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Trump durante uno de sus discursos - REUTERS

Trump, dispuesto a minimizar la presencia internacional de EE.UU.

Cuestiona los acuerdos de libre comercio y el apoyo a los aliados, salvo contra Daesh

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Seguridad y empleo. Garantía de «la ley y el orden» y «millones de puestos de trabajo». El discurso de aceptación de la candidatura que pronunció ayer Donald Trump confirmó la creación de un credo nacionalista estadounidense de nuevo cuño, que pone por delante al país, en detrimento del libre comercio y el protagonismo de Estados Unidos en el exterior, los ejes del republicanismo del último medio siglo. En una intervención llena de datos para demostrar que la delincuencia «ha convertido en un caos nuestras comunidades», el showman se comprometió ante la convención a acabar con la inseguridad en las calles. Y lo proclamó así: «Tengo un mensaje para todos vosotros. El crimen y la violencia que hoy afligen a nuestra nación pronto tocarán a su fin.

En enero de 2017 (cuando está previsto que tome posesión el nuevo presidente), la seguridad será restaurada».

El tono de sus palabras, entre el mesianismo y el catastrofismo, se mantuvo durante todo su discurso. Fiel a su estilo habitual, renegó de la «corrección política», que, aseguró, «no podemos permitirnos». Y a continuación, se comprometió también a «decir la verdad, y nada más, a los americanos». Eso dio pie al magnate a hacer una relación de cifras en una nación «dividida por el discurso de Obama»: un 17% más de homicidios en las cinco grandes ciudades de Estados Unidos en el último año, con el mayor incremento en 25; un aumento del 50% en la capital, Washington DC, y más de 2.000 víctimas mortales este año en Chicago, «la ciudad del presidente».

Progreso económico

La creación de empleo, que Trump aseguró que aumentaría con él en «millones», junto a «los trillones que vamos a ingresar de más con una mejor gestión», se convirtió en la otra idea-fuerza que el millonario quería trasladar al plenario de delegados republicanos. El diagnóstico del magnate no fue menos catastrofista que su descripción sobre la seguridad nacional. Pese a que Estados Unidos vive uno de sus mejores momentos, con la tasa de paro en el 4,7%, el showman pintó un panorama negro, que vistió también de aires nacionalistas: «Nuestros ciudadanos, no sólo han sufrido un prolongado desastre, sino que también han sido víctimas de la humillación internacional». Era la forma de Trump de conectar la mala situación del país con la culpa extranjera, paso previo para uno de sus momentos estelares: el rechazo a las pasadas (NAFTA) y presentes (TransPacífico) grandes alianzas internacionales para el libre comercio, origen de todos los males para él.

En materia internacional, también cuestionó con firmeza las pasadas decisiones políticas de la exsecretaria de Estado, y miró hacia el futuro con esta frase: «Se acabó intentar reconstruir países», en referencia a la guerra de Irak, apoyada por Clinton. A lo que añadió que la colaboración internacional con otras naciones estará condicionada a su aportación económica, en alusión a organizaciones como la OTAN. Aunque admitió la excepción de la «batalla para destruir a Daesh», para la que prometió «mantener y reforzar la alianza internacional».

Y en materia de inmigración, acusó a Clinton de buscar una «amnistía masiva», al tiempo que prometió «un plan opuesto al radical y peligroso de mi oponente», que se concretrá en «blindar las fronteras del país».

Trump, haciendo buena en parte la crítica de Cruz la noche anterior, pasó de puntillas por el grueso de principios conservadores. Ni una alusión al aborto, sobre el que Trump intentó que el partido asumiera una flexibilización, ni a los matrimonios homosexuales, que para el magnate son aceptables, frente al amplio rechazo que existe en el partido, incluido el de su flamante candidato a vicepresidente, Mike Pence. Sobre la libertad religiosa, dedicó un agradecimiento por su apoyo y un guiño a la «comunidad evangélica», a la que apoyó en su demanda de que puedan hacer política desde el púlpito sin renunciar a sus exenciones fiscales.

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