Enrique Barón, ayer, durante su discurso al plenario del PES en el que anunció la retirada de su candidatura
Enrique Barón, ayer, durante su discurso al plenario del PES en el que anunció la retirada de su candidatura - afp

Sánchez fracasa en su intento de colocar a Barón al frente del socialismo europeo

El expresidente del Europarlamento retiró su candidatura a presidir el PES antes de acabar el discurso, por temor a perder de manera contundente contra el búlgaro Stanishev

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Pedro Sánchez fracasó ayer en Budapest su intento por colocar al frente del Partido Socialista Europeo (PSE) al español Enrique Barón, expresidente del Europarlamento y exministro en los gobiernos de Felipe González.

Barón retiró su candidatura in extremis durante su discurso, y sin esperar a la votación, por miedo a perder «por goleada» frente al exprimer ministro búlgaro, Serguei Stanishev, que se presentaba a la reelección como presidente del PSE, reconocen a ABC fuentes socialistas.

La sombra de los encontronazos del líder socialista español con el verdadero hombre fuerte del partido, el presidente del Parlamento Europeo, uno de los líderes del SPD alemán, Martín Schulz, puede haber pesado mucho en el delicado juego de equilibrios del PSE a la hora de decidir no entregar a Barón un puesto cada vez más codiciado.

Célebre fue el malestar de Schulz cuando Sánchez decidió saltarse el pacto del Partido Popular Europeo y el PSE, para impedir que los 14 eurodiputados españoles apoyasen al luxemburgués Jean Claude-Juncker como presidente de la Comisión. Fuentes socialistas europeas pronosticaron entonces, a finales del pasado año, que una deslealtad así acabaría «pasando factura» al PSOE.

Sánchez se había empeñado personalmente en presentar la candidatura Enrique Barón, un hombre de su confianza más absoluta, para enfrentarle a Stanishev, a pesar de saber que éste era el favorito del SPD alemán, el partido socialdemócrata más poderoso en la Unión Europea.

La elección del presidente del PSE tuvo lugar ayer en el congreso que celebra en Budapest. Stanishev se presentaba a la reelección con el beneplácito de alemanes y austriacos, lo que en general basta para arrastrar las simpatías de los partidos socialistas de Europa del Este, a pesar de los muchos problemas que arrastra este ex primer ministro búlgaro.

Aunque Stanishev dice que se trata de «acusaciones políticas», en estos momentos pesan contra él acusaciones judiciales que pueden suponer hasta dos años y medio de cárcel por acusaciones de corrupción y ocultación de documentos, por no hablar de las que se dirigen contra su esposa.

Tiene la ventaja de que el suyo será un «mandato provisional» y no pondrá obstáculos si Schulz le pidiese que abandone el puesto. Y es que el presidente del Parlamento Europeo sopesa en estos momentos varias opciones tras el fin de su período al frente de la Eurocámara, dentro de año y medio. El cargo de presidente del PSE podría atribuir a Schulz nuevamente la candidatura a la presidencia de la Comisión, que ya disputó con Juncker, en las próximas elecciones europeas en 2019.

Barón, que ya fue presidente del Parlamento Europeo entre 1989 y 1992, tenía otras ideas y ya había adelantado que si resultaba elegido convocaría un congreso del PSE en 2017 para diseñar la estrategia electoral de los socialistas europeos.

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