La división política en el secesionismo se traslada a una ANC que señala a Torra

La entidad de Paluzie protestará contra la Generalitat por no dar pasos en la línea del 1-O

Los Mossos d'Esquadra defienden el Parlament durante la manifestación del 1 de octubre de 2018 EFE

Daniel Tercero

El nacimiento del nuevo partido político Crida per la República , que controla Carles Puigdemont desde Waterloo (Bélgica), repercute directamente en las formaciones independentistas con representación parlamentaria (ERC y el PDECat, principalmente, pero también la CUP) y, por un efecto contagio, en las entidades civiles que han protagonizado, en los últimos años, las movilizaciones callejeras en Cataluña. La entidad que vive más convulsamente los tiempos del «postprocés» es la Assemblea Nacional Catalana (ANC) que preside Elisenda Paluzie .

El pasado 20 de enero, 22 de las 43 agrupaciones sectoriales de la ANC —la asociación está organizada por tres tipos de agrupaciones: las territoriales, las del exterior y las sectoriales— salieron en defensa de Paluzie firmando un comunicado: «Queremos manifestar nuestro apoyo a la compañera Elisenda Paluzie (...). Ni nuevas elecciones ni más división». El motivo de este respaldo explícito y público a la presidenta de la ANC fue el movimiento interno que se había dado a conocer solo un día antes con el objetivo de derribar a Paluzie.

Según adelantó «Nació Digital», desde las agrupaciones de Barcelona y Gerona de la ANC se habría puesto en marcha un motín porque la entidad está en «parálisis», ha perdido el «liderazgo» dentro del movimiento secesionista y solo hace «seguidismo a los partidos». Además, a Paluzie también la acusan de centrar todos los esfuerzos de la ANC en el juicio del 1-O, que tendrá lugar en el Tribunal Supremo dentro de unos días, y dejar de lado la implementación de la república, ya que la entidad considera que el referéndum de autodeterminación de Cataluña se celebró y ganó el sí.

Paluzie estaría siendo víctima de sus propias palabras, pues estas no se están ajustando a sus hechos. En junio del año pasado, la presidenta de la ANC advirtió al gobierno catalán de que sería visto como una «traición» que este negociase con el Gobierno cualquier cosa que no sea la celebración de un referéndum acordado —para abaratar los costes de la secesión unilateral, pero no por considerar inválido el ya celebrado el 1-O de 2017— y en octubre, también de 2018, la entidad fijó una fecha límite (el 21 de diciembre) para que el presidente autonómico, Quim Torra, pusiera sobre la mesa una propuesta estratégica para implementar la independencia. Pasados unos meses, a lo más que ha llegado la ANC es a difundir un vídeo por internet criticando, precisamente, las «promesas incumplidas» de Torra y Puigdemont, a los que define como «autonomistas» (ni Puigdemont ha sido investido, ni se ha restituido al gobierno catalán tras el 155, ni se han aprobado las leyes suspendidas por el Tribunal Constitucional, ni se ha creado una asamblea de cargos electos).

El predecesor de Paluzie en la presidencia de la ANC, Jordi Sànchez, está en prisión preventiva — será uno de los doce que se sentarán en el banquillo de los acusados en la sala del Tribunal Supremo — y desde el pasado fin de semana es el presidente de la Crida. Por esto o por la presión interna, o por las dos cosas, lo cierto es que la ANC se volcará para «dar todo el calor» que pueda a los presos preventivos —nueve de los doce— que serán trasladados de Cataluña a Madrid , unos días antes de que se inicie el juicio en el Alto Tribunal, y poner en marcha movilizaciones de coacción contra Torra para que implemente la república catalana.

En una comunicación interna, de hace solo unos días y avanzada por «Vilaweb», la dirección de la ANC informó a adheridos y simpatizantes que el día antes del traslado de los presos preventivos «habrá movilizaciones en las capitales de comarca con los lemas #fakejustice (justicia falsa) y #makeamove (muévete)». «Se colgarán, preferiblemente en los ayuntamientos, pancartas de justicia falsa» y, dos días después, otros carteles indicando que la autodeterminación «es un derecho, no un crimen».

Pero, sobre todo, la ANC convoca a sus seguidores a una okupación de la plaza San Jaime de Barcelona , «ante la Generalitat», para reclamar a Torra y todo su Gobierno que den explicaciones por «lo que están haciendo para aplicar el mandato del 1-O». Para la asociación, si este «mandato» no se lleva a cabo se estará «permitiendo» que «la represión haga su efecto».

Todo un aviso para Torra, que ya ha visto como sus palabras son tomadas al pie de la letra, por ejemplo, por los Comités de Defensa de la República (CDR). «Apretad».

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