Agricultura

El desafío urgente de ensanchar el mercado del aceite en Andalucía

El exceso de oferta en el mercado y la amenaza de una nueva cosecha récord hunden los precios. Pero Andalucía está en la mejor situación para ganar cuota de consumo a nivel mundial

Andalucía cuenta con olivareros eficientes que han mejorado de forma excepcional la calidad en sus cosechas ABC

Inma Lopera

El olivar se encuentra en una encrucijada debido, entre otras cuestiones, al aumento exponencial de la superfice del cultivo , al alto rendimiento de los nuevos sistemas de plantación y a un consumo moderado, que no crece al mismo nivel que la oferta. De hecho, a nivel mundial, cada año se plantan 160.000 nuevas hectáreas y en la última década se han incorporado al cultivo 16 nuevos países.

Andalucía es líder en la producción oleícola a nivel mundial , con el 80% de la cosecha nacional. Solo en la comunidad autónoma, la superficie de olivar para almazara ha crecido más de 100.000 hectáreas en diez años, superando actualmente 1,5 millones de hectáreas de olivos plantadas. El valor de la producción andaluza del aceite de oliva ascendió a 3.549 millones de euros en 2018 , siendo uno de los sectores productivos más importantes para la economía regional y nacional.

Sin embargo, pese a este liderazgo, atraviesa una severa crisis de precios , con el lampante cotizando a 1.650 euros la tonelada en el mes de junio, debido a «un desajuste entre la oferta y la demanda», señala el director general del grupo Acesur, Gonzalo Guillén. En este sentido, explica que «hemos crecido en superficie y hemos optimizado la productividad, alcanzando niveles de calidad excelentes; pero ahora necesitamos dar salida, debido a ese incremento de producción nacional, a un mínimo de 400.000 toneladas adicionales al año para conseguir una estabilidad entre oferta y demanda en el mercado», algo que sólo es posible «invirtiendo más en promoción, diferenciación, investigación e innovación».

Gonzalo Guillén, CEO de Acesur: «Hay que invertir 30 millones al año en promoción para estar en la mente del consumidor»

En el mismo sentido se pronuncia el director de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Pico, quien explica que «ante un país que ha plantado olivar hasta quedarse sin plantones en los viveros, y que en cuanto empiece a llover un poco los dos millones de toneladas de oferta se van a quedar cortos, tenemos que ser capaces de aumentar el consumo mundial de aceite de oliva». Para ello, apunta que « las campañas de promoción son muy costosas y muy caras , pero son la única manera de salvar al aceite de oliva, beneficiando a toda la cadena de valor, desde el agricultor hasta las almazaras o las industrias envasadores y exportadoras».

Recogida de la aceituna ABC

Posición de Andalucía

Andalucía cuenta con olivareros eficientes que han mejorado de forma excepcional la calidad en sus cosechas, almazaras modernas y eficientes que cuidan los procesos y garantizan aceites de primera calidad e industrias potentes, modernas y competitivas que han sabido internacionalizarse tras décadas de mucho esfuerzo y trabajo para hacer llegar el producto estrella español a todos los rincones del planeta.

Por ello «estamos en la mejor situación para ganar cuota de consumo a nivel mundial para el aceite de oliva de origen español», insiste Gonzalo Guillén. «Sólo necesitamos un plan a largo plazo y capacidad para invertir , pero además, contamos con la interprofesional, el mejor vehículo para hacerlo, una asociación que es única y que ningún otro país ha sabido componer». Por tanto, «aprovechemos de verdad la ocasión y seamos ambiciosos», enfatiza Guillén.

El etiquetado del aceite debería señalar cuáles son sus grandes propiedades saludables

Una ambición que se debe traducir, según el directivo de Acesur, en « inversiones medias anuales en publicidad y promoción superiores a los 25-30 millones de euros , y durante un periodo de tiempo prolongado, para que podamos consolidar nuestra imagen y estar presentes en la mente de los consumidores a nivel mundial». Así, insiste en que «es necesario hacer crecer la demanda de forma estable y recurrente para absorber el incremento notable de las producciones. Estamos pasando de una situación de relativa estabilidad donde la producción mundial estaba equilibrada con la demanda (aproximadamente tres millones de toneladas) a una situación potencial de cuatro millones de toneladas de producción y a una demanda que sólo ha crecido un 2% en la última década».

El sector de las empresas envasadoras y exportadoras de aceite de oliva coincide en que hay que pedir más a la interprofesional : «Asoliva considera que la cuantía recaudada por la extensión de norma tendría que triplicarse, para hacer una mayor inversión en campañas de promoción que estimularan el consumo de aceite de oliva en los mercados exteriores, no tanto en España, que es un mercado maduro, poco elástico y con poco crecimiento», declara Rafael Pico.

Por ello, apuesta por países como China, Japón, Brasil, Alemania, Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos, un mercado estratégico para las exportaciones del aceite español. No en vano, es el tercer mayor consumidor de aceite de oliva en el mundo, con consumos que superan las 320.000 toneladas por ejercicio, teniendo capacidad para producir sólo el 5% de lo que consumen los estadounidenses. Un mercado que actualmente está en riesgo por la imposición, desde el pasado 18 de octubre, de un arancel del 25% al aceite de origen español que entre envasado.

No obstante, Rafael Pico se muestra «optimista» en relación al aceite de oliva y el mercado internacional, ya que «el consumo de aceite de oliva supone sólo un 3% de las grasas vegetales, y es fácilmente duplicable a un 6%, lo que resolvería muchos problemas de la cadena de valor». A este respecto señala que la asignatura pendiente del sector «no es la exportación en volumen, sino la exportación en crear valor. Y eso, Italia, que tiene muy poca producción, lo ha conseguido».

Crear valor

Italia sabe vender muy bien sus productos y lo ha demostrado con la moda, el automóvil y con el aceite no iba a ser menos. En España, esa carrera se comenzó con muchos años de retraso, pues «entramos mucho después en la Unión Europea (UE), y como se suele decir, el que pega primero, pega más fuerte». No obstante, logramos arrebatar a los italianos el primer puesto, tanto como productor como en marcas. « No les queda ninguna empresa de referencia, la mayoría han sido adquiridas por españolas como el caso de Deoleo , que es propietario de marcas tan emblemáticas como Bertolli, Carapelli y Sasso», destaca Rafael Pico, al tiempo que subraya que «las campañas promocionales que se hagan no solo deben tener la finalidad de estimular el consumo general de los aceites de oliva, sino también de crear la marca España en los mercados internacionales».

El valor de la producción de aceite ascendió a 3.550 millones en la última campaña

Algo que comparte el directivo de Acesur. «Nuestra obligación es liderar también propuestas de valor que resalten y diferencien al aceite de oliva sobre cualquier otra grasa comestible», recalca Gonzalo Guillén, que insta a los operadores oleícolas a investigar para obtener alegaciones nutricionales legales diferenciadas, que pongan en valor la composición del aceite de oliva. «Es una medicina natural. Investiguemos más en sus beneficios y luchemos para conseguir que podamos reflejarlos en nuestros etiquetados y en nuestras actividades promocionales y de comunicación. Es una pena que prácticamente no exista ninguna alegación nutricional propia y diferenciada autorizada para el aceite de oliva por parte de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ni cualquier otra institución gubernamental». Aparte, señala que habría que trabajar en potenciar tendencias de mercado como el olivar ecológico, o buscar cualidades diferenciadas del olivar tradicional frente al intensivo, o por regiones.

Almacenamiento

Ante la crisis de precios del aceite de oliva, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha anunciado un paquete de diez medidas para trabajar ya, de cara a la próxima campaña 2020/2021, para asegurar la viabilidad y el futuro del aceite de oliva español. Entre las propuestas destacan varias fórmulas para retirar aceite del mercado, lo que, a falta todavía de conocer el detalle de las mismas, ya ha generado las primeras críticas.

«A priori no vemos buena idea promover nuevos sistemas de almacenamiento privado, pues serían parches que no resuelven el problema de fondo que, ahora sí, es estructural». Además, «ya existe un sistema legalmente reconocido en la UE para el almacenamiento» en el que sería conveniente «renegociar los precios de desencadenamiento», señala Guillén.

Por su parte, Rafael Pico manifiesta que « una retirada de aceite del mercado que no sea aumentando la comercialización me parece un fracaso sectorial ». A este respecto añade que «las 200.000 toneladas retiradas tras el almacenamiento privado autorizado por Bruselas, de una oferta de 2.150.000 toneladas de aceite (contando stocks de enlaces, producción e importación) no han servido para subir los precios, pues el mercado está contando ya con que ese aceite que se retira va a regresar a los seis meses».

Por ello, de cara a la próxima cosecha 2020-2021, con un enlace de campaña estimado en 540.000 toneladas y una producción «que podría superar 1.800.000 toneladas, rompiendo incluso el techo de los dos millones, harían un disponible (sin sumar las importaciones) entre 2,3 y 2,5 millones de toneladas de aceite de oliva. Por tanto «pongámonos las pilas y hagamos campañas de promoción más agresivas para crear un mayor consumo mundial. Es la única forma de darle salida a esas producciones en alza que parecen imparables en España».

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