Los rivales de Renfe podrán reducir sus servicios por el coronavirus sin penalizaciones
La francesa SNCF invertirá 700 millones de euros para entrar en España
En medio de la vorágine desatada por el Covid-19, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado el empujón definitivo a la liberalización del AVE, prevista para el 14 de diciembre de este año. El «superregulador» ha aprobado los acuerdos marco propuestos entre Adif y los operdores que competirán en el mercado a partir de esa fecha: Renfe, Ilsa y la francesa SNCF.
En un extenso informe, la CNMC avala el proceso de adjudicación realizado por Adif para repartir el mercado a partir del mes de diciembre. Esta licitación había quedado bajo sospecha después de que uno de las empresas que se presentó, la andaluza Eco Rail, impugnase el proceso.
Competencia considera en cambio que «las propuestas más realistas en cuanto a la disponibilidad de material rodante y solvencia financiera son precisamente las de los tres candidatos pre-adjudicatarios de capacidad marco». Eso sí, reconoce que existen ciertos «riesgos» que ponen en juego los servicios y plazos a los que se han comprometido los inminentes rivales de Renfe.
El más evidente es el Covid-19 . Es por ello que Competencia abre la puerta a posibilitar estos acuerdos marco «sin que deban abonarse penalizaciones a los gestores de infraestructuras». Renfe ya ha tenido que suspender la puesta en marcha de su tren de bajo coste, Avlo, por la propagación de la pandemia.
Más allá de la crisis sanitaria, la CNMC considera que el mayor riesgo para estas empresas es que no dispongan de los trenes necesarios para prestar sus servicios a partir de diciembre. En este sentido es Ilsa, empresa de los creadores de Air Nostrum, la que despierta más dudas al organismo dirigido por José María Marín Quemada.
Esta empresa se adjudicó el paquete B de Adif, pero ya avisó hace unos meses de que no empezará a prestar sus servicios hasta principios de 2022. Para cumplir este plazo, Ilsa cuenta con una carta de compromiso del fabricante, un acuerdo para el arrendamiento de trenes y aportaciones de sus accionistas. «La fecha de entrada de Ilsa en el mercado depende de que se cumplan los plazos previstos por el fabricante para la producción del material rodante y, posteriormente, la efectiva obtención de la autorización de puesta en servicio para la red ferroviaria en España», avisa Competencia.
Inversiones millonarias
Renfe y la SNCF cuentan con una propuesta más sólida para el «superregulador». Sobre todo porque tienen asegurados los trenes. El operador español ya cuenta con 96 trenes para realizar servicios de alta velocidad y prevé obtener otros 49: 30 procedentes del pedido del Avril que hizo a Talgo y que estarán listos en 2021 y 19 procedentes de la adaptación de la serie 7 también de Talgo. «En su conjunto, Renfe prevé una inversión superior a los 900 millones de euros en material rodante de alta velocidad», destaca Competencia.
El operador francés, por su parte, invertirá más de 700 millones de euros para sus operaciones en España , que financiará parcialmente con una aportación de capital inicial por parte de su matriz SNCF. Además, ha previsto líneas de financiación corporativa para la adquisición del material rodante, así como la reinversión de los resultados positivos de su operativa.
El proceso de adjudicación tiene un punto negro para Competencia, y es la duración del contrato de Renfe. Al igual que para el resto de operadores, Adif ha planteado una adjudicación a diez años. Pero la CNMC considera que con cinco años sería suficiente en el caso del operador español, ya que a diferencia de sus competidores la empresa pública no tendrá que amortizar sus inversiones. Adif tiene previsto firmar de forma telemática los contratos con estos operadores el próximo 13 de abril.
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