A la cárcel por compartir coche con su mujer, a la que tenía prohibido acercarse

Un hombre ha sido enviado a prisión por compartir viaje en el mismo coche con su mujer, a la que tenía prohibido acercarse por un presunto delito de malos tratos que ella misma denunció hace apenas un mes. La pareja reside en Teruel.

Valmir Rosa D. J. está acusado de haber agredido a Tatiana N. C. y de, presuntamente, haberle propinado un mordisco en una de sus mejillas. El caso está en los juzgados pero, como medida cautelar, el 19 de marzo se le impuso al hombre una orden de alejamiento: no podía acercarse a su pareja ni comunicarse con ella por ningún medio.

Pese a ello, fue sorprendido viajando en el mismo coche con su pareja y con otra mujer más el pasado miércoles, 12 de abril.

Iban en ruta por la autovía A-23, a la altura de La Puebla de Valverde (Teruel). En la sentencia no consta que la mujer se subiera el coche por la fuerza o contra su voluntad.

Por estos hechos, el titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Teruel, Jerónimo Cano Lasala, acaba de condenar al hombre a seis meses de prisión, por un delito de violencia de género consistente en quebrantamiento de medida cautelar, con la agravante de reincidencia.

Además, el mismo juez ha denegado la suspensión del cumplimiento de la pena, por lo que el acusado deberá ingresar en prisión y cumplir los seis meses de cárcel que se le han impuesto.

El magistrado lo justifica considerando los antecedentes penales que ya le constan a este mismo hombre, en el que aprecia «un notable riesgo de reincidencia». Además, subraya que incumplió la orden de alejamiento «de forma dolosa e intencionada», y que «ha dado muestras sobradas y suficientes de ser una persona incapaz de controlar sus impulsos antes de actuar».

Queda pendiente ahora el juicio por los presuntos malos tratos infringidos contra su pareja el pasado mes de marzo. Aun con todo, el juez que le ha enviado ahora a prisión por quebrantar la orden de alejamiento indica que se aprecian en ese hombre «dosis de violencia e intimidación considerables», y que «existen indicios razonables y fundados para sostener que propinó un mordisco en la mejilla de su pareja».