El retablo empezó a ser restaurado hace tres años y vuelve a lucer con todo su esplendor original
El retablo empezó a ser restaurado hace tres años y vuelve a lucer con todo su esplendor original
Arte

La DPZ culmina la restauración del retablo romanista de Langa del Castillo

Se han invertido 23.000 euros tras varios años de rehabilitación de esta pieza de principios del siglo XVII

Zaragoza Actualizado: Guardar
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La Diputación de Zaragoza (DPZ) ha culminado la restauración integral del retablo de la Virgen del Rosario de Langa del Castillo, un conjunto de estilo romanista realizado a principios del siglo XVII y de una calidad «muy notable», según destacan los técnicos.

La actuación, que ha supuesto una inversión de casi 23.000 euros, se ha realizado en dos fases a través del plan de restauración de bienes muebles eclesiásticos que la institución provincial convoca cada dos años.

El retablo puede verse en una de las capillas de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Langa y es una obra de dimensiones medias y estructura sencilla en la que destacan la talla exenta de la titular, la Virgen del Rosario, y otras esculturas que representan El Calvario y a San José con el Niño.

Gracias al estudio histórico-artístico llevado a cabo por el profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza Jesús Criado, se sabe que la mazonería fue realizada por los ensambladores bilbilitanos Jaime Viñola y Antonio Bastida. El primero también trabajó en la colegiata del Santo Sepulcro y la catedral de Tarazona y el segundo, en las iglesias de Nuévalos y Maluenda. En cuanto a las esculturas, todas las investigaciones llevadas a cabo por Criado apuntan a que fueron realizadas por el imaginero Francisco del Condado, que colaboró en numerosas ocasiones con el tándem Viñola-Bastida y que también esculpió en localidades como Monterde, Montón o Gotor.

El retablo, que fue construido hacia el año 1630, presentaba numerosos problemas de conservación: vencimiento hacia atrás de la calle izquierda, un fuerte ataque de insectos xilófagos; grietas longitudinales y múltiples agujeros intencionados en los fustes de las columnas; diversas quemaduras; numerosos desgastes en los dorados de la mazonería; oxidación del barniz original; gran acumulación de polvo, humos grasos, deposiciones de insectos y salpicaduras...

Como curiosidad, los rostros de ciertos personajes también sufren daños intencionados, un hecho habitual en las representaciones de la pasión que se debe a la forma en la que algunos fieles mostraban su repulsa a quienes juzgaron y martirizaron a Cristo. Esos daños forman parte de la historia del retablo, por lo que sobre ellos se ha actuado para conservarlos más que para corregirlos.

La primera fase de la intervención se realizó con cargo al plan de restauración de bienes muebles eclesiásticos 2012-2013, mientras que la segunda se ha incluido en el plan 2014-2015. En ambos casos, los trabajos han sido ejecutados por la restauradora María Jaime, y en total han costado 22.800 euros financiados por la Diputación de Zaragoza (60%), el Ayuntamiento de Langa del Castillo (20%) y el Arzobispado de Zaragoza (20%).

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