España creció un 0,5% en el segundo trimestre, su peor ritmo en cinco años por la inversión y el consumo

El dato supone dos décimas menos que lo cosechado en el primer trimestre debido al bajón de la demanda nacional, que avanzó un 0,17%, su menor variación desde 2013, mientras que el PIB repuntó en el último año un 2,3%

En términos interanuales el crecimiento cae una décima hasta el 2,3% ABC

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La economía española se contagia de la parálisis política y el deterioro internacional. El PIB creció entre abril y junio un 0,5%, dos décimas menos que en el primer trimestre. El dato avanzado hoy por el INE arroja que realmente la economía creció un 0,47%, el dato más bajo en cinco años, desde el segundo trimestre de 2014. Esta tasa viene a confirmar una clara ralentización en el ritmo de crecimiento , encabezada por el freno en el consumo y en la inversión . En este sentido, en términos interanuales, el crecimiento del PIB se ha situado en el 2,3%, frente al 2,4% del trimestre precedente. Se trata de su tasa más baja desde el cuarto trimestre de 2014.

La razón de estos malos datos recae en que la demanda nacional avanzó un escueto 0,17%, su menor variación desde 2013 cuando la economía española había tocado fondo en lo peor de la crisis. Años después, el consumo de los hogares creció entre abril y junio un 0,3%, una décima menos que un trimestre antes y el menor dato desde hace un ejercicio.

A la debilidad del gasto de las familias se le unió que el consumo público repuntó un 0,2%, dos décimas menos que tres meses antes, y su menor dato desde 2016. Junto a ello, la inversión productiva, medida como formación bruta de capital fijo, cayó un 0,2% en el trimestre, lo que no se veía desde el segundo trimestre de 2013. Solo la inversión en vivienda aumentó su tracción, al pasar del 0,2% del primer trimestre al 1,3% en el segundo.

«La demanda doméstica tuvo una menor importancia en el crecimiento del segundo trimestre de 2019 (...) lastrada por el decepcionante desempeño del consumo y el debilitamiento de la inversión privada», apunta BBVA Research. De esta forma, la contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB es de 1,6 puntos, seis décimas inferior a la del primer trimestre y la aportación más baja desde el primer trimestre de 2014.

La atonía de la inversión, inédita hasta ahora, se conjuga curiosamente con un repunte de los salarios que no se veía desde hace años: la remuneración media por asalariado crece desde el 1,6% del primer trimestre al 1,8%, su mayor cota desde antes de la crisis, en 2009. Como recoge BBVA Research, ello supuso que los trabajadores ganaron poder adquisitivo, ya que los precios aumentaron solo un 1% en el trimestre, medidos dentro del deflactor del PIB.

Los salarios crecen un 1,8%, la productividad cae

Mientras tanto la productividad, por puesto de trabajo se contrajo un 0,2% –encadena tres trimestres en negativo, en el primero se redujo un 0,2%– y por hora efectivamente trabajada creció un 0,8%, su primer avance desde el primer trimestre de 2018. Como fuere, la destrucción de productividad por puesto de trabajo indica que el aumento de la ocupación se está produciendo sin ganancias de competitividad de la economía española . El aumento de los costes laborales puede estar detrás de este freno en la inversión: estos crecieron un 2,1%, encadenando tres trimestres al alza debido al despertar de los sueldos pero también a la subida de cotizaciones que se produjo a principios de año.

En cualquier caso, el parón se nota más en unos sectores que en otros. La industria manufacturera se contrajo en el trimestre un 0,57% en el trimestre, su mayor caída desde el cuarto trimestre de 2012, cuando España estaba en recesión. Los servicios, el motor económico nacional, aumentó su producción un 0,4%, eso sí, su menor ritmo desde el 2016.

Uno de los pocos síntomas positivos que han aportado los datos que ayer publicó el INE procede del sector exterior: la demanda externa aportó 0,7 puntos al crecimiento interanual, cinco décimas más que en el primer trimestre y su mayor contribución desde el cuarto trimestre de 2016, debido a la recuperación de las exportaciones pese a los tambores de guerra comercial. Las ventas al exterior de bienes y servicios han aumentado un 1,7% respecto al segundo trimestre de 2018, lo que supone 1,7 puntos más que en el trimestre anterior y el mayor crecimiento desde el cuarto trimestre de 2016.

Los turistas gastan menos

Sin embargo, dentro de este dato hay una variable preocupante: el gasto de los no residentes en España, turistas y visitantes, se contrajo un 2,2% frente al primer trimestre, en lo que supone su mayor caída desde el cuarto trimestre de 2012 , en plena crisis de la Eurozona. Ello indica una ralentización del gasto de turistas en nuestro país, bien por menores llegadas debido a la ralentización de Europa a lo que se suma la recuperación de competidores como Turquía. Hasta mayo, según los datos del INE de gasto turístico, las compras de visitantes extranjeros estaban marcando su incremento más bajo desde 2012. En cuanto a las importaciones, el menor tirón del consumo se tradujo en que las importaciones de servicios bajaron un 2,1%, su peor dato intertrimestral desde el primer trimestre de 2013.

Pese a todo, la economía española sigue resistiendo con más fortaleza a la ralentización de la economía europea. España crece a más del doble del ritmo que lo hizo Francia y la Eurozona en el segundo trimestre (un 0,2% en ambos casos) y está lejos del estancamiento que muestra Italia –con un avance nulo, del 0%–.

El Consejo General de Economistas decidió ayer mantener su previsión de crecimiento en el 2,2%, pese a que las últimas revisiones del FMI y el Banco de España han sido al alza (2,3% y 2,4%, respectivamente). Como anunció hace unas semanas la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño , el Gobierno elevará su estimación de crecimiento del 2,2%, una intención que confirmó ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

La desaceleración ya se había anticipado en indicadores como la creación de empleo, que en el segundo trimestre del año arrojó el menor crecimiento de la ocupación desde 2012. Ahora el parón ha saltado al PIB, que enfrenta desafíos como el impacto del Brexit o la guerra comercial sin un gobierno formado.

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