Alexis María en las Cortes Valencianas
Alexis María en las Cortes Valencianas - ROBER SOLSONA

Ciudadanos expulsará a Alexis Marí si rompe el grupo parlamentario

El ex portavoz en las Cortes Valencianas dice que no dejará el partido y la dirección nacional no quiere precipitarse, pero advierte: «Irse del grupo y votar por libre sería causa de expulsión»

Madrid/Valencia Actualizado: Guardar
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Ciudadanos expulsará del partido a su exportavoz en las Cortes Valencianas, Alexis Marí, si se consuma la posibilidad de que abandone el grupo parlamentario. Así lo confirman a ABC fuentes de la dirección nacional del partido, que aseguran que si finalmente da ese paso, previsiblemente acompañado de otros diputados regionales, podrían adoptar esta decisión: «Si fuera verdad es motivo de expulsión».

En cualquier caso, la apuesta por el momento es esperar, porque creen que si materializa la posibilidad acompañará su decisión renunciando a su afiliación: «Normalmente si se marcha del grupo se va del partido», dicen desde la dirección nacional. Pero por si acaso, advierten: «Irse del grupo y votar por libre sería causa de expulsión».

Marí fue relevado como portavoz parlamentario tras el Congreso del partido, después de haber asumido posiciones muy críticas contra la nueva redacción del ideario

, en el que se suprimía las referencias a la socialdemocracia. Pero la escalada del conflicto ha crecido tras el apoyo de Ciudadanos a los Presupuestos Generales del Estado del PP, que incluyeron un pacto para votar conjuntamente contra las enmiendas de la oposición. Y en estas enmiendas rechazadas había algunas que suponían inversiones adicionales en la Comunidad Valenciana. Marí se mostró muy crítico con esta decisión y entró en discusión en abierto con el diputado Toni Cantó y con el portavoz autonómico del partido, Fernando Giner. Especialmente duras fueron sus críticas a Cantó, después de que el diputado nacional le sugiriese que abandonase el partido.

Ya este lunes el asunto fue tratado en la reunión del Comité Permanente de Ciudadanos. Tras ese encuentro, la portavoz de la Ejecutiva nacional, Inés Arrimadas, pedía a Marí que dejase el acta de diputado: «Debería decidir si deja los cargos públicos que ha obtenido con las siglas de Ciudadanos». Arrimadas reconoció que «se valorarían» medidas disciplinarias si la actitud persistía.

En el partido creen que esta escalada verbal contra otros miembros del partido y algunas declaraciones -Mari llegó a decir públicamente que se avergonzaba del partido- pueden ser consideradas faltas muy graves, según lo que recogen los estatutos. En la norma interna del partido se considera falta muy grave «las manifestaciones públicas que menoscaben el buen nombre del Partido o de sus afiliados» o «la realización de manifestaciones públicas que puedan ser consideradas desleales o contrarias a los intereses del Partido». También creen que podrían ser aplicables sanciones por «el incumplimiento de las directrices emanadas del Comité Ejecutivo o de alguna de sus Secretarías en el ejercicio de sus competencias», si finalmente da el paso de romper la unidad del grupo parlamentario. Las sanciones en caso de incurrir en una falta muy grave van desde la «expulsión» hasta la «suspensión de la condición de afiliado de dos hasta cuatro años» pasando por la «pérdida del cargo orgánico que estuviera desempeñando» y la «inhabilitación para cargo orgánico del partido por el plazo de dos hasta cuatro años».

Fractura abierta

Los diputados del llamado sector crítico en las Cortes Valencianas encabezados por Alexis Marí -y en el que también se encuentran David de Miguel, Alberto García y Domingo Rojo- mantienen la incertidumbre sobre su futuro. El exportavoz ha manifestado su intención de abandonar el grupo si la formación asume posicionamientos que no comparte, pero todavía no ha movido ficha. De hecho, fuentes de Ciudadanos opinan que su estrategia pasa por provocar que le expulsen del partido en lugar de marcharse. Este mismo miércoles ha replicado a los que le piden que se vaya que «va a ser que no», y ha considerado que quienes «tienen mucha prisa en invitar» tan «alegremente» a que deje sus cargos deberían «reflexionar» sobre el «malestar que hay dentro del partido».

«Yo espero que no me saquen la tarjeta roja», ha manifestado en relación a una posible expulsión. «Seguiré diciendo lo que creo que tenga que decir, aunque pienso tantas cosas sobre el partido que si las dijese todas estaría seguramente hoy en Alcalá Meco», ha añadido. Aunque sus planes a corto plazo pasan por permanecer en el grupo, en una entrevista con ABC señaló que si el proyecto del partido «se dobla tanto como para pensar que nos estamos alejando de él, uno se tendrá que hacer planteamientos», en referencia a marcharse a los no adscritos.

Además, reconoció que los críticos podrían romper con la disciplina de voto. «Si hay algún posicionamiento que contraviene el ideario del partido con el que me presenté actuaré en conciencia», apuntó. En este caso, el reglamento interno del grupo -que no es público- contempla sanciones económicas que le podrían ser aplicadas, pero nunca se ha dado una situación similar. Aun así, desde la dirección nacional insisten: «romper la disciplina de voto sería motivo de expediente y puede que de expulsión» en función de la gravedad de las votaciones y de la reiteración de las mismas. Los estatutos del partido incoroporan esta cuestión como asunto vehicular en la organización de sus grupos institucionales: «Los Grupos Institucionales de Cs se regirán por los principios de unidad de acción y disciplina de voto, excepto en aquellas cuestiones específicamente reguladas en sus respectivos reglamentos». Esta última excepción suele reservarse para asuntos de contenido moral.

Sea como fuere, la imagen de división interna -incluso con cruces de acusaciones entre los propios parlamentarios sobre su asistencia a las Cortes o el número de iniciativas presentadas- resulta inevitable. Una calma tensa a la espera de movimientos y de la decisión desde la dirección nacional que, al fin y al cabo, puede determinar el proceso de selección de candidatos para las elecciones autonómicas y municipales de 2019. Hechos que, desde luego, están impidiendo al partido despegar en las encuestas, pese a que en la Comunidad Valenciana se dan tres ingredientes clave para que Ciudadanos pueda crecer: importantes núcleos urbános, un polo nacionalista en ascenso y el PP lastrado por casos de corrupción.

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