Uno de los correos amenazantes que ha recibido Dolores Agenjo
Uno de los correos amenazantes que ha recibido Dolores Agenjo - inés baucells
acoso de la generalitat

La directora del colegio que no abrió el 9-N: «No cedí porque no quiero que me utilicen»

Dolores Agenjo recibe amenazas de muerte. Dice que se apeó del proceso en «una decisión muy meditada»

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Dolores Agenjo, la directora del Instituto Pedraforca de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) que se plantó en solitario a las presiones de la jornada soberanista, tiene claro que volvería a hacer lo mismo si el proceso siguiera sin ofrecerle garantías. Ayer lunes, un día después de la pseudoconsulta, la directora llegó como cada lunes puntual a su clase de las 12.30 horas. Lo hizo, según afirma, con «la conciencia tranquila» por «haber hecho bien las cosas, aunque «preocupada» y «consternada» por una serie de amenazas que encontró de buena mañana al activar su correo. Antes de entrar en los motivos que le condujeron a no ceder las llaves de su instituto, aclara que no se apeó del proceso en el último momento, sino que fue «una decisión muy meditada».

—¿Le consta que otros directores se han negado también a entregar las llaves de su centro?

—Me consta que muchos, sobre todo de mi zona, recibieron presiones por parte de la Consejería de Enseñanza, y me consta que estaban preocupados. Sin embargo, al parecer soy la única que se ha plantado.

—¿Se ha sentido muy presionada?

—Como todos los directores me he sentido entre dos fuegos (la Generalitat y el Gobierno), y eso es una situación desagradable e injusta para nosotros. Al fin y al cabo, solo somos funcionarios mal pagados que no tienen entre sus responsabilidades la de colaborar en un proceso de tan alta carga política.

—¿Cuántas veces le ha instado la consejería a que participe?

—El pasado 16 de octubre, la Generalitat nos convocó a los directores para pedirnos que captáramos voluntarios. Desde ese día hasta el pasado jueves no tuve más noticias de la administración. Fue ese día cuando les comuniqué que no contaran conmigo. No obstante, el viernes volvieron a llamarme para ver si había cambiado de opinión. Mi respuesta fue la misma.

—¿Por qué cree que al final todos, o la inmesa mayoría de los responsables de los centros, han participado? ¿Temen más a las represalias de la Generalitat que a las del Gobierno?

—No podría decirle. Lo que sí tengo claro es que yo no temo nada porque me he limitado a no desobeceder. Seguro que algunos directores han colaborado porque comparten ideológicamente los motivos que han conducido a esta acción pero estoy segura de que otros muchos se han sentido presionados y han cedido.

—¿Por qué se plantó?

—Pues porque la Generalitat no nos ofreció ninguna protección. Los directores pedimos instrucciones por escrito y no se nos dieron. Solo nos ofrecieron un recibo de entrega de la llave y eso, según mi asesor, no es suficiente protección tras la impugmación del TC. De todos modos, tras la carta de la delegada del Gobierno ni una orden escrita hubiera sido suficiente para participar con garantías. No cedí porque me niego a que me utilicen políticamente.

—¿Volvería a plantarse?

—Si se dieran las mismas circunstancias desde luego. Quiero aclarar, no obstante, que no me opongo a que la gente se exprese libremente.

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