Corrochano a Villarejo sobre su jefe en BBVA: «Su obsesión es no salir en ningún papel»

FG participó en una comida en la Policía con Cosidó antes de la denuncia a Ausbanc y utilizó también a Cenyt en «interés personal»

EFE

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El exdirector de Seguridad Corporativa del BBVA, Julio Corrochano, tenía muy clara una cosa cuando encomendaba proyectos a las empresas del polémico comisario José Manuel Villarejo: «ningún papel que aparezca ni FG ni nada». Así se lo dice en un audio intervenido al policía jubilado y en prisión provisional que obra en el sumario de actuaciones al que ha tenido acceso ABC, sobre las relaciones entre el segundo banco del país y el Grupo Cenyt durante 13 años y por importe de 10,2 millones de euros. Hablaban de la «Operación Trampa», el primer contrato entre ambos, que buscaba frenar la opa de Sacyr al BBVA. Corrochano, que le había pedido informes, acabó recomendándole que reportase sólo verbalmente porque, según dijo, la obsesión de su jefe era no salir en ningún papel. «Le da un auténtico terror de la ostia», decía.

En la conversación fechada en 2005 que transcribe la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, discuten sobre la extensión de los informes en relación a las acciones «desestabilizadoras» que Villarejo ha llevado a cabo contra políticos y empresarios implicados en la operación. «Mi jefe tampoco lo lee, es que esto no hay quien lo lea», se queja Corrochano, que insiste a Villarejo en que le dé tres o cuatro folios más escuetos porque lo contrario, dice, «es una novela».

Aunque el entonces jefe de Seguridad de BBVA y enlace con Villarejo habla alternativamente de «jefe» y «presidente», la Policía identifica «plenamente» que las alusiones son al entonces director de Recursos y Medios, Ángel Cano, y a Francisco González, especialmente cuando afirma que su «jefe» tiene por costumbre no leer más de dos folios. Cano, por su parte, es identificado en la investigación como la persona que en BBVA estaba encargada, al menos en 2004 y 2005, de autorizar los pagos a Cenyt, la empresa de Villarejo, y verificar la prestación del servicio acordado.

«Lo que quiero son los tres o cuatro folios que no tiene que leer nadie nada más que mi presidente», afina Corrochano para pedirle que sintetice todo lo hecho, como los rastreos de llamadas, pues en BBVA esos «jefes» de los que habla, dudan del éxito de la misión. «Con tres o cuatro folios y remarcando las acciones concretas es suficiente para su presidente, ya que es lo que le ha pedido su director general», resumen los investigadores.

Ya analizando los folios, Corrochano comenta que su jefe duda con el detalle de las acciones de espionaje que se describen. La preocupación de su superior era que esos papeles cayesen en mano, por ejemplo, de periodistas, aunque él le tranquiliza porque todo se destruye. Este extremo lo confirmaría 14 años después ante la auditoría interna del banco por la causa judicial. Aseguró que «los informes de Cenyt según se recibían, se destruían». Con todo, en aquel momento insistió en que lo prefería verbal y dijo que si era en papel, ni sus jefes ni el banco debían salir. «Entiendo», dice Villarejo, «es no aparecer él para nada». En sus informes, FG es «King» y el banco es «K».

«Pin» y «Rick», en interés de FG

Sin embargo, en algunos de los proyectos FG acabó apareciendo, a la luz de la documentación del sumario. Sería el caso de «Pin», la estrategia para desacreditar al presidente de Ausbanc, Luis Pineda. Según reconoció el propio González en su declaración judicial, participó en una comida organizada por el exdirector General de la Policía Ignacio Cosidó en la sede central del CNP de Canillas junto a otros directivos del banco poco antes de que se presentase la denuncia anónima que desencadenó la investigación sobre la asociación. «A lo mejor se habló -de la denuncia-, pero para mí eso no era relevante», dijo ante el juez.

En el procedimiento judicial que se desencadenó, BBVA ejercía de acusación, pero se retiró el pasado mes de julio porque, como diría después en la Audiencia Nacional, «no tenía una clara justificación económica». Sobre el proyecto en que se enmarcó aquella acción, denominado «Pin», la entidad considera ahora que el interés de la contratación pudo derivar «del público enconamiento y manifiesta animadversión existentes entre González y Pineda», o, en palabras de Fiscalía Anticorrupción, «a los solos intereses del entonces Presidente y no en provecho de la entidad».

Además, figura el denominado «Proyecto Rick», otra encomienda que se habría hecho a Cenyt para investigar a «los propietarios de una serie de fincas en cuya adquisición estaba interesado el expresidente» en el año 2014, a la luz tanto de la investigación como de la propia documentación aportada por el BBVA.

El despido de Béjar

Precisamente, el conocimiento de esos informes para el uso «personal» de Francisco González fue uno de los argumentos con los que el BBVA apuntaló el expediente laboral interno y la suspensión de empleo y sueldo de uno de sus directivos, Antonio Béjar, el único investigado del banco a excepción de FG que ha prestado declaración ante el juez y los fiscales.

Ese expediente interno, que obra en la causa, le señala porque desde su posición como Responsable de Riesgos y Área Inmobiliaria participó en la gestión de los encargos a Cenyt. Después, se le imputó la destrucción de un CD propiedad de BBVA en febrero de 2019, cuando ya se desempeñaba en Distrito Castellana Norte. Por último, se le atribuyó el conocimiento de proyecto en interés «personal» de FG, en tanto que «contrario al Código de Conducta por cuanto se trata de informes para el beneficio exclusivo y personal del expresidente». Justo antes de su imputación, Fiscalía Anticorrupción recibió un anónimo que denunciaba que Béjar podía haber estado destruyendo pruebas relevantes para la causa.

Durante una de las cuatro declaraciones que ha prestado en sede judicial, afirmó: «Francisco González me dijo que había que trabajar con quien dijera Corrochano».

Relaciones de policías

Y Corrochano conocía a Villarejo desde 1974 porque ambos habían coincidido como policías en el País Vasco. Sin embargo, no son los únicos miembros del CNP con «estrechas relaciones» en la causa. Villarejo manejaba una «ingente cantidad» da datos policiales sobre terceros. Fiscalía Anticorrupción sitúa en este contexto al entonces jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, Enrique García Castaño, también imputado. Cuando le preguntaron en el Juzgado, aseguró que sólo proporcionaba datos a Villarejo para misiones policiales, si bien no recuerda si la de BBVA lo fue: Afirma que el comisario reportaba sobre la opa al Director Operativo de la policía, el difunto Miguel Ángel Fernández Chico, aunque duda que supiera que además, cobraba del banco.

Villarejo, por su parte, diluye la responsabilidad. Dice que fueron unos «patriotas» del CNI quien hicieron el grueso del trabajo.

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