El Gobierno confirma que Romina Celeste es la víctima mortal 1.005 de la violencia de género

Este crimen eleva a treinta el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas en 2019

Romina Celeste Núñez, la joven paraguaya asesinada

EFE

La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género ha incluido a la joven paraguaya Romina Celeste Núñez , presuntamente asesinada por su marido y desaparecida desde la noche de Año Nuevo, como víctima mortal de la violencia machista.

Núñez, de 29 años y madre de dos niños, desapareció aquella noche y su marido fue detenido trece días más tarde y este jueves, tras meses de investigación, el Gobierno ha confirmado que se trata de un caso de violencia de género , el primero de 2019.

El cónyuge de la joven no denunció su desaparición hasta una semana después, cuando los familiares empezaron a inquietarse al no saber nada de ella. El presunto asesino, sobre el que existían denuncias previas por maltrato, aseguraba que él no la mató, que se la encontró muerta al regresar a casa la noche de Año Nuevo, se asustó y se deshizo de su cadáver, primero intentando quemarlo en el jardín de su casa y después arrojando sus restos en diferentes puntos de la costa de Lanzarote.

Días después de la desaparición, se encontraron restos de tejido del pulmón de la víctima en la costa. El agresor se encuentra desde el 13 de enero en prisión provisional con cargos por homicidio y malos tratos.

30 mujeres asesinadas en 2019

El asesinato de Romina Celeste Núñez eleva a 30 el número de víctimas mortales de la violencia machista en 2019, año en el que permanece un caso en investigación. En el 20 por ciento de los casos, seis, el agresor había sido denunciado . Como consecuencia de estos crímenes, 23 niños han quedado huérfanos, una cifra que asciende a 254 menores desde 2013.

Romina Celeste es la víctima mortal 1.005 de la violencia machista desde 2003, después de que la Delegación del Gobierno haya comunicado este jueves que saca de sus registros a Antonia G.O. , una mujer de 45 años hallada muerta el 8 de octubre de 2012 en Jaén, tras la sentencia absolutoria de su cónyuge en 2014.

Esta mujer, que había ingerido medicamentos y cuyo cadáver encontró su marido, apareció muerta en su cama con la cabeza colgando, postura que al parecer provocó en la fallecida una intensa congestión facial que pudo acabar con su vida.

El jurado consideró que no quedaba acreditada la culpabilidad del marido y que no se apreciaban en el cadáver «lesiones externas, ni signos de lucha ni defensa» y en la casa no había desorden ni signos de lucha.

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