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EN EL PIRINEO

Las últimas nevadas animan la campaña de esquí

La estación de Candanchú está operativa, después de un mes de diciembre «horribilis» por la falta de nieve

ZARAGOZA Actualizado: Guardar
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La nieve parece que ha llegado para quedarse en el Pirineo aragonés. Tras un mes de diciembre atípico, en lo que a la climatología se refiere, el nuevo año ha traído abundantes nevadas y una bajada de temperaturas, lo que se traduce en buenas noticias para las pistas de esquí.

Las nevadas con las que ha llegado el 2016 permitirán aumentar paulatinamente el número de kilómetros de pistas en los próximos días con la previsión de alcanzar casi los cien en la recta final de las vacaciones de Navidad.

Tan solo en la pasada madrugada, en Formigal-Panticosa, la borrasca ha dejado 20 centímetros de nieve nueva y en Cerler, 5 centímetros. En los centros turolenses, los copos no han llegado, pero el acusado descenso de las temperaturas ha permitido que los sistemas de fabricación de nieve artificial trabajen a pleno rendimiento para mejorar la calidad de las pistas y aumentar también el número de kilómetros.

En el caso de Candanchú, las últimas nevadas han favorecido su apertura, tras un mes de diciembre «horribilis», en el que la falta de nieve ha tenido la estación cerrada.

Para Aragón, la nieve es un recurso económico de primer orden. Las pistas de esquí generan cada año 155 millones de euros. De ellos, solo un 20 por ciento se recauda por la venta de entradas. El resto llega, principalmente, a través de la hostelería y el comercio, que son los sectores que más beneficios notan.

A la riqueza generada, hay que sumar el empleo que se crea en las estaciones de esquí y en los alrededores durante la campaña de invierno. Cada año, unas 800 personas trabajan para Aramón, a los que hay sumar los casi 15.000 puestos de trabajo indirectos que genera la nieve.

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