Aznar acusa a Iglesias de «dar la vuelta a la realidad» al culpar a las autonomías de la gestión de las residencias

FAES dice que las comunidades se han visto obligadas a «buscarse los recursos que la autoridad única ha sido incapaz de encontrar y suministrar»

José María Aznar, presidente de FAES GUILLERMO NAVARRO

Servimedia

La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que lidera el expresidente José María Aznar, denunció este miércoles que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias , quiere «dar la vuelta a la realidad» e intenta convencer de que el hecho de que «todas las autoridades y personal de las administraciones públicas queden bajo las órdenes directas de la autoridad competente en realidad significa reforzar las competencias autonómicas».

Así se desprende de la última publicación de los «Análisis FAES», que bajo el título «Autoridad única» desgrana algunos puntos del real decreto ley del 14 de marzo por el que se puso en marcha en España el estado de alarma y el «famoso mando único que el Gobierno ha ejercido en virtud de los poderes extraordinarios que le atribuye».

«No hablamos de coordinación, ni de impulso, supervisión o cogobernanza. Hablamos de subordinación jerárquica de todo el personal de las administraciones públicas, de todos los recursos públicos y privados, a las autoridades ministeriales declaradas competentes del Gobierno de la Nación», subraya FAES en su texto, en el que remarca que «esta situación tiene una importancia evidente, más aún si incide de manera tan directa en el ejercicio de competencias atribuidas a las comunidades autónomas».

Según la fundación de Aznar, «el mando único debe conllevar una responsabilidad de alcance igual al de los poderes que concentra y es necesario que dé cuenta de sus resultados». «Pero en vez de ofrecer una explicación adecuada, el Gobierno, y en especial alguno de sus más conspicuos representantes, descarga estas obligaciones en las comunidades autónomas e incluso, como ha ocurrido con el vicepresidente segundo, quiere dar la vuelta a la realidad», indica.

«[Iglesias] nos intenta convencer de que el hecho de que todas las autoridades y personal de las administraciones públicas queden bajo las órdenes directas de la autoridad competente' en realidad significa reforzar las competencias autonómicas», prosigue en análisis, antes de reconocer que «lo cierto es que el mando único no ha significado valor añadido alguno en la compra centralizada de equipos de protección y respiradores, ni en la capacidad de nuestro sistema sanitario, ni en la gestión de las residencias de mayores a cuyo frente se puso el vicepresidente segundo, ni siquiera en una definición homogénea de los datos de la pandemia».

FAES destaca que el desarrollo de la pandemia ha mostrado que en muchos casos las comunidades autónomas han tenido que «buscarse los recursos que la autoridad única ha sido incapaz de encontrar y suministrar». «El desconcierto de profesores, alumnos y familias ante la incapacidad de los ministerios competentes para articular soluciones coherentes y practicables a la reorganización de las actividades escolares y universitarias es, de nuevo, un preocupante desmentido a la eficacia de la autoridad única cuando esta se deposita en manos de solvencia gestora tan limitada como la de este Gobierno», añade.

Tras esta exposición, FAES subraya que ahora ese mando único «parece despedirse con un decreto ley que abre la 'nueva normalidad', tan nueva como aportación de política pública que prescribe contra el virus mascarillas, distancia e higiene personal. Y, por supuesto, multas».

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