Aguanta el bipartidismo frente a la débil irrupción de los partidos nuevos

La fuga salta a primera vista: Un sector de votantes del PP, se quedaran o no en casa en las últimas elecciones, ha encontrado en Ciudadanos una papeleta que meter en la urna. Desde la izquierda clásica, muchos de IU, --pero no los del PSOE-- han hecho lo propio identificándose con Podemos.

La aparición como fuerzas parlamentarias en Andalucía de las formaciones que lideran en el ámbito nacional Albert Rivera y Pablo Iglesias respectivamente no ha podido del todo con el bipartidismo. Su máximo daño colateral ha dejado en estado de coma a IU, --que pasade 12 a cinco diputados--, y a UPyD, que nunca tuvo representación en esta región, aunque algunos sondeos llegaron a darle meses atrás tímidas esperanzas.

Ninguna encuesta logró prevér el aguante del PSOE.

La conosultora Deimos le dio un máximo de 45 escaños, la de GAD3 para ABC, entre 40 y 44, la de Metroscopia para El País, 45 asientos y la de Nc Report una horquilla de entre 43 y 45.

Con respecto al PP, los resultados muestran que de poco ha servido la preocupación de Génova ante la visión por anticipado del trasvase a Ciudadanos, que trataron de frenar propoiendo en sus argumentarios internos que trataban de afear las posiciones de ese adversario y retratar al PP como el único voto útil. «Las únicas propuestas de algunos es pactar con el Partido Socialista», era una de las frases. Otra, «los ciudadanos han de estar alerta ante los candidatos que venden renovación pero que gobiernan con el PSOE».

Hasta el reciente despegue de C´s detectado por los estudios demoscópicos, el mayor temor del PP era que sus fieles no se molestaran siquiera en ir al colegio electoral. Pero lo han hecho, aunque para apuntalar a un partido nuevo, lo que ha impedido a los populares acercarse siquiera a la reedición de su victoria de 2012, que en todo caso fue insuficiente.