Elecciones municipales Sevilla 2019

Álvaro Pimentel (Cs), con la caña preparada

El candidato a la Alcaldía de Ciudadanos es el décimo de once hermanos, un sevillano de corte clásico que lleva la política en la sangre pese a que es novato en estas lides

Elecciones municipales en Sevilla 2019: Todo lo que tienes que saber

Álvaro Pimentel, candidato a la Alcaldía de Sevilla por Ciudadanos J. M. Serrano

Javier Macías

Álvaro Pimentel Siles (Sevilla, 1976) sabe lo que es estar en el gobierno. Fue secretario en la junta de la Quinta Angustia y ahora es diputado de tramo de la cofradía. Quien ha participado en el ejecutivo de una hermandad sabe bien cómo hay que manejar las distintas sensibilidades, más aún desde el centro. El nuevo líder de Ciudadanos en Sevilla lleva el servicio público en la sangre. No en vano, su progenitor fue funcionario del Ayuntamiento. Y, como un buen padre vale más que cien maestros -que diría Rousseau-, conoce los recovecos de la política local aunque aún no se haya paseado por los pasillos capitulares. Estuvo afiliado al PP en los años 90, «pero ya ni me acuerdo», dice. Su hermano Manuel , quince años mayor, fue ministro de Trabajo del Gobierno de Aznar entre 1999 y 2000. Cuando Álvaro decidió presentarse a las municipales, le dio el mismo consejo que su padre le ofreció a él en su día: «Nunca olvides de dónde vienes».

Esos orígenes están en un pueblecito de la Sierra de Grazalema llamado Algodonales , cuya entrada principal lleva el nombre de Manuel Pimentel, el vecino más ilustre. Ahí se crio una familia pudiente con nada menos que once hermanos. Él es el último. O el penúltimo, porque su madre quedó embarazada de gemelos y él salió al final. El décimo y el undécimo son dos gotas de agua, pero también dos polos opuestos que se atraen. Álvaro es jurista y César, odontólogo. Están tan unidos que afirma que su gemelo es «una de las mejores personas» que conoce.

Álvaro Pimentel (a la izquierda), junto a dos de sus hermanos ABC

Su vida ha estado entre Sevilla, Algodonales y Gines, donde pasó los veranos en el chalé de su familia y se enamoró de la agricultura . De ahí su afición a los huertos urbanos . Ahora ha empezado a cultivar en la terraza de su piso en Los Bermejales berenjenas, tomates y hasta pimientos. Su huerta aún está verde . Lo mismo le ocurre con los discursos. Es novato, y eso se ha notado en los debates . Es tímido y se sonroja cuando alguien cruza la barrera. Por eso no lleva bien la refriega cuerpo a cuerpo con sus oponentes y prefiere dirigirse directamente a la cámara. Ahí sí está cómodo, porque es afable, cortés y no cae en el cinismo clásico de la política. No imposta . Él lo reconoce: «En el primer debate estuve nervioso». Esa puesta en escena no le ayuda, eso sí, a que aumente su notoriedad . Ese es su punto débil y, quizá, también, su punto diferencial en estos tiempos donde se cuida más la imagen que la honestidad. Lleva apenas un mes como candidato, después de que Ciudadanos decidiera reubicar a Javier Millán en la Junta.

Pimentel, con la caña, detrás del paso del Dulce Nombre de Jesús en el Corpus de la Magdalena VANESSA GÓMEZ

La formación naranja sabe que la marca ahora tiene peso suficiente y que Pimentel tiene camino por andar , que es lo que más le gusta. Se desplaza a pie y, en todo caso, utiliza el transporte público porque un accidente de tráfico le retiró del Sevici, del que era usuario. Así ha ido recorriendo la ciudad en estos años en los que ha sido asesor del partido tanto a nivel municipal como en la Diputación, y ha descubierto que Sevilla «está muy mal» . Invita a darse un paseo por Las Letanías o Los Pajaritos para comprender la dura realidad. «Allí voy a llevar a mis hijos para que vean la suerte que tienen», asegura con la voz entrecortada.

Tiene dos niños , una de seis y otro de nueve, que este fin de semana ha hecho la comunión. Está separado y lo que peor lleva de su nuevo trabajo es no poder verlos. Por eso cree que volverá a ejercer la abogacía tarde o temprano. Estudió en el Tabladilla , se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla e hizo un máster en recursos humanos, lo que le ayudó a conseguir un trabajo en la Mercedes. A los dos años se colegió y montó un despacho en Viapol junto a uno de sus hermanos y otros dos socios.

César y Álvaro Pimentel ABC

Se confiesa sevillista con carné en Gol Sur , tiene un número cercano al 8.000. Se le nota relajado cuando habla de cofradías . Lo hace sin tapujos: cree que las hermandades deben autorregularse tanto en el número de procesiones como en el de nazarenos, no le gusta el cierre de bares en la Madrugada y no es partidario de una reforma de la carrera oficial. Apela al sentido de la medida , por eso tiene claro que quiere estar ocho años en la política municipal «pase lo que pase».

Pimentel es el tío de la caña en el Corpus de la Magdalena, puesto que no dejará «ni aunque sea alcalde». Ahora la tiene preparada para pescar en río revuelto y tener la llave del gobierno de la ciudad. Lo que no desvela es si su media naranja viste de rojo o de azul...

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