Sánchez y Batet amparan los ataques al Rey en el Congreso

Rufián provoca una bronca al acusar a Don Felipe de ser «otro diputado de Vox»

El portavoz republicano mostró una foto de Franco saludando a Don Felipe de niño Europa Press
Juan Casillas Bayo

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El Congreso de los Diputados vivió ayer su sesión más tensa en lo que va de curso político. La bronca y el insulto se instalaron en la Cámara ante la permisividad de una presidenta, Meritxell Batet , incapaz de contener el fuego cruzado entre bancadas. La oposición cercó al Gobierno por los ataques al Rey desde el mismísimo Consejo de Ministros, pero la mecha de la indignación prendió cuando Gabriel Rufián (ERC), con total impunidad, se refirió a Don Felipe como el 53º diputado de Vox .

El inédito veto al Rey en la entrega de despachos judiciales y las afrentas de Pablo Iglesias , Alberto Garzón y Manuel Castells abonaron el terreno para una sesión de control al Ejecutivo en la que, por primera vez en muchos meses, la gestión de la pandemia del coronavirus quedó en segundo plano.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , en su cara a cara con el líder de la oposición, Pablo Casado , eludió censurar a sus ministros y se limitó a restar importancia a lo que denominó «amenazas ficticias». «Si quieren cambiar el régimen, lo que tienen que hacer es presentar una reforma constitucional y no seguir subvirtiendo la legalidad por la puerta de atrás», espetó Casado ante un impasible Sánchez, que se fue del pleno antes de terminar la sesión. La estrategia del Gobierno fue callar y, después, cuestionar que el PP haga un favor a la Corona erigiéndose en su defensor. «Ya lo hicieron con la unidad de España frente al independentismo catalán y ya ve cómo acabamos», apuntó Sánchez con sorna. Réplica similar a la que utilizó Iglesias frente al número dos del PP, Teodoro García Egea , quien reprochó la actitud displicente de La Moncloa.

«Están haciendo mucho daño a la Monarquía parlamentaria cuando se escudan en ella y cuando tratan de politizar el Poder Judicial, y le hacen daño cuando la identifican con la derecha», avisó Iglesias. «No nos hagan el trabajo, señorías», apuntaló. Además, el vicepresidente tildó al PP de «antidemocrático». Previamente, García Egea había afeado a Sánchez su silencio y había criticado que Iglesias se «atornille» al Gobierno. «Los insultos al Rey y los indultos a los independentistas, lamentable», dijo el diputado popular.

Por su parte, Garzón también acusó al PP de partido «inconstitucionalista» cuando el diputado Miguel Ángel Jerez le preguntó si iba a dimitir por «un acto inaceptable en democracia» –el viernes, el ministro acusó al Rey de «maniobrar contra el Gobierno»–. Garzón encendió a la bancada de la derecha con su tono condescendiente: «No les interesa la neutralidad de las instituciones, ustedes quieren a la Corona lo mismo que quieren a la bandera y al Poder Judicial, para echárselo a la cabeza a los que no piensan como ustedes y que consideran menos españoles». El PP le advirtió de que «su tiempo útil» en el Gobierno ha finalizado. «Apague la luz y cierre la puerta al salir» , le dijo Jerez a Garzón.

Campo niega el veto

El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo , fue el único que defendió a la Corona tras tibias respuestas al PP y Vox . Preguntado por la portavoz del PP, Cuca Gamarra , no aclaró quién había ordenado el veto al Rey, pero volvió a justificarlo en «la proximidad del 1-O», la inhabilitación de Quim Torra y la «convivencia». Ante Gamarra, Campo señaló que no compartía las palabras de sus compañeros, pero que las respetaba. «No busque una confrontación del Gobierno con la Monarquía porque no la va a encontrar», dijo. Luego, cuando Rufián comenzó su «show», el ministro sí prometió salvaguardar la Monarquía hasta su «última gota de sangre».

El portavoz republicano, cuya habilidad para captar el foco mediático es innegable, se refirió a Don Felipe como «otro diputado de Vox» mientras exhibía una fotografía del dictador Francisco Franco saludándole cuando era niño. Eso provocó una cascada de protestas en el centro-derecha, pero la presidenta del Parlamento se acogió al Reglamento de la Cámara para no interrumpir la sesión de control y pedir silencio a sus señorías.

Escrito de queja

Al término de las preguntas, Casado tomó la palabra para solicitar a Batet, por el artículo 103 del Reglamento, la retirada del diario de sesiones de las ofensas de Rufián. Batet, como en anteriores ocasiones, lo rechazó al escudarse en «la libertad de expresión». Se levantó entonces de su escaño Inés Arrimadas , con la intención de preguntar qué tenía que suceder para que la presidenta aplique algún día ese artículo.

Batet optó por silenciar el micrófono de la líder de Cs, aunque la diputada Mari Carmen Martínez , que defendía una interpelación a continuación, dio a conocer la pregunta de Arrimadas para celebración de las bancadas de PP, Vox y Cs. Tanto el PP como Cs anunciaron un escrito de queja ante la Mesa del Congreso , por lo que interpretan como un intento de callar a la oposición. Por otro lado, los populares pedirán la reprobación del vicepresidente Iglesias en una moción consecuencia de la interpelación que tuvo lugar ayer. El debate y la votación llegarán a la Cámara en dos semanas.

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