Los cuatro responsables del secuestro de Ortega Lara, durante su juicio en la Audiencia Nacional
Los cuatro responsables del secuestro de Ortega Lara, durante su juicio en la Audiencia Nacional - archivo
Historial delictivo

Bolinaga, carcelero de Ortega Lara y asesino de tres guardias civiles

El etarra se negó a revelar el zulo donde retenía al funcionario de prisiones secuestrado: «Que se muera de hambre ese carcelero»

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José Antonio Ortega Lara fue liberado en 1997, casi un año y medio después de que ETA lo secuestrara. Cuando la Guardia Civil le preguntó por el paradero del funcionario de prisiones a Jesús María Uribetxeberria Bolinaga, uno de los secuestradores, prefirió no dar ninguna pista. «Que se muera de hambre ese carcelero», respondió. 532 días después de su secuestro, la Guardia civil encontró a Ortega Lara en un zulo. ETA no colaboró de ninguna manera.

A Bolinaga lo detuvieron en mayo de 1997, después de que la Guardia Civil encontrara pruebas de un pago de «cinco kilos para Bol» por parte del cabecilla de ETA Juan Luis Aguirre Lete. Enseguida la Guardia relacionó esas siglas con Jesús María Uribetxeberria Bolinaga, natural de Mondragón, y montaron un dispositivo de vigilancia.

Fue así como comprobaron que acudía regularmente junto a otros tres etarras a una nave a la que transportaban comida.

El exjuez Baltasar Garzón autorizó la detención de Bolinaga y los otros tres etarras en una operación en la que participaron más de 500 policías. Pero nunca revelaron el lugar donde Ortega Lara estaba secuestrado. Así lo dijo el entonces ministro del Interior Jaime Mayor Oreja: «Pretendían dejarle morir de hambre si no lo encontraba la Guardia Civil».

Bolinaga había estado operando como miembro activo de la banda terrorista durante 19 años antes de su arresto. Nacido en Mondragón en 1956, Uribetxeberria se incorporó a ETA a finales de los años setenta como miembro de un comando legal denominado Txantxangorri. Esta célula se fusionó en 1985 con otra denominada Bellotxa, nombre que siguió utilizando el grupo resultante. Durante ambas etapas, los etarras cometieron numerosos atentados entre los que están los asesinatos de los guardias civiles: Mario Leal Baquero, el 5 de diciembre de 1985 en Mondragón, y Pedro Galnares Barrero y Ángel López Martínez-Colmenero, el 14 de julio de 1987, en Oñati.

Por estos tres crímenes fue condenado a 178 años de prisión, pero también estaba procesado, pendiente de juicio, por el asesinato del cabo primero AntonioRamos Ramírez, cometido el 8 de junio de 1986 en Mondragón.

En 1988 el grupo dejó de cometer atentados ya que compraron una nave industrial que fue utilizada para fabricar materiales para elaborar artefactos y como punto de distribución de explosivos entre otras células. Bajo el suelo de la nave industrial los etarras construyeron un zulo que utilizaron para mantener en cautividad al ingeniero Julio Iglesias Zamora, en 1995, y posteriormente al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.

Bolinaga detenido el 1 de julio de 1997 por la Guardia Civil dentro de la operación en la que fue liberado el funcionario Ortega Lara.

Por entonces tenía 41 años, no trabajaba y vivía con su madre. Y no tenía tanto interés por su vida. Cuando fue trasladado a Madrid para declarar en la Audiencia Nacional estuvo a punto de provocar un accidente. Cuando el coche en el que era trasladado rebasó a dos motoristas de la Guardia Civil a la altura de Burgos se abalanzó por sorpresa sobre el conductor con la inteción de chocar contra las dos motocicletas. Los agentes que lo custodiaban lograron reducirlo y evitar que «muriera matando».

Por sus delitos fue condenado a penas que sumaban casi 300 años de cárcel, aunque la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó el pasado 13 de enero otros 29 años de prisión por el asesinato de l guardia civil Antonio Ramos Ramírez.

Según el Ministerio Público, Bolinaga fue «el auto material» del asesinato. El etarra abrió fuego contra el agente asesinado cuando éste se introducía en el coche junto a su compañera. Antes había esperado oculto en el interior del vehículo a que los dos miembros del instituto armado abandonaran un bar en el que habían cenado, precisó Ismael Moreno en el auto.

El juez ordenó el ingreso en prisión domiciliaria de Bolinaga por esta causa el pasado abril tras tomarle declaración a través de videoconferencia, pero su decisión fue revocada después por la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, que consideró se trataba de «una medida innecesaria y desproporcionada».

Antes de su puesta en prisión domiciliaria Bolinaga llevaba 581 en libertad condicional. Esta situación fue concedida por el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, el 30 de agosto de 2012 y confirmada por la Sala de lo Penal el 12 de septiembre de ese año.

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