Albert Rivera y Pablo Iglesias
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Podemos y Ciudadanos bajan al barro

Pablo Iglesias, preocupado por su estancamiento en las encuestas, cambia su estrategia y carga contra Albert Rivera, el «recambio» del PP

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La irrupción de Ciudadanos en el panorama nacional ha provocado un viraje en la estrategia de Podemos. La formación que lidera Pablo Iglesias, gracias a una oposición radical a los partidos que han gobernado en los últimos años, la «casta», llegó a crecer en estimación de voto hasta el 23,9 por ciento en el barómetro del CIS de enero, por delante del PSOE y a menos de 4 puntos del PP. En ese sondeo Podemos tocó techo. Comenzaba el ascenso del partido de Albert Rivera.

Según encuestas publicadas por medios de comunicación, Podemos ha ido cediendo votos mes a mes. Escándalos que han afectado a dirigentes del partido como Juan Carlos Monedero y los vínculos de la fundación del partido con la Venezuela de Hugo Chávez

han frenado su aceptación.

En las elecciones andaluzas su candidata, Teresa Rodríguez, tuvo que conformarse con un 15 por ciento, por debajo de sus previsiones. Ciudadanos fue, con el 9,4 por ciento, el cuarto partido más votado y se espera que el sondeo electoral del CIS confirme el ascenso de la formación de Rivera, cerca de PP, PSOE y Podemos. A Pablo Iglesias su discurso que enfrenta a los de «arriba contra los de abajo» ya no le sale tan rentable.

Rivera, un «recambio»

Ciudadanos, como Podemos, es un partido joven, sin experiencia de gobierno y con un lenguaje novedoso frente al sistema político que los españoles citan como uno de los principales problemas del país. Ciudadanos no es «casta», no es de los de «arriba». Mientras Rivera sólo era una alternativa en Cataluña, Pablo Iglesias lo ignoró. Ahora que Ciudadanos está casi empatado con PP, PSOE y Podemos, Rivera es un «recambio» del PP.

Después de semanas en un discreto segundo plano, el secretario general de Podemos reapareció a principios de este mes para cargar contra el presidente de Ciudadanos. Rivera es el «recambio» del PP, dijo Iglesias: «Es importante distinguir entre el cambio y el recambio. Son cosas diferentes». Su objetivo, presentarse como el único partido limpio de toda sospecha.

Dirigentes de la formación morada como Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero se sumaron a la ofensiva contra Ciudadanos. «El cambio no es sólo una cuestión de caras», dijo Errejón, sino de virar las políticas desarrolladas «exclusivamente para una minoría privilegiada». El cambio, añadió el número dos de Podemos, «es girar 180 grados las políticas injustas hechas al servicio de los privilegiados».

Errejón, eso sí, llegó a calificar como «buena noticia» la existencia de «más opciones políticas». Monedero fue más agresivo en su crítica. «Igual IVA para el pan que para un ferrari. ¡No me fastidies, Rivera!», le espetó el número tres de Podemos al líder de Ciudadanos por su propuesta de eliminar el tipo superreducido del 4 por ciento. Monedero dijo que el programa de Rivera es «neothatcherista».

Dinamarca o Venezuela

Rivera exprime las bazas de la regeneración política y la oposición al nacionalismo dominante en Cataluña, con la intención nada disimulada de no situarse en el eje ideológico ni a la izquierda ni a la derecha, igual que Podemos. Pero frente a la ruptura que promueve Pablo Iglesias, Ciudadanos ofrece «estabilidad y reformas», un cambio «sensato y viable». «Ciudadanos quiere justicia y Podemos quiere venganza», llegó a declarar Rivera.

En la presentación de su programa económico, el líder de Ciudadanos fue más allá y vinculó a Podemos con el chavismo: «Tenemos que escoger si queremos ser Venezuela o Dinamarca. Nosotros preferimos compararnos con Dinamarca. No queremos ni podemos querer competir con países cuyo modelo productivo está basado en la mano de obra barata y en donde no se respetan los derechos humanos».

La igualdad en los sondeos electorales, a un mes de los comicios municipales y autonómicos, han convertido la guerra entre los de «abajo» contra los de «arriba» en una guerra de todos contra todos.

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