CORONAVIRUS ANDALUCÍA
Los más vulnerables de la crisis del coronavirus: Empleadas de hogar, autónomos y discontinuos
Colectivos que difícilmente podrán salvar su actividad con la batería de ayudas aprobadas por el Consejo de Ministros
En las crisis , como en las guerras, no hay ganadores; todos pierden. Y en el aspecto económico , de entre todos los derrotados, hay sectores más vulnerables que no encuentran una trinchera para salir indemnes.
Este complejo escenario fue tratado el pasado martes por el Consejo de Ministros , cuando se aprobó una batería de medidas dirigidas a estos colectivos a los que el coronavirus está golpeando con mayor virulencia. Entre esas implementaciones se encuentra un «subsidio de desempleo excepcional por fin de contrato temporal », medida que pretende refugiar a los trabajadores cuyo contrato se extinga durante el estado de alarma y que, al no tener el tiempo mínimo de cotización, no tendrían derecho a ningún tipo de ayuda.
Prestaciones que tienen mil y un impedimentos para su concesión. Los tres colectivos más insatisfechos con estas medidas son: las trabajadoras del hogar , ya que un tercio de ellas no mantiene su situación regularizada y no pueden optar a ninguna ayuda; los autónomos , a los que el Gobierno les extendió la moratoria hipotecaria a locales y aprobó un aplazamiento de las cuotas a la Seguridad Social de seis meses desde el mes de abril, que aseguran que difícilmente podrán hacer frente a sus facturas y pedidos cuando reanuden la actividad; y los trabajadores fijos discontinuos , empleados que estaban a la espera de ser llamados por las empresas para firmar sus contratos para la temporada primavera-verano, y sin un trabajo vigente no podrán reclamar ninguna compensación económica.
Empleadas del hogar
Las empleadas del hogar forman parte del colectivo más vulnerable ante este tipo de situación. Como en tantos otros sectores en los que la economía sumergida es una práctica habitual , se encuentran sin regularización fiscal ni registro en la Seguridad Social. Sin datos exactos, aseguran ser más de 630.000 empleadas y cuidadoras a nivel nacional , de las que un tercio podría encontrarse en una situación irregular. Son estas empleadas en situaciones anómalas las que no tienen modo de acogerse a ningún tipo de ayuda por parte del Gobierno.
A excepción de las que viven internas en las casas de sus empleadores, la gran mayoría se ha visto obligada a parar su actividad. Sin un contrato que justifique esa labor no pueden alcanzar ni el subsidio extraordinario temporal que les ha prometido el Gobierno y que ronda los 450 euros . Una ayuda que aún no se ha empezado a tramitar y que aseguran que no la recibirán hasta el mes de mayo. A su juicio, es «insuficiente» e «inadmisible» porque «excluye» a las empleadas más vulnerables.
Únicamente podrán acogerse aquellas trabajadoras del hogar inscritas en la Seguridad Social y que hayan sido despedidas durante la crisis sanitaria del coronavirus. En Andalucía hay 42.960 trabajadores acogidos al regimen especial de empleados de hogar , pero las asociaciones alertan de que se quedan fuera al menos 200.000 trabajadoras del sector que no tienen contrato laboral. «Muchas de ellas trabajan por horas en distintos domicilios; otras, cuidando a otras personas como internas y muchas se encuentran en situación administrativa irregular, en virtud a una ley de extranjería que condena a la gente a ocupar trabajos necesarios, pero en la clandestinidad y sin derechos», destacan.
El subsidio será equivalente al 70% de la base reguladora pero, tal y como aseguran, «quedará muy por debajo de lo que correspondería si la Seguridad Social hubiera atajado» antes el fraude. En este sector se cotiza por tramos y, según denuncian las asociaciones, «muchas veces quedan por debajo de sus salarios reales», o «no se actualizan las cuotas», o «es práctica común» por parte de los empleadores «declarar salarios y jornadas inferiores».
Jacqueline Amaya, presidenta de las trabajadoras del hogar en Sevilla. Es la cara visible a nivel local de un colectivo que se ha autodenominado como «el más vulnerable» ante esta situación. Pone un énfasis especial en sus compañeras que trabajan internas en hogares: «Les han prohibido pisar la calle para no ser contagiadas y están 24 horas atendiendo a estas personas a cambio del Salario Mínimo Interprofesional». Reconoce que una amplia mayoría de su colectivo no está regularizada, por lo que no pueden acceder ni a un salvoconducto para circular por la calle de camino a sus trabajos.
Discontinuos
Esta crisis sanitaria ha llegado justo en el peor momento para el tejido económico de nuestra tierra: temporada alta . La primavera y el verano es el principal reclamo de trabajadores con contrato fijo discontinuo que son llamados anualmente para cubrir la demanda activa en estas fechas . Trabajadores de hoteles, monitores de piscina, empleados de parques temáticos... estaban a la espera de ser llamados para firmar sus contratos. Se encuentran sin un documento que acredite que esta crisis ha interrumpido su actividad, salvoconducto para poder acogerse a algún tipo de prestación.
En esta situación se encuentran, por ejemplo, los trabajadores de los dos parques temáticos de la ciudad . Justo el primer lunes del estado de alarma comenzaban a trabajar treinta empleados en las instalaciones de Isla Mágica. Ellos sí tienen un contrato firmado con el que reclamar una prestación. Otros trescientos estaban a la espera de haber sido llamados por la empresa durante estas semanas. Un desamparo del que difícilmente pueden encontrar un culpable. «Trabajamos siete meses al año y cuando acumulamos un año de trabajo accedemos a un subsidio. Los que habíamos tenido derecho a él este año ya lo hemos consumido».
Representa a una plantilla de más de trescientos trabajadores fijos discontinuos . Asegura que únicamente habían firmado ya su contrato unos treinta. El resto se encuentra sin un paraguas que les cubra del temporal. «Vivimos del turismo y nuestro principal cliente es Portugal. Si estos países están haciendo ERTE, ¿quién va a venir de viaje de ocio?» «Estamos en tierra de nadie porque la empresa estaba obligada a hacernos el llamamiento para abrir sus instalaciones, pero por el momento no hay ni fecha de apertura».
Autónomos
Los autónomos son otros de los colectivos que el Ejecutivo quiere apaciguar ante las quejas de organizaciones como ATA, ya que la cuota de marzo fue cobrada esta semana por la Seguridad Social a tres millones de trabajadores. Así, el Gobierno extendió la moratoria hipotecaria a locales y aprobó un aplazamiento de las cuotas a la Seguridad Social de seis meses a autónomos y pymes desde el mes de abril.
El Gobierno ha rectificado sus medidas económicas para los autónomos y anuncia que el colectivo podrá cobrar una ayuda de más de 600 euros y que, en algunos casos, el autónomo puede dejar de pagar la cuota de autónomos sin tener que darse de baja ni de Hacienda ni de la Seguridad Social durante la crisis del coronavirus.Entre la batería de medidas anunciadas el pasado martes para frenar el impacto de crisis, se encuentra la creación de esta prestación extraordinaria por cese de actividad, similar a la ayuda por desempleo, para los autónomos.
Fernando Carmona, autónomo y propietario de «Papas la Algabeña». Este algabeño de veinticinco años avistó rápido el posible negocio mientras trabaja en la frutería familiar. En el año 2014 montó una pyme dedicada a la venta de patatas recién cortadas a la hostelería. Vendía tres toneladas diarias cortadas y seis sin pelar en sacos. Ha tenido que hacer un ERTE a los seis empleados de su fábrica. «En el momento que cerraron bares y hoteles se frenaron en seco nuestros pedidos». Las ayudas del Gobierno no le sirven para pagar la reciente ampliación que realizó a sus instalaciones. Su última facturación alcanzó los 400.000 euros.
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