Finanzas
Las razones por las que Unicaja y Liberbank negocian de nuevo su matrimonio
Las dos entidades disparan su cotización bursátil tras anunciarse el reinicio de contactos para crear un único banco
Ante una corriente así, es imposible nadar en contra. Y el tsunami del Covid y sus terribles efectos hacen que la catarata de fusiones bancarias no haya hecho más que empezar. Eran las «acuáticas» analogías que circulaban ayer lunes por los pasillos de Unicaja Banco cuando se inquiría por su regreso a las conversaciones para fusionarse con Liberbank.
Ambas entidades confirmaron el establecimiento de contactos «preliminares» con vistas a una hipotética fusión , que ya se frustraron el año pasado tras meses de negociación. Hay pocas dudas de que, salvo cataclismo, ésta será la definitiva . El entusiasmo con que los inversores acogieron la noticia así parece indicarlo. En el horizonte, la creación del quinto grupo bancario del país.
Estaba claro que la absorción de Bankia por parte de Caixabank sólo había abierto la espita. La espiral de la crisis, a la que aún resulta complicado verle el fondo, y los continuos llamamientos de las autoridades monetarias no podían caer en saco roto. Rentabilidades por los suelos y unas perspectivas de morosidad más que preocupantes hacen imprescindible ganar dimensión.
Unicaja y Liberbank tenían ya mucho camino recorrido (y su unión plantea muchas ventajas, como el escaso solapamiento en los territorios en los que son fuertes) como para no volver a intentarlo. En mayo de 2019 dieron por rota la negociación que habían iniciado el mes de diciembre anterior. Las posturas se enconaron cuando se trató de llegar a la ecuación de canje, al reparto accionarial. Unicaja quería retener el 60% del capital social y Liberbank superar el 42%.
Pero lo cierto es que hasta entonces habían realizado numerosos avances : estaba decidida la fórmula (fusión por absorción), cuál sería la sede principal de la entidad resultante (Málaga) y hasta quiénes ocuparían los principales cargos ejecutivos de la misma. Manuel Azuaga , actual presidente de Unicaja, seguiría como tal, mientras que Manuel Menéndez (consejero delegado de Liberbank) sería su segundo... de momento, porque Azuaga tiene ya 73 años .
Poco más trascendió ayer de unas conversaciones que volvieron a animarse a mediados de septiembre. No más allá de que sólo son «preliminares» y que aún no hay bancos de inversión ni entidades asesoras contratadas para ayudar en la operación. Sí se esperan prontas reuniones de los consejos de administración para dar el pistoletazo de salida al cortejo oficial.
Pero sólo el anuncio de que los dos bancos «se hablan» generó ayer una enorme corriente de optimismo por parte de los inversore s. Y una alegría para los accionistas. Los títulos de Unicaja terminaron cerrando con un incremento del 15,14% mientras que los de Liberbank crecieron un 12,58%.
A nivel político, también se saludó la opción del matrimonio. Desde la Junta, el vicepresidente Juan Marín y el consejero Elías Bendodo coincidieron incluso en el léxico de la valoración. La ven «con buenos ojos» por cuanto debe contribuir a reforzar la posición de Unicaja en el mapa bancario.
Diferentes balances
¿Cómo quedará el fruto de este matrimonio? Está todo por decidir. En cuestión de números, ya no valen los del anterior proceso de negociación . Hay cambios en los balances y la crisis del Covid ha modificado todo el escenario en forma de provisiones y precauciones para hacer frente a lo que se viene.
Unicaja tiene actualmente una capitalización bursátil de 1.187 millones por los 785.000 del banco asturiano . En cuanto a volumen de activos, el andaluz cerró el segundo trimestre del año con 62.971.349 millones , frente a los 45.824 que reportaba Liberbank en su último balance.
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