Instituciones Penitenciarias concedió semilibertad a un etarra con riesgo medio-alto de reincidencia

La Audiencia Nacional vuelve a tumbar otro beneficio penitenciario a un preso de ETA que no cumplía los requisitos

Fachada de la Audiencia Nacional ABC

Isabel Vega

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El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional ha enviado de vuelta a prisión al etarra Íñigo Gutiérrez Carrillo al que Instituciones Penitenciarias había progresado al tercer grado, es decir, un régimen de semi libertad, pese a no cumplir con los requisitos y no contar con el aval de la Junta de Tratamiento de la propia prisión, que le daba un pronóstico de reincidencia «medio-alto».

El auto, al que tuvo acceso ABC, está fechado el 10 de febrero y es el tercer varapalo de la Audiencia Nacional a una progresión de grado de presos de ETA. Ya rechazó la semilibertad de Jon Crespo hace unos días y la de Unai Fano Aldasoro hace unos meses . Ambos tuvieron que volver a la cárcel tras el recurso de la Fiscalía porque ninguno cumplía el requisito básico de pedir perdón expreso a las víctimas más allá de un reconocimiento estandarizado de los hechos.

Según expone la resolución, en el caso de Gutiérrez Carrillo, condenado a 14 años de prisión que saldaría el próximo julio, la Junta de Tratamiento propuso «por unanimidad» que siguiese en segundo grado por «la gravedad de los hechos delictivos, la ausencia de permisos de salida junto con el resto de los factores». Consideraban que su permanencia en la cárcel era el régimen «que mejor se adapta a las características del penado».

Además, señalaban que su hija cumpliría tres años en enero y «necesariamente» abandonaría el centro penitenciario, «por lo que la presencia del penado en el módulo familiar es superflua, además de haber manifestado el recluso su intención de ser trasladado». Apostaban así por un acercamiento al País Vasco como «opción más adecuada».

«Cierta evolución positiva»

Sin embargo, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior y que ya había acometido el acercamiento del preso desde Madrid hasta el País Vasco el pasado mes de diciembre , concluyó que podía darle el tercer grado por apreciar «cierta evolución positiva» en su conducta.

Para el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, «el hecho de que el pronóstico de reincidencia sea medio alto y que se base la resolución administrativa en la existencia de 'cierta evolución positiva' lleva a estimar el recurso interpuesto por el Ministerio Fiscal ».

Y lo hace «máxime» porque en el expediente del preso figura un escrito en el que manifiesta su «compromiso inequívoco con las vías pacíficas y democráticas» y la «legalidad penitenciaria», declaración en términos muy similares a las que están utilizando otros presos como puntal de su supuesto arrepentimiento y que la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ya ha denostado por tratarse de textos estandarizados que no recogen un arrepentimiento ni una petición de perdón veraz.

«La circunstancia de que la Junta de Tratamiento proponga por unanimidad un segundo grado, así como que el escrito remitido por el interno no refleje una petición expresa de perdón a las víctimas de la organización terrorista ETA tal y como exige la legislación penitenciaria para la obtención del tercer grado, que se constituye en una mera manifestación de empatía (...) y no en una clara y transparente petición de perdón a las víctimas, obliga a estimar íntegramente el recurso interpuesto por la Fiscalía», dice el Juzgado.

Gutiérrez Carrillo ingresó en prisión el 27 de julio de 2008 y cumple una condena de 14 años por delitos de colaboración con banda armada y depósito de armas.

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