«¿Se ha separado?», una de las preguntas que deben contestar los pilotos

Desde 2011 no se realizan entrevistas personales para detectar anomalías psicológicas

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Los pilotos se someten a análisis médicos y psicotécnicos constantes en el que se examina, al detalle, si existen anomalías de cualquier tipo. Estas pruebas están reguladas por la normativa europea, vigente desde el año 2011, y por tanto común para todos los países de la Unión Europea. Según establece este reglamento (en concreto, el 1178/2011), resulta indispensable que el piloto renueve su certificado médico cada 12 meses.

El plazo de validez de dicho documento, sin embargo, variará en el caso de los titulares de licencia «estén realizando operaciones de transporte aéreo comercial de pasajeros de un solo piloto y hayan cumplido 40 años» o con 60 años o más.

En estas pruebas se comprueba si que los solicitantes carecen de «cualquier anormalidad, congénita o adquirida» y para ello se examina el sistema cardiovascular, respiratorio, digestivo, metabólico y endocrino, renal y las capacidades visuales y auditivas, entre otros.

Menor supervisión

En relación con los test para detectar cualquier patología psicológica o psiquiátrica, la regulación señala que «los solicitantes no deberán tener historia clínica comprobada o diagnóstico clínico de cualquier enfermedad o incapacidad psiquiátrica» que pueda «interferir con el ejercicio» de la profesión. No obstante, indica que cuando el piloto evidencie «trastornos del estado de ánimo, neuróticos, de la personalidad, mentales o de comportamiento» sí podrá prestar servicio, siempre que supere «satisfactoriamente una evaluación psiquiátrica».

Todo ello en teoría. Porque en la práctica esta evaluación se reduce a un folio que entregan a los pilotos antes de entrar en la consulta con preguntas generales para conocer si el solicitante bebe alcohol, fuma o ha tenido algún desorden o problema que pueda afectar a su estado de ánimo, explica Javier Gómez Barrero, vicepresidente del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla).

«Anteriormente, el examinador te hacía una entrevista corta y podía decidir enviar al piloto a un especialista si era necesario. A partir de 2011 dejó de ser obligatoria». Estos test de personalidad se sumaban, además, a los que ofrecía por separado la compañía aérea, pero en los últimos años diversas aerolíneas españolas han suprimido sus gabinetes psicológicos.

Estos controles se llevan a cabo en los centros médicos homologados, como es el caso del Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial (CIMA), perteneciente al Ejército situada en la base de Torrejón de Ardoz. En esta institución se «lleva a cabo el primer reconocimiento médico», cuando se obtiene la licencia, detalla Gómez. Aparte de las pruebas para comprobar la destreza y la salud del aspirante a piloto, un psiquiatra y un psicólogo realizan una entrevista con preguntas sobre «el entorno familiar, si los padres han fallecido» o por si el solicitante ha sufrido una ruptura amorosa.

El control psicológico

¿Cada cuánto se hacen las pruebas?

La legislación comunitaria establece que el piloto debe renovar su certificado médico cada año.

¿Cómo se evalúa el estado psicológico?

Desde 2011 el centro médico entrega un impreso antes de que el piloto entre a la consulta, en el que le pregunta si bebe, fuma o ha tenido en los últimos meses algún problema.

¿Dónde se realizan?

Existen centros homologados de medicina. En Madrid, el centro de referencia es el CIMA, que cobra por renovar el certificado hasta 375 euros.

¿Cómo se otorga la licencia?

El examen psicológico más riguroso es el que se lleva a cabo al otorgar la licencia. Se realiza una entrevista con preguntas sobre, por ejemplo, el entorno familiar, si los padres han fallecido o si el solicitante se ha separado.

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