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Sánchez y Rivera firman el pacto entre PSOE y Ciudadanos el pasado 24 de febrero - Jaime García

Rivera y Sánchez chocan por el papel del PP en la salida al bloqueo político

Ciudadanos insiste en negociar medidas y solo después hablar de un candidato del PP o del PSOE. Los socialistas reiteran que no van a investir a ningún candidato popular

Madrid Actualizado: Guardar
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Ciudadanos y el PSOE chocaron anoche por primera vez después de consumar su alianza el 24 de febrero. Mientras Albert Rivera abría por la mañana la puerta a sumar al PP al acuerdo, sin descartar un candidato del PP a la Presidencia del Gobierno que no sea Rajoy, Pedro Sánchez insistía a última hora en que el PSOE «no va a apoyar ni a (Mariano) Rajoy ni a ningún candidato del PP». El presidente de Ciudadanos lleva días insistiendo en que el compromiso de su partido es con el documento y no con la candidatura de Pedro Sánchez.

En una entrevista en Antena 3 el presidente de Ciudadanos reiteró que el actual presidente no es el «idóneo» para liderar una nueva etapa reformista, pero advirtió deque si se pusiera «otro» al frente del PP, «ya todo cambia».

En la dirección del partido emergente se aspira a consensuar un programa a tres y que solo al final se hable de un candidato, que según afirman en el entorno de Rivera, como informó ayer ABC, «podría ser una figura distinguida del PP o del PSOE».

Esas palabras matinales de Rivera generaron incertidumbre en Ferraz durante todo el día. Pese a asegurar que Sánchez sigue teniendo la iniciativa, el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, no fue contundente a la hora de cortar el paso a las pretensiones de Rivera. Y no le afeó en ningún momento que no cierre filas con el líder del PSOE. «El candidato del PSOE será Pedro Sánchez», dijo Hernando, para rápidamente asegurar que «respetamos que el líder de Ciudadanos quiera esperar al tiempo constitucional de que fuese el Jefe del Estado el que plantease una candidatura oficialmente».

El portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, insistió en esta postura. «En estos momentos no hay un candidato institucional». Sienten que su estrategia está respaldada por la decisión del Rey de no convocar todavía una ronda de consultas e instar a los partidos a negociar. «No es tiempo de que ninguna persona se postule, sino de que se haga un esfuerzo de entendimiento».

A última hora de la tarde, el líder socialista tuvo que salir al paso de una dinámica que iba camino de colocar al PSOE completamente plegado a la estrategia de Ciudadanos. Sánchez volvió a dejar claro que él mira hacia Podemos, no al PP. «En la pasada investidura yo lo dije muy claro. El PSOE quiere impulsar el cambio que mayoritariamente los españoles votaron el 20 de diciembre y eso implica apostar por ese cambio Ciudadanos, el partido del señor Iglesias y el Partido Socialista».

Carta conjunta

Estas fricciones PSOE-Ciudadanos se produjeron horas después de que ambos partidos enviaran una carta conjunta a PP, Podemos, PNV, IU, Compromis. Sin embargo, los socialistas aclaran que con el PP solo hablarán «de una serie de reformas que necesitan de un Partido Popular en la oposición, leal», como la reforma constitucional. Sánchez trata de recuperar la iniciativa después de la advertencia de Podemos, que vio clara esta jugada. Su «número dos», Íñigo Errejón, había alertado al PSOE de que el acuerdo alcanzado con Ciudadanos conduce a Sánchez a que «alguien le entregue en manos de la gran coalición». Errejón insistió en que ellos mantendrán hoy una reunión con Compromís e IU a la que siguen invitando al PSOE pero no a Ciudadanos. Motivo por el que los socialistas no acudirán.

La negativa de Podemos a reunirse con Ciudadanos cortocircuita la alternativa que persigue Pedro Sánchez. Mientras que la insistencia del líder socialista en que en ningún caso apoyará al PP ni hablará con ellos del Gobierno, corta en seco el intento de Rivera de buscar un acuerdo de los tres partidos constitucionalistas.

Aunque las dos fuerzas hacen esfuerzos por mantener sana su alianza, el desencuentro en cómo encarrilar este periodo y hacia que lado del espectro ideológico debe enfocarse la negociación es total. Las declaraciones de Sánchez anoche son justo lo que Rivera no quería: que antes de hablar de nombres y de «imponer vetos» se empiece a hablar de quien debe ser el candidato.

La supervivencia de Sánchez

Lo que sí quiere dejar claro la dirección socialista es que Pedro Sánchez sigue siendo el único candidato y no van a pedir al PP que apoye su investidura porque son «antagónicos» y porque, además, saben que los populares no lo acetarían. No obstante, ayer se vio que el líder del PSOE necesita a Rivera mucho más que el líder naranja a él, porque sigue empeñado en que Podemos se abstenga y acceda finalmente a investirle en otro pleno; o, en el peor de los casos, que la expectativa de cambio siga viva para repetir como candidato a La Moncloa en las elecciones del 26 de junio.

Por eso, en el PSOE ha sentado bien la idea del Rey de descartar otra ronda de consultas a los líderes políticos «por el momento», ya que bloquea los intentos de Rajoy y deja a Sánchez en la recámara, a la espera de novedades. Ferraz no quiere oír hablar de la posibilidad, cada vez más comentada, de una renuncia de Mariano Rajoy en favor de otro candidato del PP.

Ayer, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, dejó de lado aquello de no opinar en clave nacional por prudencia. Si el pasado jueves pegaba un tirón de orejas al líder de Podemos, Pablo Iglesias, por atacar y no apoyar a Pedro Sánchez tras el primer debate de investidura, ayer volvió a distanciarse de la formación morada dejando entrever que una «alianza de investidura» entre PSOE, Podemos y Ciudadanos es la mejor fórmula para que España forme gobierno. Ya lo dijo el otro día. «Lo peor que le puede pasar a la ciudadanía es que se repitan unas elecciones» y ella desea un Ejecutivo «de cambio», y de izquierdas. El bloqueo de Podemos en estos momentos lo hace inviable, informa Tatiana G. Rivas.

Se le preguntó a la regidora si ve posible un entendimiento entre los tres partidos. «Depende de lo que se pretenda en el marco del entendimiento. Si estamos hablando de constituir gobiernos, pues evidentemente hay una dificultad objetiva porque puede haber programas con aspectos contradictorios, ¿no? Si estamos hablando de constituir alianzas de investidura pues es muy diferente».

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