Susana Díaz y Pedro Sánchez
Susana Díaz y Pedro Sánchez - juan flores

Díaz medirá fuerzas con Sánchez tras convocar las elecciones

Un millar de cargos se dan cita el próximo fin de semana en Valencia para arropar a Puig

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Pedro Sánchez y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tendrán ocasión de medir los apoyos con los que cuentan el próximo fin de semana, durante la conferencia autonómica del PSOE, que reunirá en Valencia a todos los secretarios generales de federación y cuadros. Casi mil asistentes a un cónclave para arropar al candidato a presidir la Generalitat, Ximo Puig, y donde se va a escenificar la primera batalla de la «guerra» por la candidatura a la Presidencia del Gobierno en las primarias del 26 de julio.

Se escudriñará cada gesto de ellos y de quienes se les acerquen. Díaz llegará después de una semana en la que va a cobrar casi todo el protagonismo del PSOE tras disolver pasado mañana, lunes, el Parlamento andaluz para adelantar las elecciones al 22 de marzo.

Por si hubiera alguna duda, ayer recibió al coordinador general de IU, Antonio Maíllo, y le anunció que se dispone a «dar la voz a los andaluces».

Así, la cita de Valencia, tres días más tarde, será la primera ocasión para que la presidenta andaluza y el secretario general del PSOE se vean las caras después de la fuerte tensión de estos días. Ferraz acusa a Díaz y a los barones que la apoyan, incluido el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, de orquestar una maniobra de desestabilización contra Pedro Sánchez para obligarle a renunciar a las primarias tras la debacle que prevén en las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. El objetivo es aupar a la baronesa al cartel electoral para La Moncloa sin urnas internas.

El discurso oficial asumido por todos es que el adelanto de las elecciones andaluzas no tiene nada que ver con eso sino que, al contrario, la victoria de Díaz reforzará la marca PSOE antes de los comicios del 24 de mayo. El problema es que nadie se lo cree y todos se miran de reojo. A partir de ahí, cualquier hecho o declaración alimenta la espiral de desconfianza.

Y si ese hecho es una cena con Pablo Iglesias, como la que mantuvieron en diciembre José Luis Rodríguez Zapatero, Emiliano García-Page y José Bono en el domicilio de este último sin avisar antes a Sánchez, el conflicto es inevitable. Ferraz acusa a los tres de «deslealtad» por una iniciativa que, el miércoles, cuando se conoció, pilló al PSOE con el paso cambiado, en plena ofensiva contra Podemos.

Vara: «No es administrador»

Ayer rompió su silencio el secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, quien aprovechó para desmarcarse de cualquier operación desestabilizadora contra el secretario general, como ya hiciera hace dos días el líder del PSOE gallego, José Ramón Gómez Besteiro. Vara, de quien es conocida la opinión de que Sánchez debe ser candidato sin competencia alguna, dijo que el congreso del año pasado eligió «un líder, no un administrador de fincas». «Es, desde luego, el referente del PSOE».

La Dirección asegura que no está haciendo esfuerzos para que barones salgan a defender a Sánchez, pero ayer empezó a llegarle apoyo con cuentagotas: el alcalde de Lugo, José López Orozco, dijo que «lo está haciendo bien» y que no está en cuestión su liderazgo. Y el candidato a la Alcaldía de Salamanca, Enrique Cabero, fue más allá al señalar que está «muy consolidado» y tiene que ser candidato.

El sábado, en Valencia, abrirán la conferencia el primer secretario del PSC, Miquel Iceta; el presidente de Asturias, Javier Fernández, y Susana Díaz. Hay expectación por ver lo que dice Díaz, pero también Fernández, el otro presidente autonómico que tiene el partido. El asturiano, como Vara, responde al «viejo PSOE»: apoyaron a Eduardo Madina en 2014, pero no están nada de acuerdo con desestabilizar al secretario general elegido.

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