Un Torra sin crédito político intenta por segunda vez hablar con Sánchez

El ministro Marlaska niega que los antidisturbios trabajen con falta de medios

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El presidente regional catalán, en la reunión de su Gobierno para «responder» a la sentencia del «procés» Efe

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Si no fuese porque la situación en Cataluña no es para hacer chistes, los intentos frustrados del presidente catalán, Quim Torra , de hablar con Pedro Sánchez darían para un «sketch». Ayer, por segundo día consecutivo, el presidente de la Generalitat llamó por teléfono al jefe del Ejecutivo, y por segundo día consecutivo este se negó a contestar. «Está reunido», le dijeron a Torra. Como un chiste.

Según aseguraron fuentes del Gobierno catalán, y después de que el pasado sábado Torra llamara sin éxito, y posteriormente mandase una carta para quejarse por su falta de respuesta, el «president» lo volvió a intentar . Según las mismas fuentes, apunta Efe, en Moncloa le respondieron que el presidente del Gobierno estaba reunido y que no se podía poner, pero que tratarían de realizar el contacto más adelante.

El sábado, cuando se produjo la misma llamada, el Gobierno trasladó de inmediato a la prensa que Sánchez no hablaría con Torra hasta que este condenase «rotundamente la violencia», cuestión que no ha hecho hasta el momento, añadieron. El mismo sábado, desde Moncloa se señaló que Torra «debería reconocer a la otra parte de catalanes, que no son independentistas» y que debe hacerse un esfuerzo por recuperar la convivencia en Cataluña, «últimamente, aún más dañada por el independentismo violento». También desde Moncloa se instó a Torra a establecer un diálogo con el resto de partidos catalanes antes que con Sánchez.

Desaparecido

Precisamente, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta , mandó ayer una carta al presidente catalán reclamando que convoque una reunión con los presidentes de los grupos parlamentarios presentes en el Parlament como previa a un hipotético encuentro con el jefe del Ejecutivo, resaltando que haya pasado de anunciar una etapa de «confrontación» a pedir un encuentro con éste.

Además de la citada reunión, Iceta le reclamó al presidente catalán que condene la violencia tantas veces como haga falta. « No basta con decir que estas actitudes no le representan , o que no representan el movimiento independentista», apuntó el líder socialista. Iceta apuntó que Torra está obligado, como presidente de la Generalitat, a marcar una línea clara entre las legítimas formas de discrepancia y cualquier actitud incívica, ya que «en diversas ocasiones se ha caracterizado por dar apoyo a los sectores más radicales del independentismo».

Desaparecido en la crisis, cuestionado internamente en el seno de su Gobierno, la oleada de violencia que ha asolado Cataluña en la última semana ha hecho que el poco crédito político del presidente catalán se haya evaporado. Más en su papel de activista que de presidente, el lunes felicitaba a quienes habían ocupado el Aeropuerto de El Prat. Al día siguiente, mientras Barcelona vivía su primera noche de disturbios, hizo un improvisado mensaje televisado en el que atribuyó los altercados a «provocadores e infiltrados». El miércoles abandonó una reunión de coordinación para sumarse a una de las llamadas «marchas de la libertad», mientras que el jueves, desde la tribuna del Parlament, echaba aún más leña al fuego prometiendo un referéndum antes de acabar la legislatura sin haberlo consultado ni a JpC ni a ERC . Por la noche se dejaba entrevistar en TV3. El viernes, mientras por la noche Barcelona vivía su episodio más violento de altercados, lo único que acertó a hacer el «president» fue felicitarse del éxito de las marchas sobre Barcelona. Lo siguiente, una inane declaración institucional el sábado junto a alcaldes y las llamadas frustradas a Sánchez. Penoso balance de quien ostenta el máximo poder institucional en Cataluña. Ayer, al menos, volvió a usar las redes sociales para mostrar su preocupación por todos los heridos, particularmente por la manifestante y el policía cuyo estado reviste mayor gravedad.

«Orden público»

Por parte del Gobierno, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska , insistió en la exigencia a Torra para que condene la violencia «de manera firme, rotunda, sin matices, sin adjetivos ni medias tintas, sin equidistancias». En la rueda de prensa posterior al comité de seguimiento de la situación en Cataluña, presidida por el presidente del Gobierno en funciones, Grande-Marlaska precisó que lo que se está dando en Cataluña esta semana es «un problema estrictamente de orden público» .

Marlaska negó por otra parte que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan tenido falta de medios y de recursos para afrontar las protestas. «Hablé con los agentes, con todos los cuerpos, y nunca me han trasladado problemas. Han sido los medios suficientes, los necesarios», concluyó.

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