Sociedad

Así acorta la vida el frío invernal y el sofoco veraniego

Zaragoza lo cuantifica clínicamente: una media de 53 habitantes mueren cada año de forma prematura por las temperaturas

Un termómetro, en plena canícula zaragozana, con la Basílica del Pilar al fondo Fabián Simón

D. A.

El frío invernal y el calor de la canícula acorta la vida de las personas, sobre todo si su salud es vulnerable por tener patologías que se pueden complicar con la exposición a temperaturas severas. Zaragoza ha cuantificado científicamente el fenómeno y ha concluido que, en la capital aragonesa, mueren de forma prematura 53 personas al año por culpa de las temperaturas extremas que se dan en la capital. Y eso que Zaragoza no es la urbe aragonesa con los inviernos más gélidos, aunque sí destaca entre las más sofocantes en las semanas más calurosas del verano.

El estudio lo ha realizado el Instituto de Salud Carlos III de Madrid. Lo ha hecho por encargo del Ayuntamiento, en el marco de los informes que éste ha recopilado para elaborar la nueva Estrategia municipal de Calidad del Aire y Cambio Climático. Las conclusiones de ese estudio clínico han sido incorporadas a este documento que acaba de presentar el Consistorio.

Según estos datos, en el decenio 2000-2009 se han identificado 530 muertes en Zaragoza relacionadas con las temperaturas extremas. Han sido fallecimientos prematuros, vidas anormalmente acortadas por ese motivo. En un buen número de casos se trataba de personas de edad avanzada o con enfermedades de base que se vieron fatalmente complicadas por las temperaturas ambientales.

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