El fiscal rebaja de 18 a 15 años la pena para el acusado de matar a un vecino en El Carpio de Tajo

Ha rebajado la calificación de los hechos: de un delito por asesinato a uno por homicidio

Entrada a la Audiencia Provincial de Toledo A. Pérez Herrera

EP

El Ministerio Fiscal ha rebajado la pena al acusado de matar, en mayo de 2017, a un vecino en El Carpio de Tajo (Toledo). De 18 años a 15 años, ya que la fiscalía ha cambiado la calificación de los hechos este miércoles, pasando de un delito de asesinato a uno de homicidio. A esta solicitud se ha adherido la acusación particular.

Esta modificación de las conclusiones de la Fiscalía se ha producido en la tercera sesión del juicio con jurado popular que arrancó en la Audiencia Provincial de Toledo este lunes. Este miércoles han declarado médicos forenses y peritos, que han detallado las características del supuesto arma con la que se produjo el crimen, puesto que no ha sido encontrada desde que se inició el procedimiento.

Además, la fiscalía ha solicitado la prohibición del acusado de aproximarse al padre de la víctima, a su pareja sentimental y a sus dos hijos menores por un periodo de 23 años.

Los informes de las conclusiones finales de las partes en este procedimiento y el posterior veredicto del jurado están previstas para este jueves.

Objeto de punta roma directo al corazón

Según el testimonio de los forenses, la herida mortal de la víctima (A. C. J) fue causada por un objeto de punta roma, con una trayectoria «nítida» directa al corazón, y es poco «verosímil» que se produjera de forma accidental.

La herida , según los forenses, hubiera requerido una intervención inmediata , de tiempos mínimos, para que se le hubiera podido salvar la vida.

El arma en cuestión era cilíndrica, con un diámetro de entre 8 y 10 milímetros, de punta roma. Causó la herida aproximadamente en el lado del tórax, atravesando primero a la altura de la quinta costilla y, posteriormente, penetrando en el corazón.

Las características de este objeto «hace necesario» aplicar «cierta fuerza», al tener la punta roma y al generar una lesión nítida que no tiene «desviación ni rectificación» en la trayectoria. Durante la sesión, se han mencionado objetos como una aguja de tejer, un destornillador de estrella o una llave Allen, pero uno de los forenses que ha relatado los hechos se ha decantado más, si tuviera que elegir, por un destornillador que por cualquiera de los mencionados.

En relación con el testimonio de la pareja sentimental de la víctima sobre el presunto arma, el forense ha descrito que en un primer momento declaró que se trataba de una espada «como de comuniones» alargada y con punta. Sin embargo, en una segunda declaración, señaló que era un objeto alargado negro, como un punzón o una aguja de tejer, una descripción que sí es compatible con la herida que presentaba la víctima.

Lesión compatible con un cuchillo

La lesión del acusado, A. M. M, es compatible con el uso de un arma blanca monocortante, como un cuchillo. No se produce en una zona vital pero sí se ve afectada una arteria. A pesar de su gravedad, no requería la urgencia de la herida de la víctima, han explicado los forenses.

En este contexto, se ha identificado un cuchillo con el mango manchado de sangre , con restos la víctima y de su padre, y en cuyo filo había restos de ADN de la víctima. No obstante, según los peritos, no queda demostrado que ambos lo manipularan ni qué grado de contacto tuvieron del cuchillo, únicamente que en el mango había restos de estos dos perfiles genéticos.

Según el relato de los forenses, y a preguntas del juez, es «muy posible» que las heridas de ambos se correspondieran con una situación de dos personas enfrentadas, con un forcejeo, bien en una posición de uno al lado de otro o bien frente a frente.

Heridas del padre de la víctima

También los forenses han hecho alusión a las lesiones de D. C. N, padre de la víctima, presente en la discusión y el forcejeo con el acusado. Cinco heridas correspondientes a cinco golpes que se habrían causado con un objeto contundente «tipo barra o garrota», de borde redondeado y duro, y cuyo resultado es «compatible» con el relato que D. C. N. hace de los hechos.

El supuesto agresor que le asestó los golpes debió estar a su lado o frente a él, según los forenses, pues las lesiones se producen principalmente en la parte superior del cráneo. También presentaba una tumefacción (inflamación) en el dorso de la mano, a causa de «un posible gesto que puede hacer cualquiera en el momento que recibe un golpe en la cabeza y pone las mano para defenderse».

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