El expresidente, junto a Moratinos, el pasado 26 de febrero en La Habana junto a Raúl Castro
El expresidente, junto a Moratinos, el pasado 26 de febrero en La Habana junto a Raúl Castro - efe

Zapatero, no sabe no contesta

Ante la inminencia del anuncio de su visita al Sáhara, ABC se dirigió entre el lunes y el miércoles a la oficina del expresidente para despejar la agenda y los intereses de estos viajes. El expresidente rehusó responder

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«No, no se va a contestar a esas preguntas». Fue la respuesta definitiva que la oficina de José Luis Rodríguez Zapatero en el Consejo de Estado ofreció este miércoles ante la insistencia de ABC por despejar los intereses y la agenda del expresidente en sus viajes internacionales, que a finales de febrero incluyeron Cuba y Bolivia y ahora, el Sahara Occidental.

En concreto, desde este diario se interrogó sobre la posibilidad de que Zapatero esté recibiendo ingresos por ejercer como intermediario de empresas en la búsqueda de negocios en los dos primeros países o en Guinea Ecuatorial, donde acudió en verano de 2014, siempre acompañado del exministro Miguel Ángel Moratinos. La percepción de cualquier retribución, más allá de la que pudiera cosechar por actividades como conferencias esporádicas, es incompatible con su presencia en el Consejo de Estado, donde cobra 99.675 euros de dinero público al año.

Desde su oficina, donde aseguraron haber planteado las preguntas de ABC a Zapatero al menos en dos ocasiones, tampoco hubo respuesta a la cuestión de quién paga estos viajes y de cuáles van a ser los próximos.

Injerencias políticas

Fuentes parlamentarias del PP expresaron su inquietud, no tanto por el hecho de que el expresidente pudiera estar introduciéndose en el lucrativo universo del «lobbismo», sino por que -quizás paralelamente- esté ofrecieiéndose a presionar en favor de la liquidación de la posición común europea con respecto a Cuba. Este supuesto supondría una grave deslealtad a España, cuyo Gobierno sigue manteniendo firme apoyo a esa política, que José María Aznar logró imponer en Bruselas durante sus mandatos. Una injerencia es lo que se teme también a la vista del anunciado viaje del expresidente al Sahara para asistir a un foro organizado por una ONG Suiza, lo que -como ayer recordó el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo- es «ilegal conforme al derecho internacional» al tratarse de territorios ocupados.

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