Alberto Garzón, candidato de Izquierda Unida a la presidencia del Gobierno.
Alberto Garzón, candidato de Izquierda Unida a la presidencia del Gobierno. - efe

Alberto Garzón promete crear un millón de empleos públicos en tan solo un año

Se trataría de un programa destinado a parados, que pasarían a tener salarios de entre 900 y 1.200 euros

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Alberto Garzón tiene un plan. Apurado por las encuestas viendo como Podemos le ha robado su caladero tradicional de votantes, el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno ha decidido pasar a la ofensiva. El malagueño ha presentado hoy su programa para crear empleo. Garzón ha puesto encima de la mesa un plan para dar trabajo a un millón de parados con salarios de entre 900 y 1.200 euros. Y por si fuera poco, ha advertido que esta promesa se desarrollaría en el primer año.

Se trataría de un plan llamado «Trabajo garantizado» cuyo coste estaría asumido por la Administración central, las auntonomías y los ayuntamientos. Un plan diseñado por el Estado y en el que participaría la sociedad civil, a través por ejemplo de las ONGs.

El candidato de IU ha explicado que este plan será el «principal pilar» de su programa electoral, aunque no ha descartado presentarlo antes como propuesta parlamentaria en el Congreso de los Diputados.

Los empleos creados serían de corte social, con especial atención a la dependencia y al cuidado de los menores. Garzón ha defendido su implementación gradual. La inversión inicial ascendería a 15.000 millones de euros que, dejando al margen las cotizaciones y los ahorros fiscales, quedaría en 9.600 millones de euros. Una cantidad que representa menos del 1% del PIB y que según Garzón representa una cantidad inferior a lo que le costó al Estado hacerse cargo en un año de la pérdida de valor de las inyecciones en entidades nacionalizadas.

En el primer año de aplicación de este plan, se crearía trabajo para un millón de desempleados. «El trabajo garantizado genera una reactivación económica», ha asegurado Garzón, que además ha defendido los ahorros aparejados de la desaparición de muchas prestaciones por desempleo. El plan para conseguir los recursos que financien esta política es de sobra conocido: aprobar una reforma fiscal en la que se combata el fraude fiscal de las grandes empresas y fortunas y en la que paguen más los que más tienen.

La segunda pata de financiación, al menos para el primer desembolso, necesitaría de la participación de los préstamos del Banco Central Europeo (BCE) a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Alberto Garzón ha venido a decir que si Rajoy tuviese voluntad, «podría poner el plan en marcha mañana mismo». «Este plan puede hacerse en los márgenes de la Unión Europea», ha señalado. El BCE, a su juicio, debería actuar para la gente», y no inyectar dinero a los bancos privados. «Se trata de un plan razonable y extraordinariamente necesario. Si la priorización de los gastos fuese de otra manera la riqueza estaría distribuida de una forma más justa».

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