Vista de la romería en mayo de 1994
Vista de la romería en mayo de 1994 - ARCHIVO ABC
25 AÑOS EN LA ROMERÍA

Virgen del Valle: Una tradición más viva que nunca entre los toledanos

Año tras año, la ciudad se vuelca con una de sus romerías más arraigadas y en la que participan miles de personas

TOLEDO Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Durante más de 25 años ABC ha venido informando puntualmente de la romería del Valle, la más antigua y arraigada entre los toledanos. Las páginas de este periódico han sido testigo fiel de esta fiesta que se celebra desde hace siglos el primer día de mayo. Con sol, la mayoría de las veces, pero también con jornadas de lluvia, tormentas o fuertes vientos, el día del Valle es único para los toledanos y el ritual se repite año tras año. El paseo hasta la ermita, la barca, la tortilla, los tostones, el repicar de la campana, el olor a hinojo y a tomillo, los amigos, las cervezas y la alegría de la primavera. Lo único que cambian cada cuatro años son los políticos que en los años electorales se multiplican por la romería, aunque los que tienen un sentimiento más toledano nunca faltan a la cita.

La crónica que ABC publicó el 2 de mayo de 1992 podría ser la de cualquier otro primero de mayo, como si el tiempo se hubiera detenido. «Un año más, miles de toledanos volvieron ayer a festejar la romería del Día del Valle, en esta ocasión favorecida por el buen tiempo y el sol que brilló durante toda la jornada». Y es que hablar del tiempo es siempre recurrente en cualquier crónica de este día que se precie, al igual que del sonido de las campanas. «Como siempre, las campanas de la ermita del Valle volvieron a repicar ininterrumpidamente, desde la noche anterior y durante todo el día. A las once tuvo lugar la misa en honor de la Virgen del Valle que contó con la asistencia, entre otros, del alcalde de Toledo, Joaquín Sánchez Garrido, el presidente de la Diputación, Adolfo González Revenga y la concejal de Cultura del Ayuntamieto de Toledo, María Ángeles Calvo Cirujano».

Vista del Valle en 2008
Vista del Valle en 2008 - ARCHIVO ABC

Solo han cambiado los nombres de los dirigentes de la ciudad, pero la esencia es la misma porque, como bien contaba ABC entonces, «la romería del Valle es la que más participación tiene y, a pesar de su antigüedad, no ha decaído en absoluto la fidelidad de los toledanos para con esta emotiva celebración que tiene como marco uno de los paisajes más hermosos de la ciudad». Los actos programados por la Hermandad de la Virgen también son los mismos de entonces. Las quínolas, las rifas de las medallas de oro y plata, las misas de difuntos de las 7, 8, 9 y 10 de la mañana y a las 11 la misa mayor, a la que acuden las autoridades, que después degustan el vino y la comida posterior acompañados por los mayordomos. Por la tarde, la procesión por los cerros del Valle.

Y todos los años, los puestos de Cruz Roja y Protección Civil para solucionar cualquier incidente y, como no, las salidas para atender algunos jóvenes con intoxicación etílica.

Pero la esencia de esta fiesta no cambia. Las jóvenes toledanas, como siglos atrás, siguen tocando la campana si quieren contraer matrimonio porque cuenta la leyenda que las mozas en edad casadera si lo hacen encuentran novio ese mismo año y las que ya lo tienen se casan. Por eso, durante todo el día el sonido de la campana es incesante por todos los cerros. Y, una una vez realizada la «toca de campana» y la visita a la Virgen en la ermita, los romeros toman algo en los bares que están instalados alrededor de la carretera o se trasladan hacia los cerros de la zona de la «la piedra del Rey Moro» para comer o merendar. Otro símbolo de la celebración es el «hinojo» que abunda a los alrededores y representa, según cuenta también la leyenda, la fertilidad y la planta favorece a las embarazadas para prepararlas para el parto.

Historia de la romería

La ermita, construida en el siglo XVII, sufrió muchas reformas que la dotaron de tres naves y en el interior destacan los azulejos artísticos de los zócalos y los trabajos de forja de Julio Pascual. Se levantó sobre los cimientos de la antigua iglesia de San Pedro de Saelicos, en uno de los lugares con las vistas más hermosas de Toledo, y su virgen recibe el nombre del lugar donde se encuentra el santuario, el valle de la ciudad.

La fiesta comenzó celebrándose el día uno de agosto, pero en 1631 se cambió al uno de mayo para evitar el calor y los peligros de esta estación. Los devotos acuden a la ermita a pie desde la ciudad y antiguamente se cruzaba de un lado a otro el río en una barca, conocida como la barca de pasaje, que se recuperó hace 25 años para su uso en ciertas ocasiones, como en este día.

Ver los comentarios