijo el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto. Esa ampliación, para algunos profesores, supondrá cuatro horas diarias más.

Por otro lado, la concejala de Educación de Seseña, Isabel Domínguez, explicó a ABC que el Ayuntamiento se ha comprometido a que cada día, desde las seis y media de la mañana hasta que empiecen las clases, operarios municipales limpiarán con mimo los exteriores del colegio. Mientras, el Gobierno de Castilla-La Mancha decidió desactivar este lunes el plan de emergencia que había desde el 13 de mayo al considerar que ya no hay riesgo para la salud de la población.

17 aulas prefabricadas

El colegio del Quiñón se abrió en 2008 y al principio iban unos 50 niños. De hecho, cuenta Virginia, los chavales eran tan pocos que en el mismo aula se agrupaban varios cursos. Sin embargo, conforme se fue llenando la urbanización, el colegio se fue masificando, hasta los 772 alumnos actuales. Desde hace tres años conviven «dos colegios en uno», explica Patricia.

La solución más lógica sería construir otro colegio y «nos da igual que sea público o concertado», aseguran los vecinos. Y los políticos parece que piensan igual, porque en la pasada legislatura el Ayuntamiento cedió un terreno a la Junta para que esta levantara un nuevo centro. De momento, no se ha puesto una piedra.

Así que, mientras las promesas se convierten en realidades, en el colegio del Quiñón se han ido instalando aulas prefabricadas para acoger a los, cada vez más, alumnos. Hay 17 casetas (en ellas dan clase los niños de cuatro, cinco años, primero y segundo de Primaria) y al menos, dicen en el AMPA, «en verano es donde mejor se está porque tienen aire acondicionado».