Albert Rivera en rueda de prensa junto a la candidata a la Generalitat, Inés Arrimadas.
Albert Rivera en rueda de prensa junto a la candidata a la Generalitat, Inés Arrimadas. - efe

Rivera cree que la reforma electoral que propone el PP es una «cacicada»

Ciudadanos critica la desproporcionalidad del voto que supondría ese sistema. El partido defiende un sistema similar al alemán, con dos votos, para aumentar la proporcionalidad

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El Partido Popular tendrá muy complicado sacar adelante su propuesta para reformar la ley electoral en el ámbito municipal. Esta legislatura apenas deja margen para hacerlo, y en la próxima, con un parlamento previsiblemente más fragmentado, le será muy complicado. Todos los partidos de la oposición se han mostrado en contra de esta medida. El rechazo ha llegado también por parte de Ciudadanos, su único apoyo en los recientes pactos poselectorales y que ha permitido a los populares gobernar en cuatro comunidades autónomas y cerca de una veintena de capitales de provincia.

El presidente de la formación, Albert Rivera, ha valorado la propuesta del PP como una «cacicada», además de considerar que no subsana los defectos del modelo actual, que su partido radiografía en las listas cerradas y la falta de proporcionalidad del voto.

Minutos antes, durante una intervención en televisión, Rivera ya había criticado la propuesta popular. «No hay que intentar manipular, lo que hay que hacer es exigir que los votos valgan igual».

El partido de Rivera ha logrado un papel relevante en la política española por convertirse en una fuerza capaz de condicionar la gobernabilidad en muchas administraciones y en alcanzar acuerdos no solo con el PP sino también con el PSOE. Aunque Ciudadanos ha priorizado el apoyo a la lista más votada, y la crítica del PP se centra en lo que denominan «pactos de perdedores», en Ciudadanos no agrada la idea de caminar hacia un modelo que limite de facto la capacidad de pactos.

Además, estiman que otorgar directamente la mayoría absoluta en escaños a una formación que no obtenga la mayoría absoluta en votos contribuye a incrementar la «desproporcionalidad» del voto.

Ciudadanos defiende una reforma en línea con el modelo alemán, que también fue apoyada en su día por Alfredo Pérez Rubalcaba cuando dirigía el PSOE. En este modelo se contempla el sistema de doble voto. Cada elector tiene dos votos en los comicios generales. Con el primero decide entre varios candidatos en una circunscripción unipersonal.

Mediante el segundo voto pueden optar entre las listas nacionales desbloqueadas de cada partido. Es decir, se vota una lista pero se puede alterar el orden de la misma. En este punto de la propuesta radica una diferencia con el sistema alemán, en el que esa segunda papeleta es cerrada.

Ese segundo voto es el que decide el porcentaje de escaños que le corresponde al partido. Ciudadanos defiende que si un partido tiene el 20% de voto debe tener el 20% de los escaños.

A la hora de ocupar esos escaños, se empezaría por aquellos diputados que hubieran conseguido su acta en las circunscripciones unipersonales, para premiar y garantizar la proximidad del representante con su elector. En Alemania, en ocasiones se ha dado el caso de que un partido logre más representantes unipersonales que el porcentaje de escaños que le corresponde, por eso el número total de asientos del parlamento alemán varía cada legislatura para dar acomodo a todos ellos.

La propuesta del PP

El sistema de los populares se basa en la «prima de mayorías» y también en la convocatoria, en su caso, de una segunda vuelta. «Se trata de un sistema a dos vueltas con una prima de mayoría en la primera vuelta para que gobierne quien gana y no quien pierde», resumió Hernando.

El modelo contempla que si el ganador logra más del 35% de los votos y una diferencia de cinco puntos sobre la lista que queda en segunda posición, tenga una «prima». Y también podría beneficiarse de esa «prima» la formación que gane con una ventaja superior a los 10 puntos sobre la segunda, siempre que haya logrado más del 30% de los votos.

Si no se diera ninguna de esas dos condiciones, el sistema que propone el PP contempla una segunda vuelta en la que concurrirían todas las candidaturas que hayan superado el 15% de los votos, una presentación que el PP considera «razonable». En esa segunda votación se daría una prima de mayoría a la lista que se haga con la victoria con más de un 40% o siete puntos de diferencia sobre la segunda.

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