José Vicente Toribio, el emperador manchego que reina en bicicleta

El ciclista de Socuéllamos ha ganado la Japan Pro Tour por quinta vez. Lleva allí desde 2013, cuando se quedó en el paro y echó el currículo por todo el mundo

Toribio, con el maillot rojo de campeón del equipo Matrix-Powertag, en el que suma siete temporadas ABC
Juan Antonio Pérez

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Los mayas predijeron que en 2012 se acababa el mundo, y con eso Roland Emmerich , tan dado a imaginar catástrofes, rodó una película que costó 200 millones de dólares y cuadruplicó ingresos en taquilla. La historia de José Vicente Toribio Alcolea (Socuéllamos, 1985) es más prosaica: en 2012, como tantos españoles entonces, se quedó en el paro . Acababa de correr su tercera Vuelta a España consecutiva, pero la Junta de Andalucía, CajaSur y CajaGranada, los patrocinadores principales, tenían otras muchas prioridades antes de seguir invirtiendo dinero en un equipo ciclista. Ese año, la crisis ahogaba como nunca y el Gobierno de Rajoy estuvo cerca de pedir el rescate a la Unión Europea. O eso contaron.

Así que Toribio, que tenía 27 años y quería continuar siendo profesional encima de una bicicleta, echó el currículo por todo el mundo. Sin ponerse fronteras, a pecho descubierto, expectante por ver qué deparaba el destino. Desde el corazón de La Mancha, bromeaba incluso con su mujer y los amigos: «Imaginaros que me contestan de Japón». Casualidad o no, contestaron. Y allí se fue, al Sol Naciente, hace ya nueve años. Primero estuvo dos temporadas en el Team Ukyo , un equipo creado por Ukyo Katayama, expiloto de Fórmula 1; y ahora suma siete en el Matrix-Powertag . No puede decir que la experiencia haya sido mala: hace unas semanas, Toribio se proclamó campeón de la Japan Pro Tour por quinta vez.

«Los inicios siempre son difíciles, sobre todo en un país en el que la cultura es tan diferente. Al poco de aterrizar, recuerdo que viajamos con el equipo a una carrera y la habitación del hotel estaba completamente vacía; solo había un tatami. Pregunté por las camas y me contestaron que estaban dentro del armario. Eran futones de los que se ponen en el suelo». Lo relata a ABC riéndose por teléfono desde Osaka, la tercera ciudad más grande del país, de más de 2,6 millones de habitantes y situada a unos 500 kilómetros de Tokio.

«Fuimos a un hotel y la habitación estaba vacía. Pregunté por las camas y me dijeron que estaban en el armario. Eran futones»

La Japan Pro Tour es una especie de liga, en la que los ciclistas compiten de marzo a octubre. «Se hace especialmente dura porque tienes que estar concentrado durante mucho tiempo, lo que crea mucha fatiga mental, aparte de la física», explica. Antes eran 21 pruebas, el año pasado se redujeron a 15 y este han sido 17 debido al covid. Las carreras, de un día, se disputan en circuitos y son más cortas que en Europa, de unos 100 ó 120 kilómetros, lo que provoca que sea un ciclismo «más explosivo». Además, los circuitos «suelen ser bastante técnicos; todo es un sube y baja, aunque algunos tienen subidas más duras». También hay espacio para los critériums, que se corren en circuitos cortos, de uno o dos kilómetros, pensando en los esprínters.

«Me considero un todoterreno. No soy escalador puro ni esprínter puro, y me defiendo en grupos reducidos. Por eso creo que la Japan Pro Tour se adapta bien a mis condiciones», afirma antes de contestar a otra cuestión: cuando se le compara con Alejandro Valverde , uno de los mejores ciclistas del mundo, de características parecidas, reconoce que son «palabras mayores».

Las carreras se disputan en circuitos y son más cortas que en Europa, de unos 100 kilómetros. «Todo es sube y baja, y me adapto bien»

Buenas condiciones

En el Matrix-Powertag comparte maillot con tres extranjeros más: los españoles Paco Mancebo (tercero en la Vuelta a España de 2004 y cuarto en el Tour de Francia de 2005) y Airán Fernández y el venezolano Leonel Quintero. El resto son corredores locales.

El deporte más popular en Japón es el béisbol, seguido del fútbol, del sumo y de las artes marciales en general, pero el ciclismo «tiene reconocimiento». «Aunque en España no se conozca mucho, hay bastantes equipos profesionales de categoría Continental (la segunda en importancia después de la World Tour)», asegura.

El próximo año cumplirá su décima temporada en Japón, donde renueva de año en año porque «me gusta hacerlo así» y «las condiciones son buenas». A España vuelve cada año por Navidad. Se tira un mes recuperando el tiempo perdido con la familia y el entorno en el que creció. Y sí, también dándose atracones de queso, jamón o morcilla, «que por aquí hay poco».

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