Seguidores de Donald Trump en un acto político en Iowa
Seguidores de Donald Trump en un acto político en Iowa - REUTERS

El rechazo al doble discurso de Washington impulsa a los antisistema

La distancia entre lo que prometen y lo que hacen los políticos tradicionales está en la raíz de la frustración popular

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Nuevos e inciertos tiempos para la política. La creciente indignación popular que está cambiando el mapa de los partidos en España y la vieja Europa se instala ahora en EE.UU. y posa su negra nube sobre el proceso electoral más incierto en décadas. Mucho están cambiando las reglas de juego, pero nadie es capaz de predecir hacia dónde. Los analistas consultados por ABC, politólogos expertos en desgranar toda la complejidad de los caucus de Iowa, coinciden en que el «doble discurso» de los políticos, la distancia entre lo que prometieron y lo que han hecho, está en la raíz de la «frustración de la gente».

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa Timothy Hagle asegura que ese ha sido «el origen del surgimiento de los outsiders».

Su colega John Epperson, politólogo y experto en Derecho Constitucional del Simpson College, matiza la explicación en función del partido del que se trate. A su juicio, los votantes de izquierdas reprochan a Obama «no haber hecho todo lo que podía haber hecho». Cuando se refiere a los republicanos, Epperson es más severo, y acusa a las élites del partido de haber empleado una «retórica antiestablishment» de la que ahora se aprovechan personajes como Donald Trump. Su cálculo es que si el intento del magnate de buscar la nominación se hubiera producido en torno al Partido Republicano «original», el magnate «estaría entre el 6 y el 7 por ciento, y no entre el 23 y el 31 por ciento, con opciones de crecer aún más».

Hagle abre más el abanico de explicaciones al éxito de los llamados «outsiders», y les apunta la virtud de «hablar más claro y directo», al margen de cuál sea el contenido de los mensajes. La «autenticidad» con la que a su juicio muchos perciben a estos nuevos candidatos les otorga un plus de credibilidad cuando «proponen sacudir el sistema». La prueba es, según el profesor de la Universidad de Iowa, que Sanders es un veterano de la política clásica, y sin embargo «es considerado también como un outsider».

Auge de Sanders

Este argumento conecta con los diagnósticos de Epperson sobre los movimientos internos demócratas que explican el auge de Sanders. Es la otra cara de la moneda, la «moderación» y el «centrismo» que representa Hillary Clinton, que «ha empujado a muchos convencidos de la izquierda a acercarse a las otras dos opciones, O'Malley (exgobernador de Maryland)  y Sanders, especialmente a este último». Y apunta el profesor que Clinton significa «pragmatismo», porque, como recuerda, el expresidente Bill «entró en la carrera por la nominación con un nuevo estilo demócrata, no con el ala progresista del partido».

Los dos profesores son más reacios a las predicciones sobre lo que pueda pasar hoy en los caucus, que consideran absolutamente «abiertos» en ambos partidos. La elección demócrata se presenta «muy reñida» para Timothy Hagle, quien da opciones a Sanders «si los que representan a O´Malley terminan votándole, dada su mayor cercanía ideológica que a Clinton». Epperson otorga más importancia a la participación de los seguidores del senador por Vermont en el proceso: «Es difícil de predecir si el entusiasmo de los jóvenes seguidores se va a traducir en votos. Tradicionalmente, no participan tanto en los caucus».

Opciones de Rubio

El laberinto republicano ofrece más lecturas al profesor del Simpson College, que introduce la variable de Marco Rubio, al margen de lo que vaya a ocurrir en Iowa: «Si Rubio es tercero, puede crear expectativas» y ser visto como una opción real de victoria final. Hagle coincide con las encuestas al situar a Trump, Cruz y al senador por Florida en los tres primeros puestos, aunque no descarta cambios en el orden final. También da opciones a Ben Carson, a quien las encuestas colocan en cuarto lugar, y a Rand Paul, cuyo predicamento libertario y «buena organización de campaña» en Iowa le pueden aupar a alguna de las primeras posiciones.

Preguntados ambos por la posibilidad de que una victoria del transgresor Trump desmitifique los caucus de Iowa, prestigiosos por su tradicional forma de hacer campaña, opuesta a las grandes exhibiciones mediáticas del magnate y donde los más modestos tienen su oportunidad, Epperson responde con algo de socarronería: «Seguiremos siendo los primeros en el orden de elecciones». Y a continuación afirma con orgullo: «Creo que Iowa se mantendrá como el lugar donde hasta el más pequeño puede tener tirón». Hagle tampoco cree que nada vaya a cambiar sustancialmente».

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