¿Aviones «antilluvia» en La Mancha?

Expertos y la Junta no tienen constancia de que se fumigue con agentes químicos el cielo de la región

EP

Expertos en meteorología y climatología y el Gobierno regional aseguran no tener constancia de que en Castilla-La Mancha se estén llevando a cabo fumigaciones aéreas de agentes químicos para evitar que llueva, mientras el Ayuntamiento de Camuñas pide que se investigue este fenómeno, o la Plataforma Cívica Guardacielos, que lo combate.

Para el decano de la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica y de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Francisco Javier Tapiador , «no tiene ningún sentido» decir que avionetas fumigan con materiales pesados los cielos para evitar la lluvia pues no existe constancia científica de ellos. Tilda por tanto este extremo de «tontería», pues explica que la escasez de lluvia es fruto de los cambios en los ciclos de precipitación. «Es como si dicen que han visto unicornios y dragones. Tendrán que presentar pruebas de que eso que dicen tiene alguna viabilidad», manifestó este integrante del equipo científico de la NASA, que insiste en reclamar a quien defiende estos planteamientos «pruebas y evidencias».

Experimentos

No obstante, afirmó que experimentos para intentar sembrar nubes para que llueva más o para que no caiga granizo «se han hecho siempre», sin ir más lejos, explicó, los realizados hace 40 años en el Centro de Investigación de la Baja Atmósfera de Valladolid donde hubo un programa muy importante de la NASA para intentarlo. «Pero todos lo estudios dicen que no hay forma de hacerlo. No hay manera sensata de saber si funcionan o no porque no hay dos nubes iguales. Se trata de estudios científicos no aplicados y no hay ningún resultado concluyente», reiteró Tapiador, quien aseguró que Castilla-La Mancha es una región semiárida y, por ello, «no debe sorprende que no llueva o que llueva de una manera muy poco regular; lo que estamos viendo es que como consecuencia del cambio climático y se producen cambios en los ciclos de precipitación», justificó.

Todo lo contrario defienden desde la Plataforma Cívica Guardacielos que, dedicada a poner fin a las fumigaciones aéreas clandestinas en España y a las actividades y estrategias de modificación climática o geoingenieria, constata la existencia de estas prácticas, que si bien dicen que en Castilla-La Mancha se iniciaron hacia 1979 por medio de avionetas que evitaban el granizo, se llevan a cabo ahora con medios «más sofisticados como drones y aviones que emiten microondas y deshacen las nubes».

Según Guardacielos estas fumigaciones, previa autorización del Gobierno, las llevan a cabo empresas privadas «sobre todo americanas, aunque también españolas y europeas, para controlar el clima porque se controlan los mercados, provocando de forma deliberada sequías para obligar a los agricultores a vender sus tierras, que acaban en manos de multinacionales». Ydenuncian que estas campañas se financian con fondos públicos aunque «no haya partidas concretas, pues se camuflan en acuerdos internacionales», explican.

Desde esta plataforma indican que estas prácticas que son legales (amparadas en la Ley de Agua de 1985), se intentan ocultar y cuando se les pregunta a los responsables públicos sobre ellas «echan balones fuera. No interesa que la gente se informe para que no se movilice y alegan que esto es ciencia-ficción porque se sale de todo lo que nuestra mente puede entender», alertan.

Investigación

Y es que esta misma semana el Ayuntamiento de Camuñas (Toledo) ha iniciado una recogida de firmas para paralizar «la flota de avionetas que esparcen productos sobre las nubes para romperlas y evitar posibles daños en las cosechas», pidiendo al Ejecutivo que investigue este fenómeno.

El Consistorio, que ha colgado en su página web este manifiesto, alega que en la comarca de La Mancha toledana, y más concretamente en la zona que comprende entre Madridejos y Alcázar de San Juan, arrastran desde hace años un problema de sequía bastante importante, que se ha visto acrecentado en los últimos años por la desaparición de las pocas lluvias que caían en estas «áridas tierras».

«No sabemos quiénes son los responsables de sustentar esta flota de avionetas que esparcen productos sobre las nubes para romperlas y evitar los posibles daños en las cosechas. Solicitamos una investigación sobre estos hechos y que se castigue a los culpables de rociar a la población con metales pesados, que contaminan aire y tierra y evitan que se produzcan las ansiadas lluvias y provocan una sequía premeditada y sin precedentes en nuestras tierras», reza el comunicado suscrito por el concejal de Agricultura y Medio Ambiente, Julián Cesteros. Es por ello que el Consistorio, a petición de los vecinos del municipio, ha iniciado una recogida de firmas para enviarlas a la Dirección General de Agricultura y se investigue.

Por su parte, la secretaria de Asaja en Toledo, Blanca Corroto, señaló que aunque no tienen una constatación visual ni fehaciente de ello, desde hace un par de veranos «algunos» agricultores de la zona de los Montes de Toledo les han hablado de la presencia de avionetas. «No es un tema que sea desconocido, pero no lo hemos visto. Bien es cierto que cuando el río suena agua llueva. Vuelan ahora en época de verano para romper tormentas. Si hay algo de verdad se debe investigar», agregó la también vicepresidenta regional de la organización agraria.

Mientras, fuentes de la Consejería de Agricultura alegan n o tener datos objetivos ni pruebas fehacientes de que en la región se estén llevando a cabo estas prácticas. Es más, desde el Gobierno regional aseguran que la Red de Control de la Calidad del Aire, integrada por 12 estaciones de vigilancia repartidas a lo largo de toda Castilla-La Mancha, no detecta niveles de sustancias alarmantes.

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