El turismo rural ofrece el primer rayo de luz en la temporada veraniega más incierta

La búsqueda de destinos aislados y sin masificar está ya impulsando las prereservas de este tipo de alojamientos

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Se están colocando en la línea de salida, para iniciar la carrera hacia la apertura de sus alojamientos garantizando las máximas condiciones de seguridad y salubridad, servicio y, cómo no, para ofrecer a sus viajeros la confianza de que vivirán toda una experiencia. A medida que avanzan las fases de desescalada, el turismo rural y de naturaleza coge fuerza. Ya lo estaba haciendo en los últimos años, pero ahora se ha convertido en un verdadero balón de oxígeno para gran parte de la población española que no quiere renunciar a unos días de vacaciones, más deseadas y necesitadas que otros años por los efectos de meses de confinamiento. Son los turistas rurales de siempre y otros muchos que han cambiado sus preferencias influidos por la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia en los próximos meses de verano y las medidas que se irán adoptando. Pero tienen claro unas premisas: huyen de la masificación, buscan el aislamiento, no quieren desplazarse lejos de su residencia habitual, desean salir al aire libre y estar en contacto con la naturaleza y una oferta al alcance del bolsillo.

Plataformas como EscapadaRural y Clubrural ya confirman la reactivación de este tipo de turismo. La primera registró, en la semana del 29 de abril al 5 de mayo, un gran aumento del tráfico y de las pre-reservas. Se hicieron más de 7.000 para los meses de julio (35%) y agosto (38%). La misma tendencia que ha detectado Clubrural. «Desde que el 28 de abril el Gobierno dijo que los establecimientos rurales podían abrir a partir del 11 de mayo, empezamos a notar un aumento de reservas. Antes estaban paralizadas. Y después, cuando se han ido dando a conocer las fases de la desescalada, han ascendido notablemente: un 278% más que en las tres semanas anteriores. Respecto al año pasado estamos volviendo a la normalidad», explica Henar Gómez, responsable de Comunicación en Clubrural. Y a medida que avance el mes de junio esperan que la curva se dispare. «Todo apunta a que el turismo rural va a ser el primero en despuntar», asegura Luis Cerdá, profesor del MBA y director del Máster en Marketing Estratégico de la Universidad Internacional del La Rioja (UNIR).

«El viajero se interesa primero por las condiciones de cancelación y pregunta por las medidas de seguridad que estamos adoptando», confirma Francisco Parra, presidente de la Asociación Profesional de Turismo Rural (Autural). Por eso, muchos propietarios están flexibilizando sus políticas de cancelación. «Los alojamientos entienden la situación. Algunos extienden el periodo de preserva hasta una semana antes del viaje; otros dan la opción de posponer la visita a otra fecha si no fuera posible en la prevista e incluso algunos devuelven la señal de reserva si no se pudiera viajar por restricciones de movilidad aprobadas por el Gobierno», cuenta Henar Gómez. Esa flexibilidad va acompañada por un nuevo protocolo de medidas para reducir el contagio del Covid-19 para alojamientos rurales, elaborado por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), por mandato de la secretaria de Estado de Turismo. Se recogen todo tipo de actuaciones sanitarias, higiénicas, de limpieza... desde la dispensación de líquido desinfectante, garantizar la distancia de seguridad... hasta evitar el saludo con contacto físico, incluido el dar la mano, tanto al personal del establecimiento como a clientes, o recibir al viajero con mascarilla.

Los precios

La aplicación de ese protocolo requerirá mayor inversión. «Los alojamientos estamos mentalizados en la implantación de la normativa y pautas para evitar posibles situaciones de riesgos. Tenemos que hacer frente a una situación que exige más gasto y trabajo», reconoce Francisco Parra. Y es aquí donde el sector reclama el apoyo de las administraciones para salir adelante.

En consecuencia eso podría tener un efecto sobre los precios de los alojamientos (hay más de 15.000), como cree Luis Cerdá: «Los precios subirán porque los pequeños establecimientos tienen que cumplir con medidas y un sello de garantía sanitaria. Si antes limpiaban una habitación en dos horas, ahora necesitarán más tiempo y alguna mínima infraestructura para mejorar la ventilación del aire, por ejemplo». Aunque desde el sector se garantiza la estabilidad en los precios. «En todo caso tememos que bajen en algunas zonas para atraer a los viajeros», dice Parra.

«Tampoco sabemos qué ocurrirá con las playas»

Todo es cuestión de sentido común, sugiere Pablo Díaz, profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). «Se pueden incorporar perfectamente los protocolos sanitarios si no entramos en la locura de meter máquinas de ozono en todos los sitios. Nuestra cultura de hospedadores es excelente. El turismo rural siempre ha sido una opción más económica que el de playa. Además, ahora tampoco sabemos qué ocurrirá en las playas, la gente está preocupada por salir a la calle. Por eso, muchos deciden: me voy a un pueblo aislado y difícilmente me voy a cruzar con alguien».  

Desde luego, la activación del turismo rural no va a sustituir al aluvión de turistas internacionales que llegan todos los años a nuestro país, pero sí será un acicate económico para esa España vaciada. Eso sí, «existe cierta inquietud igual que ganas por trabajar. Hay muchos alojamientos que tienen necesidad económica de abrir. Unos aceleran la puesta a punto y otros esperan a ver cómo se desarrollará la situación en junio. Es una actividad imprescindible para mantener la vida en los pueblos. Pero hay inquietud por la llegada de visitantes a pequeñas poblaciones, donde vive mucha gente mayor», explica Parra. De momento, es una opción a valorar para unos y otros mientras las incógnitas por el Covid-19 se desvelan a medida que pasa el tiempo.

En familia, en pareja o con amigos

Una encuesta realizada a finales de abril por la consultora DNA Turismo y Ocio desvela que el 80% de los españoles mantiene intacta su voluntad de viajar, y la mayor parte (60%) utilizará el vehículo particular. Quieren viajar en compañía, con su círculo más cercano (el 70% en pareja o familia directa y 30% con amigos). Rechazan los destinos masificados y prefieren el aire libre del mar o la naturaleza. Y lo que más valoran es la seguridad y salubridad, incluso más que el precio. En Clubrural «buscan casas con piscinas para alquiler íntegramente y por grupos. Lo que más reserva tiene ahora mismo son casas con capacidad para once o más personas», cuenta Henar Gómez.

«Las mayores oportunidades las tendrán alojamientos rurales relativamente aislados y no mal comunicados, con infraestructura, buena higiene, salubridad conexión Wifi y una calidad importante. De todas formas, la recuperación va a ser desigual por territorios, destinos y productos. Las zonas que no cuenten con una buena infraestructura de salud se v

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación