Rajoy recibió a Fernández en la Moncloa el 4 de octubre
Rajoy recibió a Fernández en la Moncloa el 4 de octubre - EFE

Rajoy y Fernández sellaron el techo de gasto

Tras el acuerdo con el PSOE, el Gobierno dará prioridad a lo pactado con Rivera

Madrid Actualizado: Guardar
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La partida a varias bandas –negociación de Cristóbal Montoro con las Autonomías y de PP y PSOE en el Congreso– para acordar el techo de gasto que hay que mandar a Bruselas tuvo hace pocas horas dos últimos jugadores: Mariano Rajoy y Javier Fernández. Según ha sabido ABC, los responsables de los dos partidos hablaron por teléfono, poco antes del Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebró el jueves, para certificar los números del Estado: la subida de un 8% del salario mínimo y la disponibilidad por parte de las Comunidades de una décima más del PIB para políticas sociales.

El sello definitivo lo estamparon «de forma discreta» Rajoy y Fernández en una última charla que vino precedida por otras durante las últimas semanas dirigidas a allanar el camino hacia uno de los consensos más importantes de los últimos años.

Según fuentes del Gobierno, los dos máximos dirigentes de PP y PSOE mantienen desde hace meses un diálogo fluido «que guardan con la prudencia que a ambos caracteriza». Su buena sintonía posibilitó el desbloqueo de la investidura de Rajoy el pasado mes de noviembre, tras la traumática salida de Pedro Sánchez, «y continúa en otros asuntos que importan a todos los ciudadanos».

No obstante, apuntan en el entorno del presidente, el trabajo que fraguó el jueves no es de ahora. Incluso antes de la investidura de primeros de noviembre, tanto el anterior jefe de la Oficina Económica y hoy ministro de Energía, Álvaro Nadal, como el propio titular de Hacienda «habían hecho el trabajo de campo» con los dirigentes autonómicos que ha podido traducirse en un compromiso de cumplimiento del déficit rubricado por todos los presidentes socialistas, salvo los de la Comunidad Valenciana y Baleares.

Ahora, prioridad a Rivera

El Ejecutivo es consciente, no obstante, de que el papel de Ciudadanos, con el que llegó a un acuerdo de 150 puntos para el «sí» de sus 32 diputados en la investidura de Rajoy, ha quedado en un segundo lugar. La aritmética parlamentaria obligaba al PP a contar con 176 votos en el Congreso para sacar adelante el techo de gasto y los Presupuestos, ambas Leyes Orgánicas. Sin embargo, las mismas fuentes aseguran que a partir de ahora, y durante la negociación de los presupuestos, Rajoy va a dar prioridad a las políticas pactadas con Albert Rivera, muchas de las cuales coinciden casi exactamente con las que recogía el documento que también suscribió Albert Rivera con el PSOE, previo a la fracasada investidura de Pedro Sánchez. Por tanto, el objetivo más perseguido por Rajoy sería poder aprobar las cuentas del Estado con las dos formaciones constitucionalistas. Si no, las conversaciones para sumar al PNV siguen en marcha, con la exigencia sobre la mesa de los nacionalistas vascos de la retirada de recursos interpuestos contra el Ejecutivo de Iñigo Urkullu por parte del Gobierno de España y el pago de la deuda del cupo.

Lo cierto es que en las filas de la formación naranja no se oculta cierto malestar al haber quedado desplazada como socio prioritario. Sin embargo, como reconoce el propio vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, «ya sabíamos que se necesitan más socios y nosotros apoyamos que lo mejor es que pueda haber un acuerdo con el PSOE». Ese fue, precisamente, el discurso que mantuvo Rivera durante el mes largo de negociaciones, para atraerse a Ferraz al consenso. En el PP también se apunta al error de Rivera al negarse a que Ciudadanos entrara en el Gobierno de Rajoy, «lo que le hubiera conferido un protagonismo y una capacidad de decisión indudable», más allá de los necesarios puentes que habría que seguir tendiendo con el PSOE.

En el Gobierno hay, no obstante, satisfacción por los resultados cosechados en los últimos días, que se han traducido en el fortalecimiento de los dos partidos tradicionales frente a las nuevas marcas, Ciudadanos y Podemos. También el PSOE, que ha recobrado protagonismo en una situación de especial vulnerabilidad, se dispone a sacar rendimiento a unas medidas económicas dirigidas a las capas sociales que intentaba capitalizar Podemos.

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