Pablo Paz - Arando el Mar

Sacar partido a la arena

En Tenerife han puesto el nombre de un paseo rehabilitado en Guía de Isora el nombre de Gabriel Escarrer por transformar piscinas naturales y adaptar varias calas en Guía de Isora para crear empleo con el turismo

Pablo Paz

Cuando se habla de Tenerife todavía queda gente que se sorprende en el momento en que descubre que dicha isla es algo más que sol y playa. Que la isla del Teide. Tanto en paisajes y en orografía como en clima; y no digamos ya en costumbres, gastronomía o tradiciones culturales. Pocos destinos turísticos pueden permitirse el lujo de ofrecer tanta diversidad y contraste en un territorio tan limitado y con una imagen tan marcada por el sol, la fuerza del viento y la intensidad de un mar que ha ido conformando, casi tejiendo a través del tiempo, una costa con formas caprichosas, que no sólo ha creado playas hermosas, sino grutas con encanto o entradas sorprendentes que conforman piscinas naturales, que el hombre ha sabido adecuar, de forma respetuosa con la naturaleza, para su uso y disfrute.

A diferencia de otros lugares del territorio español, donde sus habitantes apenas si se desplazan de su área de confort y/o exploran su entorno; el canario en general y el tinerfeño en particular, suele escoger su tiempo libre – sobre todo los fines de semana-, para trasladarse en familia a practicar lo que más le gusta: conocer un poco más su bendita tierra. Desde visitar a su patrona en su Santuario, a bañarse en alguna playa o patearse un monte, visitar un pueblo pintoresco, hacer surf, practicar ciclismo de montaña, montar en parapente o en kayak, hacer rapel, por supuesto buceo o escalada; entre otros muchas otras actividades que seguramente me puedo haber olvidado; pero lo bueno de todo esto es que, por lo general, casi siempre, se termina arribando en un guachinche rodeado de sus familiares o amigos.

Y cada fin de semana siempre queda algo por descubrir que está a unos pocos kilómetros de distancia -en Canarias las distancias siempre son relativas-, de nuestra zona de confort. Y entre las maravillas que aún nos puede quedar por conocer, se encuentra la zona costera de Guía de Isora, en el Sur de Tenerife; pero este Sur es un lugar distinto y único porque no está masificado, porque todavía conserva sus raíces y sus costumbres casi inalterables, porque sigue viviendo un poco del mar y otro tanto de la agricultura y de la ganadería; porque sus plantaciones de frutas tropicales y sus plataneras – aunque desgraciadamente cada vez menos-, siguen pincelando de verde su orografía reseca y arañada de barrancos y de restos volcánicos. Es un lugar duro pero de gente amable que ha sabido sacar lo mejor de la tierra y de su mar.

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