La propaganda electoral de los principales partidos que concurren a las eleccionesJ.M. Serrano
PROPAGANDA

Las cartas de amor de los políticos

En la era de las comunicaciones digitales, los partidos recurren a un clásico: mandar cartas a los votantes. Y son muy reveladoras

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Muchas redes sociales, muchas campañas virales y mucha televisión pero, a la hora de la verdad, los partidos políticos apuestan por lo seguro: enviar una carta y la papeleta a los domicilios de los votantes.

Los carteros no dan a basto repartiendo tantísimas cartas personalizadas en los domicilios, (los partidos tienen acceso al censo electoral según la ley) y que, por una vez, no son facturas. Claro que todo el mundo no las recibe de la misma manera.

No son cartas fáciles, sino todo lo contrario. Son casi de amor, y no todo el mundo las recibe de la misma manera.

El género epistolar tiene sus misterios y para ganarse el afecto de quien la recibe, los partidos trabajan mucho con expertos y gurús que diseñan lo que estiman más adecuado.

El día 20 sabremos si alguno de estos sesudos analistas ha dado con la tecla adecuada porque las diferencias son palpables.

El PP

Mariano Rajoy es el protagonista de una larga carta de dos folios en la que se dirige tuteando al posible votante. Y, para evitar la lectura larga de tanto texto señala en negrita lo que considera más relevante: «crecimiento y empleo», «creación de puestos de trabajo, aumentando las pensiones, bajando los impuestos» «Cataluña, acabar con la sinrazón del terrorismo yihadista, y corrupción».

Con estas palabras, Rajoy pide «tu voto», las dos únicas palabras en negrita que aparecen en el reverso de la misiva.

El PP ha cuidado mucho los detalles y pone un pie con cuatro asuntos que considera importantes para sus votantes: España unida, Economía y Empleo, Seguridad y, finalmente, la provincia de la que es el elector.

El PSOE

Pedro Sánchez tiene dos cartas distintas: una para los adultos y otra para los jóvenes. Hasta el sobre es diferente: rojo y con dibujos para el sector de menor edad y donde consideran que pueden estar perdiendo la mayoría de votos.

Encabeza la misma con una curiosa frase: «Otra carta de un político pidiendo el voto» y con ese argumento, y con el saludo dirigido por su nombre al destinatario de la misiva, busca la empatía: «Entiendo tu cabreo», advirtiéndole que «el día 21 será muy tarde para arrepentirse».

Podemos

La formación morada utiliza una fórmula también novedosa. Pablo Iglesias se acuerda de su abuela, buscando justamente lo contrario que el PSOE, afianzar el apoyo de la población de más edad, que es justo a la que no llegan sus mensajes por las redes sociales.

«Mi abuela decía que nadie se lee este tipo de cartas» es el encabezado que elije para después asegurar que nadie se leyó las cartas de Aznar y de Zapatero y pedir que esta vez sí lean hasta el final. El candidato de Podemos es, incluso, más optimista, pidiéndoles a los votantes que se lean los programas electorales, «Al menos para saber lo que finalmente no van a hacer» los presidentes.

Ciudadanos

El mejor papel de todos es el que emplea Ciudadanos que opta por el couché con la foto de campaña de Albert Rivera y destacando la palabra fetiche de esta formación «ilusión». «Imposible es sólo una opinión» dice el partido naranja que también desgrana algunas de sus propuestas.

En cuatro bloques, las personas, un país de oportunidades, con las manos limpias y una España sin bandos, señalan sus principales propuestas que pasan por una educación bilingüe, sanidad pública sin recortes, beca comedor, una bajada del IVA y del IRPF, así como la supresión del Senado y las Diputaciones.

Izquierda Unida

Izquierda Unida opta por optimizar el papel que ha gastado. En el sobre que envía la formación de izquierdas está toda la información... menos la papeleta electoral que está dentro con su correspondiente sobre.

Alberto Garzón, el candidato de la formación a la Moncloa, posa junto al número uno de la provincia correspondiente, mientras que en el envés del sobre está el texto escrito con los mensajes ideológicos, como suelen ser todos los que emite la formación de izquierdas.

Alberto Garzón trata de arrogarse el liderazgo de los movimientos sociales que nacieron en torno al 15M y que son uno de los principales caladeros de Podemos, formación a la que, por supuesto, ni nombra. «No nos jugamos las próximas elecciones. Nos jugamos las próximas generaciones», es su mensaje central.

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