Ruiz-Gallardón celebra su primer cumpleaños alejado de la política por primera vez en tres décadas

Alberto Ruiz-Gallardón cumple 56 años este jueves viendo, por primera vez en su vida adulta, los toros desde la barrera. El madrileño anunció el pasado 23 de septiembre su dimisión como ministro de Justicia y su renuncia a todos sus cargos públicos. Gallardón, fiscal de profesión, ponía así punto y final a una larga carrera política que comenzó en 1983 y que le llevó de ser concejal en el Ayuntamiento de Madrid por Alianza Popular (AP) a portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, presidente de la comunidad y alcalde de la ciudad que le vio nacer.

«El objetivo de un buen político no es llegar, sino hacer, y yo quiero dejar en este ministerio una huella mayor que mi retrato colgado de la pared».

aseguraba en el Foro ABC del 11 de diciembre de 2011, poco después de firmar su renuncia como regidor para pasar a formar parte del gabinete ministerial del recién elegido Mariano Rajoy.

En sus casi tres años al frente del ministerio Ruiz-Gallardón se esforzó en cumplir esa máxima: impulsó la ley de las tasas judiciales, que implantó el pago de entre 100 y 1.200 euros para poder pleitear; impulsó la promulgación de una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que perpetua el sistema de designación política de los vocales; introdujo la polémica figura de la prisión permanente revisable en el nuevo Código Procesal Penal, que lleva un año paralizada en el Congreso; suprimió de un plumazo a mil jueces sustitutos sin prever que las consecuencias de este vacío revertirían en los tiempos de respuesta de la Justicia...

Sin embargo, no logró sacar adelante el proyecto que desató mayor controversia y que a la larga acabó provocando su dimisión, tras confirmar el presidente del Gobierno Mariano Rajoy que no saldría adelante: la reforma de la ley del aborto. «Creo que es mi obligación dimitir, puesto que no he tenido capacidad de convertir en proyecto el anteproyecto de ley del aborto», aseguraba en la rueda de prensa en la que anunció su despedida.

Además, sus reformas y proyectos de ley (en total tocó 79 textos) le enfrentaron con la mayor parte de los colectivos que prestan sus servicios en la Administración de Justicia, a lo que hay que sumar los contratiempos de su mandato, como la primera dimisión de un presidente del Tribunal Supremo (Carlos Dívar, a raíz de una campaña de descrédito) o la huelga de la carrera judicial en febrero de 2013.

El metro y la M-30, su legado en Madrid

En Madrid, ciudad y comunidad, las huellas de la gestión de Ruiz-Gallardón son aún más visibles. Llevan su nombre grandes infraestructuras como el soterramiento de la M-30, la creación de Madrid Río o la extensión del Metro a los municipios de la zona sur de la comunidad de Madrid (Metro Sur) y otras áreas como Carabanchel y Mirasierra. Para el recuerdo quedarán también sus rifirafes con su sucesora al frente del gobierno regional, Esperanza Aguirre, con quién él mismo reconocía haber tenido diferencias «sin llegar a romperse nunca la relación personal, de auténtica amistad».

Pese a su retirada de la primera línea, Ruiz-Gallardón no permanece totalmente aislado de la gestión madrileña. Desde el pasado 27 de septiembre forma parte del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid como miembro permanente, un organismo consultivo a nivel autonómico en el que percibe en torno a 8.500 euros brutos mensuales.