Francisco José Carvajal, en una imagen de archivo
Francisco José Carvajal, en una imagen de archivo - Joan Llado
caso nóos

«Acudieron a la comparecencia de la Infanta con la única intención de grabar clandestinamente»

El juez pone fin a la instrucción del caso contra los abogados que captaron con una cámara la declaración de Doña Cristina

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El titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Palma, Manuel Penalva, subraya que los abogados Francisco José Carvajal y María del Carmen Jiménez, imputados como presuntos autores de la grabación de la Infanta Cristina durante su declaración en el caso Nóos, acudieron a la comparecencia de la Duquesa «con la única intención de grabar clandestinamente» su interrogatorio, tal y como, señala, se desprende de las pruebas practicadas al respecto.

Así lo pone de manifiesto en un auto de 45 páginas que el juez ha dictado esta semana para poner fin a la instrucción de estas pesquisas y abrir la vía para que ambos letrados se sienten en el banquillo de los acusados. El magistrado recalca que «ni una sola» de las 1.082 preguntas que el juez José Castro formuló durante la deposición de la Infanta guardaba una «mínima relación directa» con la actuación del cliente a quien ambos defendían, y además se marcharon antes de que finalizase la comparecencia.

El juez subraya, a la luz de las diligencias practicadas, que la declaración de Cristina de Borbón «carecería de trascendencia para los intereses» de su patrocinado y, de hecho, destaca que «prueba de ello» es que que ambos encausados se marcharon antes de que finalizase la comparecencia. «No sólo no esperaron a que terminara [la declaración], sino que, además, reservaron un billete cerrado, cuando lo lógico hubiere sido lo contrario».

En su resolución, Penalva afirma asimismo que Carvajal y Jiménez «son los únicos que adoptaron una actitud extraña y/o llamativa durante la declaración», puesto que a los pocos minutos de comenzar la misma, el letrado se desplazó hasta el penúltimo banco de la sala, donde estaba situado el abogado de la Infanta, Mario Pascual Vives, según el imputado para comentar con éste las incidencias del interrogatorio. Un extremo que negó el propio Pascual Vives, desmintiendo que hablara con él de este aspecto.

«Este comportamiento pudiera obedecer en su caso a un plan diseñado por ambos letrados con el fin de dificultar la delimitación de las acciones imputables a uno u otro», abunda el instrucción en su extenso auto, en el que asevera que «tampoco debemos pasar por alto el hecho insólito de que acudan nada menos que dos letrados, cuando a la mayoría de las declaraciones practicadas en el caso Nóos ni siquiera ha acudido» el abogado a quien sustituían, Javier Saavedra, «ni nadie que le representara».

Otro detalle al que alude el juez radica en que tanto Carvajal como Jiménez «dejaron sus abrigos apoyados durante toda la declaración en el respaldo delantero, aun cuando no sólo causaban lógica incomodidad a quienes ocupaban el segundo banco, sino que se exponían conscientemente a que las prendas se arrugaran». «Esta singular conducta podría obedecer, muy probablemente, a la intención de que las indicadas prendas actuaran como parapeto para ocultar las maniobras dirigidas a obtener la grabación de la Infanta», sostiene.

Del mismo modo, añade, «merece especial atención» el hecho de que Jiménez «se quitó el reloj y lo tuvo un rato en la mano, por encima del banco delantero», lo que «explicaría» parte de la grabación efectuada, que posteriormente fue difundida por internet a través de la plataforma Wouzee.