Reportaje

Avanza la investigación de los osarios en la iglesia de La Asunción

Hasta ahora se han recogido esqueletos de 5.500 a 6.000 seres humanos en este templo de Valdepeñas

Imagen de algunos de los huesos hallados ABC

IVÁN DUEÑAS

El equipo de arqueólogos y antropólogos que, dirigidos por Julián Vélez, estudia los restos óseos hallados durante la restauración de la iglesia de la Asunción de Valdepeñas, ha sacado a la luz nuevos datos referentes a la investigación. En un informe se especifica que se han recogido esqueletos de 5.500 a 6.000 seres humanos tras el desescombro del espacio bajo cubierta de la nave de San Lorenzo y la capilla penitencial del templo.

Los motivos que llevaron a la acumulación de semejante osamenta parece ser que tienen que ver con la sobreexplotación del subsuelo de la iglesia, que obligaría a hacer una monda de criptas y sepulturas. El informe apoya esta teoría en la cantidad visible de cráneos aislados, así como de huesos de brazos y piernas. La datación de los restos oscilaría entre los siglos XV y XVIII, aunque está pendiente de confirmación.

El estudio se encuentra en la mitad de trayecto. Dos antropólogos forenses de la Universidad de Granada han manipulado ya 2.264 cráneos, algunos fragmentados, pero casi todos en buen estado de conservación. La mayor parte de ellos son de adultos con edades comprendidas entre los 21 y los 40 años. El análisis de las causas de mortandad ha revelado enfermedades infecciosas y episodios de excesiva violencia.

Además, se ha observado un gran número de afecciones «maxilodentarias», como caries y abscesos, «hiperostosis porótica» en niños o falta de desarrollo en la compactación del cráneo debido a la malnutrición. También anemias y lesiones propias de la sífilis, o epidemias como el cólera. Hay una decena de cráneos a los que se les practicó la trepanación, técnica de cirugía simple de la época.

Entremezclados en la osamenta, también han sido hallados restos de ataúdes, fragmentos textiles, un rosario, un candelabro y el cráneo de un ciervo. Se espera que la investigación se prolongue hasta el final del verano, cuando concluyan las catas arqueológicas de las galerías subterráneas y se consulten los libros parroquiales de defunción para determinar el número de pobladores del municipio hasta 1820, año de enterramiento del último difunto en la iglesia de la Asunción.

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