Este domingo las urnas dieron la victoria en escaños a la candidatura de Junts pel sí, pero con 62 asientos y la mayoría absoluta en 68, la formación liderada por Raül Romeva necesita, para tomar posesión en el Gobierno, el apoyo de otros grupos. El de la CUP –que obtuvo 10 representantes– les valdría.

Pero si ambas formaciones no negocian y llegan a un acuerdo –aunque sea solo de investidura–, Cataluña podría tener que votar de nuevo. Un panorama que los de la lista unitaria quieren evitar, ya que, con su mayoría de escaños y mediante una negociación, podrían continuar así con su hoja de ruta. El riesgo está claro: incorporar a una formación antisistema al gobierno tendría consecuencias negativas. Ellos, de momento, solo han asegurado que no investirán a Artur Mas como presidente, aunque no descartan cualquier otra opción. Pero, ¿y si no hay acuerdo?

Como presidente de la Generalitat en funciones, será Artur Mas el encargado de constituir el nuevo Parlament, como muy tarde el próximo 27 de octubre. En esa sesión, a la que asisten los 135 diputados, se escoge al nuevo presidente de la Cámara y al resto de los miembros de la mesa –dos vicepresidentes y cuatro secretarios–. Estas votaciones son de las que se podrán extraer conclusiones sobre las posibles alianzas entre grupos de cara a la elección del nuevo líder de la Generalitat.

Es el artículo 6.3 del Estatut el que establece que, si transcurridos dos meses desde la primera votación de investidura sigue sin haberse podido elegir al nuevo presidente de la cámara, habría que disolver el Parlament de manera inmediata. Así, para el mes de marzo estarían llamados de nuevo a las urnas los electores catalanes.

Elecciones repetidas

No sería la primera vez que se tuvieran que repetir elecciones autonómicas por no poder formar gobierno. En los comicios al Parlamento de Asturias de mayo de 2011, los socialistas fueron los que más votos obtuvieron, mientras que el partido que más escaños consiguió fue Foro Asturias. El candidato de ésta última formación, el expopular Francisco Álvarez-Cascos, consiguió ser investido presidente del Principado pero no sin dificultad. Se tuvo que realizar una segunda vuelta en la votación para lograr la mayoría simple de votos necesaria para que Cascos fuera investido.

Sin embargo, después de seis meses de ingobernabilidad el nuevo presidente se vio obligado a convocar un adelanto de elecciones, que se celebraron el 20 de enero de 2012. De estos comicios, el PSOE obtuvo 17 escaños frente a los 12 de Foro Asturias. Los socialistas no contaban con mayoría absoluta pero, gracias al apoyo de Izquierda Unida y de UPyD su candidato, Javier Fernández –actual presidente de Asturias–, fue nombrado presidente.

Sin ir más lejos en las pasadas elecciones al parlamento andaluz la candidata del PSOE, Susana Díaz, fue investida presidenta tras casi tres meses de Gobierno en funciones y arduas negociaciones. Necesitó hasta cuatro votaciones para ser elegida líder de la Junta de Andalucía, hasta que Ciudadanos le brindó su apoyo con el voto a favor de sus nueve diputados.

Anteriormente también en la Comunidad de Madrid se habían tenido que convocar unas segundas elecciones en octubre de 2003. Los partidos había sido incapaces de formar gobierno ante los resultados de las elecciones autonómicas de mayo de ese mismo año. El PP había ganado los comicios sin alcanzar la mayoría absoluta con 55 escaños, frente a los 47 del PSOE y los 9 de Izquierda Unida. Aunque se daba la posibilidad de un gobierno PSOE-IU, dos diputados socialistas, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, rompieron la disciplina de voto y se abstuvieron en la votación –episodio que se conoce como el «tamayazo».

Tras ello ninguno de los partidos fue capaz de formar gobierno con sus candidatos. Se tuvieron que convocar elecciones el 23 de octubre de ese mismo año y los resultados de estos segundos comicios concedieron la mayoría absoluta al PP con 57 escaños, logrando que su candidata, Esperanza Aguirre, fuera investida presidenta de Madrid.