El etarra Beniat Aguinagalde, juzgado en la Audiencia Nacional
El etarra Beniat Aguinagalde, juzgado en la Audiencia Nacional - efe

Una testigo vuelve a identificar a Aguinagalde como el etarra que asesinó a Isaías Carrasco

El terrorista declara de nuevo que el día del atentado se encontraba realizando un examen de medicina en San Sebastián

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La testigo que reconoció a Beñat Aguinagalde en una fotografía ha vuelto a identificar al etarra como el asesino de Isaías Carrasco en el juicio contra el terrorista, que se ha repetido esta mañana por orden del Tribunal Supremo, que anuló una absolución de la Audiencia Nacional por excluir pruebas sin la motivación suficiente. La mujer, quien reconoció a Aguinagalde «sin ninguna duda» en un reconocimiento fotográfico ante la Policía vasca, ha relatado que la persona con la que se encontró minutos antes del atentado en el lugar de los hechos era la misma que luego huyó y la que se encontraba este lunes como acusada en la vista oral.

Aunque la mujer no observó al etarra realizar los cinco disparos que acabaron con la vida del concejal socialista, la testigo ha explicado que el chico –«joven, alto, guapo y de pelo negro, vestido con vaqueros claritos y una chamarra negra», según sus palabras- era el mismo que minutos después del atentado corría en dirección contraria en la calle Navas de Tolosa de la localidad de Mondragón, donde tuvo lugar el asesinato de Carrasco, que tenía entonces 42 años.

«En ese momento solo estábamos él y yo en la calle», ha afirmado la mujer, que también se cruzó con Carrasco, a quien saludó brevemente antes de que fuera tiroteado.

Repetición del juicio

El fiscal ha defendido este testimonio como una prueba suficiente para romper la presunción de inocencia del acusado. En el discurso en el que ha elevado a definitiva su petición de 32 años de prisión para Aguinagalde por los delitos de terrorismo, tenencia ilícita de armas y daños, el fiscal ha argumentado que «el reconocimiento se hizo con todas las garantías y se ha ratificado en un interrogatorio en el juicio, en el que se ha sometido a las preguntas de las partes», razón por la que no se ha mermado el derecho de defensa.

El Tribunal Supremo anuló precisamente una sentencia de la Audiencia Nacional que absolvía a Aguinagalde por este asesinato, después de que el tribunal considerara insuficiente el reconocimiento fotográfico de la testigo. Isaías Carrasco fue asesinado a la salida de su casa el 7 de marzo de 2008, en torno a la una y media de la tarde, cuando se encontraba en su coche para ir a recoger a un amigo, después de que un terrorista realizara cinco disparos a corta distancia.

Otra testigo, quien ha asegurado que no podría identificar al terrorista, ha narrado que vio a un chico con una descripción similar en la acera de aquella calle, «dando paseos de un lado a otro, en actitud de espera», admitiendo que es la misma persona que luego ejecutó los disparos y que salió corriendo de la calle.

Examen en San Sebastián

El acusado, por su parte, quien formaba parte del comando Asti de ETA, ha vuelto a declarar que aquel día se encontraba realizando un examen de anatomía patológica en la facultad de medicina en San Sebastián a preguntas de su abogado, quien ha pedido su absolución «porque ha quedado acreditado que no tuvo nada que ver» con estos hechos. Aguinagalde ha negado que entonces formara parte de la banda terrorista, aunque la policía le sitúa como un miembro no fichado.

Un compañero de la facultad, Asier Mitxelena, ha declarado que estuvo con el etarra en aquel examen, que debió de producirse por aquellos días, según sus palabras. Una amiga del terrorista ha añadido que ella comió con él después del examen, tras recogerle en coche, en un bar de Hernani, donde se enteraron por la televisión de la muerte de Carrasco. Aún así, el fiscal y la acusación han sembrado dudas sobre la coincidencia de aquel examen, que formaba parte de la convocatoria de febrero, con el día del atentado, que tuvo lugar el 7 de marzo.

La viuda de Isaías Carrasco, que no pudo contener la emoción, y la hija mayor del concejal han expresado que salieron de casa cuando escucharon el ruido de los disparos y que llegaron a ver al concejal saliendo del coche para desplomarse. Ambas han declarado que la familia ha necesitado tratamiento psicológico. Entonces, los hijos del matrimonio tenían 20, 14 y 4 años, respectivamente.

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